Entre Juan Ramón, el “ratón”, Ganem Vargas y Raúl
Ruíz Díaz… ni a cual irle.
Tiempos aciagos ha vivido Tuxpan con esos alcaldes a quienes los ribereños
no saben si, por sus singulares habilidades, les gana su ineptitud o sus
raterías.
Y es que en sus tiempos diferentes de mandatos –el ratón fue alcalde
(2018-2010) y Raúl este año concluye- verdaderamente pusieron su mejor
esfuerzo por destruir y saquear a tan próspera terminal marítima, un pueblo
con identidad propia.
Su tiempo afortunadamente concluyó para el “ratón” devolviendo parte de lo
saqueado y al actual, Orfis le ha advertido el consabido “¡Serás
investigado hasta las últimas consecuencias… y contigo, caiga quien caiga!
(¡que chingaos!)”.
Afortunadamente nuevos tiempos esperan a Tuxpan a donde fue invitado este
reportero por Ezequiel Castañeda Nevares, un hombre probo quien toda su
vida la ha dedicado a la política.
La propuesta fue realizar un recorrido por las colonias populares.
Se cumplió.
In situ, grato, muy grato constatar la simpatía y adhesión que despierta.
La solidaridad y respaldo del priismo municipal y los verdes, así como las
corrientes de opinión y grupos sociales y políticos que decididamente
apuestan por él.
Ezequiel, lo sabe Tuxpan y la clase política estatal, es un hombre que por
más de cuatro décadas ha trabajado por México, Veracruz y Tuxpan. Se inició
en las juventudes priistas para luego de titularse como abogado y cumplir
uno de sus máximos anhelos, trabajar al lado de Demetrio Ruiz Malerva.
Allá por los ochenta conocí a Ezequiel, en la campaña de don Fernando.
Con Ruiz Malerva servía de enlace con el priismo nacional, con la cruzada
política de Salinas de Gortari y cubriendo todo el norte de la entidad para
la campaña de Gutiérrez Barrios.
Nadie ignora que Ruiz Malerva era el proyecto del PRI nacional para la gubernatura
veracruzana o, en su caso, la misma suplencia de Gutiérrez Barrios en lugar
de Dante una vez ungido Salinas como presidente de la república.
La muerte, sin embargo, se le atravesó.
La sorpresiva muerte de Ruiz Malerva, en Alamo Temapache, a manos de
caciques de horca y cuchillo que lo ultimaron de manera equivocada truncó
el proyecto de vida del gran amigo de Ezequiel, quien encontraría refugio
en el gutierrezbarrismo, luego en la ciudad de México, en la FSTSE, para
después entregarse a la procuración de la justicia ya en Veracruz.
Amigo de los periodistas, él mismo un valiente y sensible editorialista,
despliega su máxima capacidad como servidor público al ocupar la secretaria
de gobierno del municipio tuxpeño 2010-2012, periodo en el que se sucede la
más importante transformación política, social y económica de la región
hasta convertirse en el segundo destino turístico de Veracruz.
Castañeda Nevares también transitó por Sedesol estatal y comunicación
social para regresar a lo suyo al ser nombrado Fiscal General de la zona
norte de Veracruz. Ello en momentos en que el crimen organizado había
tomado el control de la plaza.
Ezequiel, el “Checo”, como lo conocen en el bajo mundo de la política, es
un caballero. Hombre que vive de manera modesta, mismo que en los últimos
años vio casar a sus tres hijos que lo convierten en abuelo.
Hoy, el “Checo” le apuesta con todo por la tierra que le vio nacer, Tuxpan,
Recorrer las colonias que este político maduro ha caminado por años, es
constatar que trae un buen ambiente, una notable simpatía. Es una gente
querida por sus coterráneos a quien ha prometido que de llegar a la
presidencia municipal continuará con lo que siempre ha hecho por Tuxpan:
garantizar la seguridad pública; mantener en cero hechos criminales en esta
zona donde está asentada la Armada de México que contribuye a traer a raya
a los Zetas o demás grupos delictivos.
El “Checo” firma además ante Notario público que no habrá de variar su
forma de vida caracterizada por la medianía, siempre en la dignidad
republicana que le ha dado su salario.
En Tuxpan, Ezequiel renta. En Xalapa posee una casa austera que paga a 25
años y su camioneta en abonos a cinco años.
Así que, trabaja o trabaja.
Este fin de año habrá de inaugurarse una nueva época en Tuxpan en materia
político administrativa en donde lo que la ciudadanía, por lo que se
observa, solo requiere se retome el proyecto de desarrollo turístico
iniciado en el 2010, regresar a la política del empleo, sacar a los
malandros, ir por el rescate acuícola y parar en seco las corruptelas que
han permeado prácticamente en todos los niveles de gobierno.
Ya por lo pronto Ezequiel está colocado en la pasarela.
Guarda como patrimonio político la simpatía de Pepe Yunes; anda con la
fiesta en paz con Héctor Yunes, su compañero de mil batallas desde la CNOP,
y el PRI nacional solo espera se organicen en el estatal para arrancar.
Ezequiel, ha dicho a propios y extraños que está más puesto que un
calcetín.
Habrá que ver que dicen los morenos y los empanizados ya que en estos
tiempos de despertar de la sociedad civil nadie la trae segura con todo y
que la oposición, hoy gobierno, confíe en que el “voto de castigo” siga
navegando en su favor.
Se olvida que este aplica para quien esta en gobierno, para quien con sus
acciones se hace merecedor de ese veto.
Tiempo al tiempo.
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