COLUMNA


Pasillos del Poder: DANZANDO CON LA MUERTE

César Augusto Vázquez Chagoya Leanos en www.pasillosdelpoder.com www.enlaceveracruz212.com.mx vazquezchagoya@prodigy.net.mx 21 de AGOSTO de 2012

Publicado: Martes, 21 de Agosto de 2012
Por: César Augusto Vázquez Chagoya

Xalapa, Ver. Todos podemos pensar que hacemos las cosas bien, pero está mal. Hay veces que nuestras acciones causan daños menores o molestias que pueden ser perdonadas con las disculpas. No podemos saber, y nunca lo va hacer, que el presidente Felipe Calderón pida disculpas a los muertos y desaparecidos en sus años de gobierno.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dependencia del gobierno federal que encabeza Felipe Calderón, dan a conocer el número de muertos por homicidio del 2007 al 2011: 95 mil 632 homicidios desde que tomó el poder el michoacano.

El INEGI tomó los datos de 4 mil 732 oficinas del Registro Civil del país y de 1,096 agencias del Ministerio Público de la república. Cabe destacar que no todos los homicidios provienen de la guerra del narcotráfico, pero es un factor por la impunidad que crecieran los homicidios.

Ya no podemos hablar que por riñas, enfrentamientos, peleas familiares, venganzas, crímenes culposos, etc., se tenga tal cantidad de muertos en solo 5 años y los que están ocurriendo en este año.

Antes las autoridades que llevaban las estadísticas de los homicidios, ponían más atención a los municipios y regiones. Se mandaban más policías; un jefe que fuera leyenda como la “Mano Negra”, quien sólo llegaba a una plaza y salían huyendo los maleantes, porque éste personaje no los llevaba a la cárcel, sino que los ejecutaba.

Antes no había gobernador que las plazas donde se disparaban los muertos, no dieran la orden de que el mando policiaco se lo dieran al más malo de la región y bajaban como magia los muertos. Esto sucedía generalmente en la zona de la Mixtequilla y Tezonapa.

En Veracruz se creó la policía móvil, que andaban a caballo ya que no había carreteras, ni celulares. El jefe policiaco era de toda la confianza del gobernador en turno, quien era el Ministerio Público y juez a la vez. Llegaban generalmente donde existían gavillas, maleantes que por la misma incomunicación mataban a familias para robarles.

Esta policía móvil llegaba e iban tras los maleantes. La población cooperaba y daban con los delincuentes. Dependiendo la gravedad de lo que hacían, el jefe político decidía. Usted debe imaginarse que los caminos rurales no eran secos, había harta maleza y andaban a las vivas para que no los emboscaran.

Así que el jefe policiaco a los gavilleros les aplicaba la Ley del Talión. Si habían matado a una familia, los fusilaban. Si habían robado ganado, los llevaban al reclusorio, etc. En los pueblos les daban de comer. Eran los únicos en meter la ley.

Estos grupos móviles a caballo sólo se reportaban con los que eran los grupos fuertes políticamente en la región y esos eran generalmente los ganaderos. No sólo los apoyaban económicamente, sino que les daban los chismes de criminales de la región y limpiaban las zonas urbanas de delincuentes, porque no podían estar cada rato en la misma región.

Estos jefes policiacos ya no viven, pero conocí a varios que nos contaron cada cosa que no es nada con la realidad que hoy vivimos.

Los grupos móviles a caballo apretaron mucho en el gobierno de Fernando López Arias, ya que impuso penas más severas al robo de ganado, por lo que se multiplicaron los grupos de policías.

Llegaron las carreteras y había un sólo jefe para todo el estado. Después fueron tres ya con camionetas, y ahora son más de 20 los llamados delegados, diseminados con grupos móviles a sus mandos en todo el estado.

Lo que son las cosas. Se piensa que el que mete a la mayor gente de los Tuxtlas a la Policía Estatal fue Lorenzo Mazaba Campechano, originario de Santiago Tuxtla, cuando fue subdirector operativo de Seguridad Pública. A Mazaba lo matan llegando a la ciudad de Acayucan en 1983, porque les estorbaba a ganaderos que todavía viven.

No sabemos qué paso, pero esos policías de los Tuxtlas, leales a las instituciones; bravos como pocos, se salieron de la policía y muchos se fueron al crimen organizado. Si Mazaba viviera, no hubiera pasado. Al jefe policiaco lo entregaron desde las oficinas cuando fue el director Arturo Acosta Chaparro, y parece que andan cobrando venganza algunos.

Para terminar y no meternos más en número, sólo daremos unos datos más del INEGI. Felipe Calderón en el poder: hubo en el 2007, 8 mil 867 muertes; en el 2008, 14 mil 006 homicidios; 2009, 19 mil 813 muertes; 2010, 25 mil 757 muertes; y en el 2011, 27 mil 199 muertes, haciendo un total de más de 95 mil muertes.

En este 2012, como van los números, van a rebasar los del año pasado. Estas cifras no tienen nada que ver con los más de 20 mil desaparecidos que anda manejando el luchador social Javier Sicilia, ni los 70 mil desaparecidos de centroamericanos que manejan organismos de derechos humanos.

No hay en este país ninguna familia que no hable del tema del narcotráfico, extorsiones, etc. Todas tienen un muerto, desaparecido o desconocido que le afecta la guerra loca de Calderón. Venga mas, porque así va a ser.

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