Consulta Satanizada
ALMA GRANDE
Por Ángel Álvaro Peña
Todo hace pensar que el negocio de Nuevo Aeropuerto de la Ciudad
de México está en su construcción y no en su operación. A juzgar por la pasión
que ponen quienes tienen intereses en el aeropuerto de Texcoco, ya sea como
coyotes o simples enemigos del próximo gobierno, lo importante es que se
construya, si funciona o no es lo de menos.
El propio Carlos Slim rechazó la concesión de ese elefante blanco
porque sabe que el negocio no está en su mantenimiento sino en su construcción.
La guerra contra la consulta del próximo Aeropuerto de la Ciudad
de México, se intensificó con el claro objetivo de anular el poder de
convocatoria del nuevo gobierno en general y de López Obrador en particular. De
esta manera voten favor o en contra la convocatoria realizada por el próximo
presidente de México será importante. Sin embargo, la guerra sucia para
desgastar al próximo gobierno no tiene límites.
Lo hacen públicamente dejando a un lado el profesionalismo y
anteponiendo la consigna que muestra que en materia de comunicación se
convierte en un buen negocio. La nebulosa de los medios preponderantes o que
fueron importantes en su momento quieren inhibir la capacidad de convocatoria
de un gobierno que no ha desgastado capital político, que ha mostrado estar
cerca del pueblo y sensible ante las necesidades de la población a la que por
fin se le toma en cuenta para decidir lo que antes dictaba una sola persona.
Es el momento que los ciudadanos del país decidan lo que se hace
con su dinero. A nadie pueden obligar a gastar su dinero en un proyecto que ni
siquiera verán de lejos y mucho menos podrán utilizar.
Los trabajos iniciales del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México
fueron financiados con las Administradoras de Fondos para el retiro, o sea las
Afores, es decir el ahorro de los trabajadores mexicanos depositados en prenda
para un proyecto que todavía no convence a nadie.
Sin embargo, los defensores de lo imposible siguen apoyando un
proyecto que puede derivar en un accidente fatal, porque aunque niegan la
existencia de un lago en sus formas convencionales, lo cierto es que abajo de
lo que quieren hacer un aeropuerto en Texcoco hay varios ríos que tarde o temprano
obedecerán su cauce original.
Si el negocio del Nuevo Aeropuerto en Texcoco residiera en su
operación y administración, como lo dicen algunos coyotes de las empresas
transnacionales, el costo para el usuario sería altísimo y prohibitivo para la
gran mayoría de la población del país. Pero, a pesar de esta simple operación
aritmética, hay quienes aseguran que el funcionamiento de ese aeropuerto se
pagaría solo, es decir, que se convertiría en el aeropuerto más caro
del mundo si esperan que los costos y mantenimiento se cubran con los impuestos
y cuotas que cobren por su uso.
Por otra parte, se asegura que con la descalificación del nuevo
aeropuerto, en caso de que la votación lo descarte, la inversión extranjera se
vendría abajo, pero esos mismos que lo aseguran jamás se preocuparon por
disminuir la violencia y la inseguridad en el país, factor que sí determinó una
baja considerable en la inversión extranjera y en el turismo, que son los
factores que parecen prevalecer en algunos segmentos de la opinión con consigna
que es la que los medios, cuya información no fue tomada en cuenta a la hora de
votar, porque de haber influido con sus comentarios no hubieran votado por
Morena más de 30 millones de mexicanos. Eso todavía no lo digieren muchos
medios de información.
Porque la guerra contra la consulta hace de esta un fin en sí
mismo, porque saben que desactivando este proceso desgastan el objetivo que es
tumbar un proyecto prohijado por un régimen corrupto, tal vez el más corrupto
de la historia en el país. De ahí que haya voces que descalifican la consulta
sin ofrecer argumentos en favor del Nuevo Aeropuerto en Texcoco y eso hace
frágil su postura.
Así ocurrió que Andrés Manuel López Obrador haya
descalificado varias veces a Carlos Loret de Mola por la forma en la que aborda
la consulta del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, y calificó al
periodista de pregonero.
“Yo entiendo que hay intereses económicos de por medio, pero hay
que poner por delante el interés general, no se puede apostar así a asustar a
la gente, crean un ambiente de inestabilidad sólo porque no les gusta la
consulta. La verdad es que esta es la mejor forma de resolver los problemas”,
señaló López Obrador.
Es decir, en nombre de la libertad de expresión, quieren ponerle
una mordaza a una consulta ciudadana, que significa una forma de censura desde
quienes se consideran víctimas de restricciones en su voz.
Otro de los opinadores por consigna con la consulta fue José Ángel
Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico, quien insistió en que los resultados de la consulta sobre
el nuevo aeropuerto no serán decisivos; lo importante será la evidencia y la
opinión de los expertos sobre la localización.
Los mexicanos, sean expertos o no, están pagando la obra con sus
ahorros, eso le otorga a la consulta la validez que los adictos a las
decisiones unilaterales le quieren arrebatar.
Los organizadores de la consulta aseguran que no se puede
votar más de una vez con la misma credencial de elector.
El vocero del futuro mandatario, Jesús Ramírez, aseguró que miles
de personas participaron en el primer día de la consulta ciudadana y descartó
rotundamente que el sistema haya sido vulnerado con más de dos registros por
participante, como tratan de mostrarlo panistas, priistas y perredistas con más
resentimiento que razón.
Por otro lado, el PRI afirmó que el procedimiento era ilegal y no
debería tener efectos vinculatorios y trató de revivir a sus funcionarios en
agonía al colocar a algunos de ellos como detractores de la consulta. La
consulta como un objetivo a destruir, cuando en realidad es el medio a través
del cual el proyecto de Enrique Peña Nieto quiere hacer historia como si no
hubiera sido suficiente el paso de su equipo a lo largo de seis años, dejando una
huella de corrupción y opacidad en su obra pública.
En los medios electrónicos colocan a políticos para discutir el
tema, no implican a especialistas como los propios programadores lo exigen a la
hora de decidir.
Así, enfrentando a políticos para aclarar los beneficios y
perjuicios de la consulta lo único que queda claro es que la esencia de la
política en una democracia es la voz del pueblo. PEGA Y CORRE.- Según
la Encuesta Nacional de Victimización de Empresas 2018, nueve de cada 10
empresarios en Veracruz perciben a la entidad como insegura. A unos días de que
la actual administración concluya, es evidente que muchos retos no fueron
superados… Esta columna
se publica los lunes, miércoles y viernes.
Dudas y comentarios:
angelalvarop@hotmail.com
Facebook: PoliticosAD
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