CON DERECHO A RÉPLICA
Por Francisco Vargas Perales
De Títulos Nobiliarios, Reconocimientos y Algo Más…
En
política se habla que existe un tipo de funcionarios, de cualquier nivel, que
“se suben a un ladrillo y se marean”, pierden el piso, completa la frase el vulgo. A ese tipo de políticos se les puede señalar
de impreparados, porque tal parece que,
psicológicamente no estaban preparados para asumir cargo de alguna importancia que les confiere
el pueblo y al paso del tiempo van rayando en lo ridículo o en el
egocentrismo. Según el cristal con que
se mire.
Porqué
toco este tema, inteligente lector, resulta que al presidente municipal de mi
pueblo, un pueblo modesto, subdesarrollado, Tuxpan, de este estado de Veracruz,
el señor alcalde Juan Antonio Aguilar Mancha, precisamente este viernes, una
Organización venida de tierras lejanas, de Arabia Saudita, el Congo Belga y
algún otro país del Orbe, le entregarán a nuestro alcalde una presea junto con
un pergamino, como un reconocimiento de “Ángel Por la Paz”, hágame usted el
refavor cabrón, como diría un viejo y reconocido periodista.
Estos
ilustres señores que harán la entrega de tan ilustre reconocimiento al señor
alcalde de Tochpan, se firman como Excelentísimo Príncipe de Camerún, y otro como
Embajador de la República de Arabe Saharaul Democrática, quienes al otorgar
esta presea, título o reconocimiento, es porque les consta que nuestro ínclito
alcalde en turno, ha andado pregonando la paz en el mundo. Lo que a los
tuxpeños nos consta es que Juan Antonio Aguilar Mancha, nuestro alcalde, no ha salido nunca de estas tierras por ser
una persona modesta y de bajos recursos, Vox populi, vox Dei.
Esto
me recuerda al libro que escribió el laureado escritor Luis Spota, allá por la
década de los sesenta, “Casi el paraíso”, donde narraba la conducta de la
sociedad mexicana y de la clase política, de adquirir títulos nobiliarios y
alternar con la alta sociedad, para esto, se escribe en el mencionado libro,
hay quién gusta de conseguir amistades de supuesta alcurnia y un reflejo de lo
acontecido, me recuerda a aquel amigo de Don José López Portillo, expresidente
de México, un tipo casi analfabeta que Don “Pepe”, lo habilitó como Jefe de la
Policía capitalina y también lo habilitó como General de 4 estrellas, sin haber
cursado una carrera en el Colegio Militar, pero no conforme con esto, Alfonso
Durazo se hizo entregar un título de Honoris Causa de una prestigiosa
Universidad, enfermo de poder el hombre; días aciagos de nuestro México que
todavía estamos resintiendo los mexicanos las secuelas.
También
me recuerda, que en una ocasión, allá por la década de los ochenta, un nativo
de la Villa de Tamiahua que ocupaba un cargo de quinta en el gobierno del
Distrito Federal, el hombre tenía la intención de llegar a ser presidente
municipal de la Villa y un día llegó a esta acompañado de un sequito de
“periodistas” de la capital de la república, miembros de una de tantas
organizaciones que existen en ese medio y anunció a los lugareños que le sería
entregado el “Micrófono de Oro”, que no era de oro, como un reconocimiento a su
persona, como un ciudadano ejemplar que le había servido a Tamiahua (?) y a
México. Es ocioso decir que el número de
“periodistas” en esa ceremonia nombrada a la que también asistió gente
representativa de Tamiahua, comieron y bebieron de lo mejor y a placer, por no
menos de tres días.
Pero
esto de otorgarse títulos honoríficos y reconocimientos que el pueblo juzga
como “balines”, no es privativo de los funcionarios descerebrados, en una
ocasión el exalcalde Alberto Silva
Ramos, muchacho valioso, muy inteligente, nos sorprendió a los tuxpeños cuando
anunció que no se sabe qué organización en la ciudad de monterrey le entregaría
un “Tlatoani”, como un reconocimiento a su valiosa aportación a México y a
Tuxpan, vaya que este muchacho no tenía necesidad de hacer esto, lo que los
tuxpeños llamamos ridículos, pero tal parece que los mexicanos que somos
prietitos, aspiramos tener como amistades a hombres blancos y barbados, el
síndrome del Emperador Moctezuma, de que los hay, los hay. Y yo trataré de
estar presente en esa ceremonia que se llevará a cabo el día de hoy de la entrega del título nobiliario a “Toño”
Aguilar Mancha, como gusta que le llamen, para ser testigo de la historia. Yo
digo y nada más. Y hasta la Próxima Dios Mediante.
Para
Réplica o comentarios se pone a su disposición el correo electrónico
franciscovperales@hotmail.com
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