COLUMNA


El PAN no habla de Frente

ALMA GRANDE

Por Ángel Álvaro Peña

La construcción de un Frente Ciudadano para vencer a los contrincantes electorales empieza a dividir al interior de los tres partidos que lo integran.

Comentamos en este mismo espacio la desintegración de las partes de PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, pero ahora, ante la necesidad de dar a conocer un candidato, el PAN parece vivir su peor momento.

El PAN no puede ocultar el daño que le infringió Margarita Zavala con su salida, aunque ella, de manera independiente no alcanzará una votación competitiva hacia la Presidencia de la República, su principal lastre es su esposo, el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, quien la acompaña a todos lados.

Simplemente fue su único acompañante a Monterrey el fin de semana pasado cuando visitaron al gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, conocido como El Bronco, quien de eso nada tiene ya.

El PAN en su cúpula concentra todas las decisiones importantes y designa a los candidatos a todos los puestos de elección popular.

El PAN simulaba ser el partido más sólido del frente. No es así. En las elecciones de 2015, sólo tuvo representantes en el 35 por ciento de las casillas en la Ciudad de México. Es decir, en la capital del país el PAN no existe. Los bastiones del Pan está en el interior del país y cada día son menos.

Mientras del PAN sólo existe la cúpula, sus dirigentes responsabilizan a los panistas que contribuyen sustancialmente a la campaña de recolección de firmas de Margarita Zavala. Los llaman traidores porque fortalecen a su ex correligionaria, pero son incapaces de expulsar a estos panistas del partido, simplemente porque carecen de cargos para hacerlo. En cambio, les piden su renuncia al PAN, pero nadie les hace caso.

La división en el PAN no tiene precedente. Más aún si tomamos en cuenta que los denominados senadores rebeldes, José María Martínez, Octavio Pedroza y Fernando Torres, Ernesto Cordero, Luisa María Calderón, Salvador Vega, Javier Lozano, Jorge Luis Lavalle y Roberto Gil, y once de los 12 gobernadores electos muestran simpatías por la elección de José Antonio Meade como candidato del PRI a la presidencia de la República.

A los panistas que apoyan a Margarita no pueden expulsarlos, los estatutos hablan de que el motivo sería que apoyen la candidatura de un  militante de otro partido, pero en realidad no apoyan una candidatura hacia un puesto de elección popular, y, por otro lado, Margarita Zavala, no pertenece a ningún partido.

Sin embargo, los senadores y gobernadores rebeldes deberían ser expulsados, pero no se actúa en consecuencia porque se mostraría una división en el PAN sin precedente que redundaría en la muerte lenta, pero segura, de uno de los partidos políticos más sólidos del país.

A unos le pide su renuncia de las filas panistas, porque no puede expulsarlos por falta de méritos y a otros no los quiere despedir del PAN porque la desbandada hacia otros partidos, incluso hacia el PRI, sería inevitable.

El PAN carece de figuras sólidas para presentar en el Frente Ciudadano a un candidato formal y sólido a la Presidencia de la República y a la gubernatura de la Ciudad de México. Los dirigentes del PRD y de Movimiento Ciudadano lo saben y quieren imponer a los suyos para ambas posiciones. Lo cierto es que ni el PRD ni Movimiento Ciudadano cuentan con cuadros capaces de competir con Meade y Andrés Manuel López Obrador para la Presidencia.

Así, las dirigencias del PAN y PRD analizan que la designación del candidato del Frente Ciudadano por México se defina hasta febrero de 2018, con lo que avanza la posibilidad de que antes del 8 de diciembre se tenga listo sólo el método de selección, afirmó el consejero panista, Juan Pablo Adame.

Sin embargo, ya con dos candidatos hacia ese puesto esperar hasta febrero de 2018 para dar a conocer a un tercer candidato sería llegar tarde a la contienda, porque aunque la campaña empiece en marzo, estos meses, semanas y días estarán saturados de declaraciones que servirán a Meade y a López obrador para posicionarse.

Si los partidos que integran el Frente no designan, también por dedazo, a sus candidatos a la Presidencia de la República y a la gubernatura de la Ciudad de México, serán rebasados hasta por los independientes, que muestran cada vez más la decadencia de esta nueva figura electoral.

Los candidatos independientes ante los partidos políticos son lo que los vendedores ambulantes ante el comercio establecido. Mientras unos se esfuerzan por limpiar su historia, los independientes llegan sin historia política y compiten contra líderes auténticos, que si bien no le deben su aceptación social a su partido, han trabajado por una idea que los identifica.

El camino de los partidos equivocó el destino, pero pueden hacer camino al andar. Los independientes simplemente marchan hacia el triunfo electoral, después, ya no saben qué hacer. Así lo demostró Jaime Rodríguez, El Bronco, y ahora en Nuevo León ya quieren que se vaya, pero él considera que es momento de ser Presidente de la República. Así de separados de la realidad son los independientes.

El PAN tiene poco futuro, en el frente o fuera de él, más aún con enemigos que parecieran sabotear su conformación como el jefe de gobierno de la Ciudad de México, que quiere ser ungido como candidato del PRD a la Presidencia de la República, pero para serlo exige de un método abierto de selección de esa candidatura que hasta el momento ningún partido del frente tiene programado llevar a cabo.

Sin embargo, Miguel Ángel Mancera, ha comenzado a desgastar al PAN para quedarse con la candidatura de un frente que sabe que no lo coloca en la competencia, pero  Mancera está consciente que puede ser candidato, pero no puede alcanzar la Presidencia porque nadie lo conoce fuera de la Ciudad de México, donde lo conocen muy bien y por ello no cuenta con las simpatías del electorado.

Lo cierto es que nunca ha tenido tantos enemigos el PAN como ahora, que sea Ricardo Anaya el líder nacional, o cualquier otro, es circunstancial. La postura de partido conservador que no renueva ni su rancio conservadurismo, está condenado a desaparecer. PEGA Y CORRE.- La diputada federal de Morena, Rocío Nahle, solicitó a la Secretaría de Gobernación que designe a un comisionado de Seguridad para Veracruz, ante la violencia que se vive en el estado. Aseguró que el gobierno de Miguel Ángel Yunes no tiene una estrategia clara contra la delincuencia, ya que a pesar de que todos los fines de semana hacen reuniones en materia de seguridad, la incidencia delictiva no ha disminuido. Al contrario, semanalmente aumentan las víctimas de muerte violenta en la entidad… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
  
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