COLUMNA

El INE en quiebra

ALMA GRANDE

Por Ángel Álvaro Peña

Cuando un partido de fútbol se desarrolla con un árbitro poco confiable, hasta los goles son motivo de duda, y por lo tanto, la victoria del supuesto vencedor queda en entredicho.

El 1 julio de 2018 estarán en juego 3 mil 406 cargos de elección popular que llegan  hasta 4 mil seis, con 600 regidurías y sindicaturas.

Entre los cargos más importantes estarán el de Presidente de la República, 128 senadores, 500 diputados federales, y  nueve gobernadores.

El Instituto Nacional Electoral no goza de credibilidad entre los mexicanos, su tendencia a apoyar a partidos muy bien definidos, marca a los consejeros electorales como militantes no formales de las principales organizaciones políticas del país.

Ante la proximidad de los comicios del 1 de julio del próximo año, las actividades del INE se limitan a la convocatoria del voto, a afinar procedimientos que requieren de reformas profundas o simplemente a darle énfasis a lo que anteriormente habían desdeñado, como es el derecho al sufragio de las comunidades indígenas del país.

Sin perder el protagonismo que caracteriza al instituto desde que lo encabeza Lorenzo Córdova, el INE hace como que hace y no hace nada. Se asigna nuevas responsabilidades insustanciales en lugar de proponerse ponderar las que le dan vida, como es la certeza, la igualdad de circunstancias entre los competidores y la imparcialidad en el desarrollo de los comicios.

Tal como sucedió con la vieja consigna del PRI de justicia social, así también el INE olvida los orígenes de su existencia y pugna por un pragmatismo que no puede menos que menospreciar la inteligencia de los mexicanos, con cambios que no lo son y reformas que se quedan en el ámbito de las ocurrencias.

Así, se informó que la selección de los moderadores de los debates presidenciales, es una decisión que recaerá en el INE, sin que en el análisis de perfiles, se prevea la intervención de los partidos políticos.

El consejero, Marco Antonio Baños, advirtió que la selección de los moderadores no debe ser puesta en manos de los institutos partidistas, debido a que se podrían generar inconformidades que prolongarían de forma innecesaria la designación.

Aceptó que los partidos podrán manifestar su rechazo a alguno u otro posible moderador, tanto por sus comentarios en los medios de comunicación como por las actividades de los miembros de la sociedad civil, sin embargo afirmó que no se tomarán en cuenta. Es decir, que pueden cuestionar pero no influir en la designación de sus moderadores, lo que significa que los partidos y la población podrá tener voz pero no voto y la elección de los consejeros electorales será inapelable e inamovible.

La autoridad electoral, que debe abrirse a la opinión y decisión de las mayorías, se cierra ante sus nuevas atribuciones sin explicar siquiera cómo se tomó la decisión y a qué causas se debió dicho cambio.

La estructura del propio INE es vertical, sus ascensos y decisiones están determinados por los once consejeros y los directores generales, quienes gobiernan como una camarilla, todos trabajando en una estructura que se convierte en un elefante blanco en el momento mismo de no llevar a cabo sus responsabilidades originales.

En realidad lo único diferente en el INE respecto a las votaciones anteriores es que en lugar de incrementar su prepuesto, la Secretaría de Hacienda, se lo redujo en 800 millones de pesos para el próximo año.

El ajuste sería al periodo por el que contratará personal  que capaciten a los ciudadanos que participarán como funcionarios en las casi 150 mil casillas que se espera instalar el 1 de julio de 2018.

Los consejeros todavía no salen de su asombro, y toman como una ingratitud de la actual administración dicho recorte. Incluso no saben qué aspectos de su vida cotidiana recortarán para poder mitigar el golpe de un presupuesto notoriamente más bajo.

Los consejeros electorales no pierden la esperanza de que José Antonio Meade cambie de opinión, o sean los propios diputados, quienes reconsideren su decisión  del recorte al INE.

Reconoció el consejero electoral presidente, Lorenzo Córdova, que aunque está abierta la ruta para solicitar una ampliación presupuestal, como prevé el régimen transitorio avalado, “no vamos a recurrir a ello, es una especie de bote salvavidas si ocurre una catástrofe, esa tragedia no va a ocurrir y vamos a conducir el barco de la elección a buen puerto”.

Córdova Vianello recordó que el monto ajustado al gasto del INE 2018 es el más alto de la historia al órgano electoral y ocurre  justo cuando tiene que organizar las elecciones más grandes, de ahí que se está planificando cómo enfrentar la reducción de gasto.

“Lamentablemente, el recorte es de tal magnitud que los proyectos del proceso electoral también se verán inevitablemente mermados y aunque todavía estamos analizando, lo que no podemos hacer es que esa merma presupuestal se traduzca en una vulneración del proceso electoral. Este no va a estar en riesgo, no lo vamos a permitir a pesar de que este recorte inevitablemente va a incidir”, reconoció Córdova Vianello.

Es decir, que si a la falta de credibilidad del INE se le suma la poca disposición de los responsables para sacar adelante la elección de 2018 en los mejores términos, poco certero y confiable podrá esperarse de los resultados de los comicios del 1 de julio de 2018.

Algo deberá hacerse con el INE antes de que el deterioro de la credibilidad y la poca disposición  de los consejeros deteriore más aún la imagen de este instituto que es de los mexicanos. Tendrán que poner al frente de sus actividades a un ama de casa que sabe cómo ajustar los precios de los productos básicos a su presupuesto cada vez más reducido. Cualquiera podrá hacer mejor papel que los consejeros y estarían a la altura de sus responsabilidades. PEGA Y CORRE.- El recuento de daños de la administración de Javier Duarte todavía no termina, la desaparición de los periódicos Política y El Mundo de Poza Rica, que dejaron de funcionar cuando culminó su sexenio, arroja como saldo de inestabilidad social la suma de 12 demandas laborales porque dichas empresas se niegan a liquidar a reporteros, fotógrafos y columnistas. Daños colaterales que deben ser parte de los cargos a un ex gobernador que se encamina hacia la impunidad… Esta columna se publica los lunes, miércoles y Viernes.


Dudas y comentarios, escríbenos a:
Twitter @politicosad 



No hay comentarios:

Publicar un comentario