COLUMNA



Desde el Café

Diferencia Entre Las Cicaterías Y Los Apoyos

Bernardo Gutiérrez Parra

En el papel 1,125 millones de pesos son un titipuchal de dinero, pero si los divides entre 45 mil personas ya no lo son tanto, lector. Esa cantidad se repartirá en Veracruz a 45 mil pequeños, medianos y micro empresarios como parte de los créditos que les otorgará el gobierno federal para que sus negocios no se vayan a pique por el coronavirus.

Pero 25 mil pesos por cabeza no alcanzarán para mucho. No son malos porque en tiempos de vacas flacas todo ayuda, pero acaso servirán para cubrir un mes y luego a seguir penando.

Quien es dueño de un negocio con cinco empleados, alcanzará a sufragar un mes de sueldo si cada uno gana 3 mil 800 pesos mensuales que es el salario mínimo. Nomás en el puro salario se le irán 19 mil pesos y si se agrega la renta del local, el pago de luz y de insumos (sin contar el agua y otros servicios), se le irán otros 19 mil con lo que tendrá un déficit de 13 mil pesos.

Insisto, se agradecen pero… ¿por qué en lugar de un préstamo no fue una donación, un regalo, un obsequio, una contribución a los generadores del 80 por ciento de la fuerza productiva de Veracruz? ¿Acaso no tiene dinero el gobierno como para obsequiarles 25 mil pesos?

¿Qué pasará con los que queden fuera del programa?, porque Veracruz tiene más de 400 mil mipymes.

Si el gobierno les quiere prestar, pero con ganas de apoyarlos, debería hacerlo con cantidades que los ayuden a resolver sus problemas urgentes y seguir manteniendo su planta laboral. Octavio Jiménez Silva, presidente del Consejo Coordinador Empresarial en Xalapa sugiere créditos de entre 300 mil hasta 500 mil pesos.

Quizá esas cantidades le sirvan a un mediano empresario, pero no a la dueña de una fondita que con medio millón de pesos cerrará su negocio y abandonará a su marido para correrse una ardiente aventura pasional con el repartidor del gas, (que desde hace tiempo le canta bonito) hasta que se le acabe el dinero.

Créditos de entre 100 mil y 150 mil pesos serían más que suficientes para que el dueño de un changarrito levante su negocio. Pero esos jamás los aprobará López Obrador.

Quienes sí ven más allá de su nariz son los hombres y mujeres del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que le hicieron una oferta al Consejo Mexicano de Negocios (CMN) que agrupa a 60 grandes empresas y cuyos proveedores son pequeños, medianos y micro empresarios.

La oferta fue un préstamo de 12 mil millones de dólares (algo así como 290 mil millones de pesos) para que paguen a sus proveedores y éstos tengan liquidez suficiente para comprar más insumos y paguen a sus trabajadores que a su vez podrán cubrir sus necesidades. “Me garantizas el préstamo mediante el facturaje” dijo el BID. “Ya vas”, contestó el CMN.

Pero López Obrador que anda en otro canal puso el grito en el cielo: “No me gustó mucho el modito de que se pongan de acuerdo y quieran imponernos sus planes … como que es mucha la prepotencia: a ver te voy a dictar lo que voy a hacer. No es pleito es confrontación de ideas”.

El presidente estaba furioso porque pensó que esa deuda se la endilgarían los empresarios a su gobierno cuando no es así, es una deuda entre particulares: el BID y el Consejo Mexicano de Negocios. ¿Acaso desconocía el tema cuando desde la víspera tanto la SHCP como Relaciones Exteriores lo aplaudieron?

Dicen que alguien lo malinformó. Si esto es cierto mal porque quiere decir que sus asesores financieros son chafas. Pero si le informaron bien y no entendió, peor.

Lo que sí es un hecho es que 30 mil mipymes que proveen a las empresas del CMN recibirán más, mucho más que 25 mil pesos. Y esto será en detrimento del propio Andrés Manuel que prefiere dar cicateras migajas en lugar de auténticos apoyos.

bernardogup@hotmail.com





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