Dante Y Su Infierno
ALMA GRANDE
Por Ángel Álvaro Peña
La urgente necesidad de Dante Delgado, por figurar en los medios
antes de que su partido político se quede sin registro, llega a niveles de
desesperación.
Los mexicanos sabemos quién es
Dante y más aún los veracruzanos. Un arribista que en el oportunismo encontró
la manera de revivir políticamente luego de pasar año y medio en prisión por
diferentes delitos, una vez que subió a la gubernatura interina de Veracruz a
cubrirle las espaldas a Fernando Gutiérrez Barrios, a quien sustituyera en la
entidad, porque nada menos que Salinas de Gortari lo llamara a ocupar la
Secretaría de Gobernación.
Pero su paso por ese cargo lo
llevó a la cárcel por delitos que parecen ser una epidemia en los gobernadores
veracruzanos: abuso de autoridad, peculado y otros, que Patricio Chirinos
no le perdonó por excesivos. Dijo ser, desde luego, preso político, inocente y
honrado. No lo es.
Ahora, ante esa obsesión por
los reflectores, envía una carta al Presidente de la República, a quien
apoyaron en las urnas más de 30 millones de mexicanos, para decirle que sus
medidas están equivocadas, que debe endeudarse y darle oportunidad a los
pequeños y medianos empresarios, que son los que menos se quejan de dichas
medidas.
Pero el simulado defensor de
los empresarios en pequeño sabe que nadie ha votado por él nunca, que sus
puestos han sido un regalo de un sistema corrupto que agoniza y que sólo quiere
que sigan adoptándose las medidas de los bancos internacionales, que se
desbordan en ofrecimientos de créditos para México y así no sólo condicionar la
política de México sino mantenerlo acosado ante las necesidades económicas.
En la carta recrimina a López
Obrador errores que no explica cuáles son, se atreve a sugerir medidas
contrarias a las de un Presidente que no sólo cuenta con el apoyo de los
electores sino que conoce bien al país, virtud que un pobre aventurero como
Dante desconoce.
Así, habla de política
internacional, como si se apoyara en la mala memoria de los mexicanos.
Pero es ahora un genio y se
atreve a decir frases como estas: “Me preocupa demasiado que, en unos pocos
meses, a más tardar un año, te des cuenta de que nuevamente te equivocaste”.
Porque además de genio de la
política, la salud y la economía, Dante Delgado es adivino.
Y sigue diciendo que está
atento a los que siempre ha olvidado: la población, de la que ahora se burla,
al decir: “El plan de rescate económico no es un plan y no es rescate, y si de
algo sirve la reflexión, es evidente que las grandes empresas trasnacionales
podrán cambiar el destino de sus inversiones; los más ricos podrán sacar, con
un clic, sus millones de dólares a mercados seguros”.
Después de que perteneció a una
era de saqueo, dice sentirse preocupado por el destino de una economía cuyos
cómplices dejaron en ruinas, pero según él ahora sabe cómo y cuándo el
Presidente se equivoca.
Las presiones del Fondo
Monetario Internacional son muchas y contagian hasta al autonombrado líder de
Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, quien también pide que México se endeude y
contradice al fundador de su partido. Pero antes, se da el lujo de advertir,
como si fuera un sabio político al afirmar: “Si realmente quieres apoyar a los
más necesitados y vulnerables y provocar que haya empleo en el país, no puedes
ignorar ni sacrificar la economía nacional”.
Dante Delgado para sobrevivir
dentro de la política debió asociarse con la derecha, a la que no le
importa la mediana y pequeña empresa, porque su partido en realidad no cuenta
con el apoyo de la sociedad.
Y si en realidad está
preocupado por la economía de esos empresarios que regrese al erario la mitad
de las prerrogativas de su partido, pero quieren todo el dinero y se dicen
defensores de gremios que nunca han tomado en cuenta, sólo por intentar
desgastar y hacer presión. La gente conoce a Dante, los veracruzanos sabemos
que es un aventurero de la política poco serio y poco honesto. PEGA Y CORRE. – Los
enemigos del régimen aseguran que lo peor está por venir. El resto asegura que
debemos cuidarnos. Pero lo cierto es que lo peor ya pasó, si le tenemos miedo a
las muertes de mexicanos, Felipe Calderón mató a 200 mil mexicanos en su lucha
contra el narcotráfico. Con Peña Nieto, se registraron 150 mil 992 muertes
violentas, la mayoría vinculadas al crimen organizado, señala una investigación
de la revista Zeta.
Ni el coronavirus ni la crisis económica serán tan devastadores como lo fueron
los últimos dos sexenios. Lo peor ya pasó…Esta
columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
angelalvarop@hotmail.com
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