CON DERECHO A RÉPLICA
Por
Francisco Vargas Perales
Fecha:
Mayo 7 de 2016
“Y los 100 Millones, Apá?...”
Fue
terrible para la población conocer el
día de ayer por la noche la noticia que durante el paseo de carnaval un poste
del alumbrado público se había venido abajo, lesionando de gravedad a cuatro
personas que estaban observando, sentados en las gradas, el desfile.
Esto
de los postes del alumbrado público en mal estado no es cosa nueva en el
puerto, son decenas de estos postes que se encuentran por la ciudad. Mire usted amable lector, hasta en frente de
la misma presidencia municipal hay postes en mal estado que ya han sido
reportados y ahí siguen viendo pasar el tiempo, como la Puerta de Alcalá.
El
Congreso del Estado autorizó al gobierno municipal de Tuxpan en septiembre de
2012, que podría contratar un crédito por 100 millones de pesos, que sería
ocupado para suministro, instalación y mantenimiento de materiales y equipos
destinados al ahorro energético en el sistema de alumbrado público municipal.
Fue
cuando el entonces alcalde Alberto Silva Ramos anunció que se cambiarían todos
los postes y lámparas del alumbrado público de la ciudad “y hasta en las
parcelas habrá luz”. A la par de ese préstamo se autorizó otro de 120 millones
de pesos para el saneamiento de la ciudad.
En
fecha reciente, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y el Sindicato Único de
Trabajadores Electricistas (SUTERM) Sección 55 que lidera Rolando Núñez Uribe,
actual regidor del ayuntamiento, dona al
pueblo de Tuxpan 800 lámparas ahorradoras tipo LED con sus respectivos postes.
Tal
parece que los 100 millones de pesos del préstamo concedido al ayuntamiento de
Tuxpan, que por cierto todavía se están pagando, no alcanzaron para cambiar el poste del bulevar que ayer
accidentó a 4 espectadores del carnaval, tampoco las 800 luminarias y postes
donados por CFE y SUTERM alcanzaron para reemplazar el poste citado.
El
gobierno municipal por lo visto se quedó con la deuda y sin postes ni lámparas
y debe de seguir solicitando donaciones a las CFE y sus trabajadores para
reemplazar postes deteriorados. A esto
se le llama vivir de la caridad pública.
¿No cree usted inteligente lector?
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