A la pepena de priistas
RÚBRICA
Por: Aurelio Contreras Moreno
Siendo dirigente nacional del PAN, Carlos Castillo Peraza aludió
al “pequeño priista que todos
llevamos dentro”, refiriéndose a cómo toda la cultura política de
este país está imbuida en la manera de hacer las cosas al estilo del PRI, desde
cualquier partido.
Por ello, es común que varios políticos “opositores” recurran a
las mismas prácticas que se le han criticado siempre al priismo. Ya sea porque
las replican en automático por imitación o porque provienen directamente de las
filas del Revolucionario Institucional, ahí se formaron y es lo único que
conocen. Incluidos sus cuadros operativos.
En algunas entregas recientes de la Rúbrica, se ha analizado el
tema de las traiciones al otrora poderoso partido tricolor por parte de varios
de sus militantes en Veracruz para integrarse a la campaña del candidato del
PAN-PRD-Movimiento Ciudadano a la gubernatura de este estado, Miguel Ángel
Yunes Márquez. Incluso de priistas que en su momento combatieron furiosamente a
su padre, el actual mandatario Miguel Ángel Yunes Linares.
Desde los duartistas Amadeo Flores Espinosa y Vicente Benítez
González, pasando por un buen número de políticos y “buscachambas” de medio
pelo para abajo, esos “priistas” y/o usufructuarios de los gobiernos surgidos
de ese partido cambiaron recientemente de bando y se unieron, por descarada
conveniencia, a un proyecto en el que cada vez se reconocen menos los valores y
principios del instituto político que supuestamente lo encabeza: Acción
Nacional.
Porque para que haya traiciones, debe haber también quien invite a
traicionar. Y eso es precisamente lo que está haciendo el yunismo panista. Con
la agravante de que está rodeándose de personajes señalados directamente por
haber cometido actos de corrupción –como Benítez, enriquecido a su paso como ex
tesorero estatal y ex oficial mayor de la Secretaría de Educación en el
gobierno de Javier Duarte- o de haber sido cómplices de crímenes de Estado
–como Amadeo Flores, quien siendo procurador duartista encubrió a los autores
intelectuales del asesinato de la periodista Regina Martínez-. Todo con el
objetivo de hacer creer a los electores que la candidatura del hijo del
gobernador se fortalece.
El colmo sucedió este pasado fin de semana con la incorporación a
la campaña de Yunes Márquez de Jorge Herrera Alor, sobrino en primera línea
consanguínea del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán –el principal y más odiado
enemigo del yunismo panista-, quien además fue el impulsor de su carrera
política y académica, pues lo mandó a estudiar, becado por el gobierno, a
Inglaterra. Junto con él, también se sumó al candidato panista un grupito de
advenedizos de la política que fueron priistas y duartistas hasta que se
percataron de la “rentabilidad” de alquilarse como “patiños” para campañas.
Enarbolando esos valores –la traición, la deslealtad, la
corrupción, la incongruencia, el mal agradecimiento y ahora hasta la mala
cuna-, es que los yunistas en el poder pretenden perpetuarse en el gobierno
estatal, pepenando ex priistas que en los hechos, poco o nada les pueden
aportar electoralmente hablando, más que actos de efectismo propagandístico.
Esto no debiera ser extraño si tomamos en cuenta que el propio
Miguel Ángel Yunes Linares y varios de sus más cercanos colaboradores son,
ellos mismos, ex priistas que tomaron por asalto al PAN, que en Veracruz es
irreconocible para sí mismo.
¿Que en todos los partidos hacen lo mismo? Por supuesto.
Precisamente a eso se refería Castillo Peraza con el “pequeño priista que todos llevamos
dentro”. Y por eso terminó renunciando al PAN. Seguramente avizoró
en lo que se terminaría convirtiendo.
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