Alberto Silva: cuando un Cisne apesta a cárcel
Por: Mussio Cárdenas Arellano
* El desafuero va * 4 mil
millones desviados * Winckler y Eva Cadena: el desafuero en ascuas
* Viejo guango, le dice Chiquiyunes al Peje * Y se lo comen * Más
de la lista negra de Vasconcelos * Silviano también traiciona *
Nacho Carvajal, más allá de un premio * El político que iba al Madame
Una copa y
una transa, otra copa y un atraco. Y así se la vive Alberto Silva, perdido y
desconectado, sin otro Javier Duarte al cual tripular, a las puertas de un
desafuero que lo echará del Congreso federal y el riesgo de pasar luna de miel
y nueva vida en prisión.
Se casa El
Cisne. O mejor dicho, formaliza su unión con Cindy Virúes, la novia 19 años
menor que él, en momento crucial, cuando la ley extiende su brazo y lo toca la
justicia, lo envuelve y lo comienza a apretar.
Ese cisne
apesta a cárcel.
Pesan sobre el ex vocero del
ex gobernador de Veracruz, el despiadado Pato de Tuxpan, decenas de cargos por
violar la ley, los 4 mil millones desviados en 12 dependencias, las empresas
fantasma que usaba en Sedesol y luego en Comunicación Social, el pago a prensa
inexistente, los sobres, esos sí de textoservidores, que ordeñaba para irse a
chupar.
Intragable,
Alberto Silva era un peligro no sólo para el duartismo sino para Veracruz. Y
para él mismo. Dominó a Javier Duarte y lo trepó a la espiral de conflicto, la
venganza contra sus enemigos, la intriga y la tenebra, construyendo un
entramado de odios y rencores que rompió los equilibrios de poder.
Tanto odia
El Cisne al mundo que el mundo lo odia 10 veces más.
Era corrosivo
y aún lo es. Fue ácido hasta con el círculo más allegado al ex gobernador,
imponiéndose a todos y demostrando que por una extraña fascinación Javier
Duarte le obedecía sin chistar.
Robó, sí, y lo hizo
abiertamente, dejando huella y pista en la ruta de los dineros hurtados a
Veracruz. Sólo a él se le han podido contabilizar 4 mil millones.
Le imputan
el atraco con empresas fantasma que usó para cubrir la fuga de dinero, sin que
hubiera servicio prestado al gobierno de Veracruz. En esa treta lo precedió
María Gina Domínguez Colío, la vocera de Javier Duarte, presa en el penal de
Pacho Viejo desde la tarde-noche del sábado 20.
Pacho
atravesará el umbral de la historia al conformarse en una sede de gobierno tras
las rejas: ex gobernador interino —hoy en prisión domiciliaria y de paseo—, ex
secretario de Finanzas, ex secretario de Seguridad, ex director de CAEV, ex
líder de los 400 Puercos, ex vocera y pronto ex vocero y ex secretario de
Desarrollo Social.
Pasan las
horas. En breve, ha de darse la solicitud de desafuero en el Congreso federal.
Dice el ritual que hay que retirarle la inmunidad. Hay que arrancarle las
insignias. Hay que pasarlo de diputado federal a ciudadano común. Hay que
humillarlo. Hay que patearlo. Hay que tratarlo como él trató a la sociedad.
Su desafuero es inminente,
así interponga recursos legales, juicios de amparo, alardee inocencia, mueva
sus piezas y recurra a los amigos. Decía ser uña y mugre el secretario de
Educación, Aurelio Nuño Mayer. Es hora que lo pruebe.
Tramita la
Fiscalía General de Veracruz el desafuero sobre la base, hasta ahora, de tres
delitos: coalición, abuso de autoridad y ejercicio ilegal. Lo citará un
ministerio público y luego un juez.
Otros
delitos le serán imputados a ese cisne ladrón.
San Lázaro
será un circo, escenario del show del Cisne, o el Pato de Tuxpan, sin plumaje
ya, denostado por la clase política a la que tanto humilló, vapuleado por la
prensa que enriqueció y que nunca sirvió para recomponer la imagen del ex
gobernador ni pudo justificar su historial de errores y abusos de autoridad.
Hoy, su conflicto es con la
ley. Y huele a cárcel.
En INFORME
ROJO, el 23 de noviembre de 2016, bajo el título “Los cisnes también
roban”, se retrataba al rufián:
“Frívolo y
soez, Alberto Silva gusta de las nenas y el dinero, se pierde por las pompis de
Larissa Riquelme y los millones del duartismo, mal habidos, obtenidos vía
empresas fantasma, el sello del régimen, la mecánica para saquear las arcas.
“Hombre
clave en el caos, es el tripulador de cabecera de Javier Duarte, artífice del
gobierno del Twitter, cerebro de las peores ocurrencias, el genio de los
Frutsis y los Pingüinos, las manzanas podridas con que aludió a los
periodistas, el que tejió la frase demencial que sentenció su impopularidad: a
la UV no se le debe nada.
“De la mano
de Alberto Silva, alias El Cisne, alias El Pato de Tuxpan, van 18 empresas que
operaron para el saqueo en 12 dependencias del gobierno de Veracruz con saldo
descomunal: 502 millones de pesos birlados al erario sólo en el ejercicio presupuestal
2014.
“Emerge del
fango este rufián, que el día que no anda servido anda bebido, que espulga los
sobres de la prensa servil, los textoservidores sin vergüenza que del duartismo
mutaron al hectorismo y hoy pasan al yunismo azul.
“Sucia su
mano, sirvió para ejecutar el robo a granel en el gobierno estatal y en el PRI,
donde Javier Duarte le diera poder.
“Su
historia, que se remite a los días en que ambos, Javier Duarte y Alberto Silva
Ramos, eran corifeos y plebeyos en la corte de Fidel Herrera Beltrán, en el
Senado y en la Cámara de Diputados, o en Fonacot, y que alcanza su clímax con
el saqueo a Veracruz.
“Lo exhibe
Eje Central, el portal del periodista Raymundo Riva Palacio, columnista estelar
con Estrictamente Personal. Lo retrata como es: rapaz, calculador,
infinitamente voraz.
“Pasó por la alcaldía de Tuxpan, su
tierra natal; llegó a la Coordinación de Comunicación Social; se fue al PRI;
pasó a ser diputado federal; volvió al área de prensa del gobernador, y retornó
al Congreso federal”.
De Un extracto del perfil
delictivo de Alberto Silva, según Eje Central:
“Utilizaron
18 empresas fantasma y a 12 dependencias del gobierno de Veracruz, para
construir el entramado que les permitió desviar 502 millones de pesos sólo en
2014. La fachada: gastos de ‘promoción y publicidad’ del gobierno de Javier
Duarte.
“La
operación fue sencilla y crearon un patrón: pagaban facturas, en total 348, que
emitían las compañías —ninguna de ellas con algún contrato con el gobierno del
estado—, sin registro y sin comprobar los supuestos servicios prestados. El
expediente muestra cómo el Servicio de Administración Tributaria (SAT) logró
deshilvanar las operaciones y confirmó que las 18 empresas funcionan como
fachada y causaron un daño al erario en 2014, en específico en la gestión de
Alberto Silva Ramos al frente de la Coordinación de Comunicación Social de la
entidad.
“Silva
Ramos se convirtió en el hombre de mayor confianza del entonces mandatario
local, se mantuvo a su lado hasta el último día y a quien Duarte quería colocar
como su delfín en el gobierno.
“El ahora
diputado federal por el PRI renunció a su cargo en el área de Comunicación en
octubre pasado. De los contratos que firmó en 2014, por 502 millones 571 mil
434 pesos, que supuestamente se ocuparon para los conceptos de promoción y
publicidad, 75 millones quedaron pendientes de cobro ese año, mismos que
Alberto Silva intentó recaudar a su regreso a la Coordinación de Comunicación
en abril de 2016, pero no lo logró porque ya habían comenzado a ser públicas
las operaciones ilícitas de su exjefe y amigo, Javier Duarte.
“Cuando
Silva Ramos era secretario de Desarrollo Social de Veracruz, publicó 45
licitaciones que fueron todas adjudicadas a la red de 18 empresas, en 2013,
firmados todos los contratos en su mayoría por el director jurídico de la
dependencia, Juan Carlos Rodríguez, y su jefe administrativo, Humberto Benítez
Pérez, ambos colaboradores cercanos a Silva desde que fue alcalde de Tuxpan en
2010.
“Anzara
S.A. de C.V. es el nombre de una de las empresas que coincidieron en la
obtención de contratos durante la administración de Silva en Sedesol en el 2013
y en la Coordinación de Comunicación. En ese entonces la compañía vendió al
gobierno veracruzano blocks y arena”.
De su estadía en el PRI, el
saqueo, la mano de Cindy Virúes, INFORME ROJO apuntaba:
“Alberto
Silva es un saqueador nato. Pasó por el PRI e hizo de las suyas. Diversos
reportes que circulan en internet exhiben los gastos y partidas de que dispuso
el personal de alto nivel.
“De todos,
la que mayores recursos manejó fue Cindy Paola Virúes Rodríguez, su secretaria
desde los tiempos en que era titular en la Sedesol estatal y luego en la
Coordinación de Comunicación Social. Según reportes de prensa, es su actual
pareja sentimental. Se les pilla en fotografías llegando de viaje. Se les sabe
cercanos, acaramelados. Adiós a la cubana Celín. Adiós a Elsa Basante.
“Los Cisnes
también roban”.
Hay huella en Sedesol, en la
Coordinación de Comunicación Social, daño por 4 mil millones en total. Y el
desafuero va.
Será humillado.
Será degradado, arrancadas las insignias. Será pateado como él pateó a la
sociedad.
No se huele
aún. No se en Pacho Viejo junto a la pandilla de Javier.
Es un cisne que apesta a
cárcel.
Archivo
muerto
Ni al
fiscal Winckler ni a la diputada Eva Cadena los alcanza el desafuero aún. Algo
pasó y el encono se diluye con tufo a negociación. A Jorge Winckler, cuyo
desafuero no se pide por su desempeño, el conflicto con los colectivos, el
jaloneo con la prensa, los yerros y los bajos resultados, sino por decirle
corruptos a los diputados que niegan el desafuero de otros legisladores y
ediles pillos, le trasladan su caso al 6 de junio. Igual a la diputada de
Morena, Eva Cadena, pero ahí se lavará las manos el Congreso de Veracruz pues
como la Fiscalía Especializada Para la Atención de Delitos Electorales lo pide,
el juicio de procedencia se realizaría en el Congreso federal. Ese show
puede esperar… Viejo guango, le dice Chiquiyunes a Andrés Manuel López Obrador
y se arma el desmother. Quizá sí esté guango pero que no se lo diga. Así no se
trata a un estadista. Poco quieren los pejezombies para lanzarse a defender el
honor de su papá. Miguel Ángel Yunes Márquez se ganó la crítica general. Sin
embargo, los suyos también cuentan algo para justificar al alcalde de Boca del
Río y futuro candidato al gobierno de Veracruz: el Dios Peje desciende, visita
a los mortales jarochos, fustiga al clan yunes, les llama ladrones, les llama
corruptos, son la monarquía de la moronga azul, y el yunismo debe callar. Otros lo entienden. Yunes Márquez no, y como es, prefiere
llamarle guango. Viene una vez más AMLO a Veracruz y en el sur se volverán a
escuchar los epítetos de siempre: son corruptos, son ladrones, no manches
Yunes, me robas la cartera… Más sentidos que un pésame, los reporteros que
cubren la campaña de Carlos Vasconcelos. Se duelen pero nadie refuta la “lista
negra” de periodistas que reciben apoyo del candidato del PRI a la alcaldía de
Coatzacoalcos. Una cuenta en Facebook la lanzó y no hubo réplica. Y mientras,
dentro y fuera de Veracruz se multiplican las informaciones que tocan el tema,
que de entrada es de interés público, y que si es de interés público, no hay
por qué no transparentarlo y mucho menos callarlo. Un dato para los de piel
sensible: un día después del registro de Vasconcelos Guevara hubo reunión,
convocada por su enlace con los medios, Fluvio César Martínez Gómez, “reunión
de amigos, sin cámaras, sin fotos” y tras compartir el pan y la sal, mil
pesotes para cada uno. Si alguien lo rechazó, vale que lo precise. Semana con
semana, según se programó, habría comidas y uno que otro desayuno, y el apoyo
del líder cetemista que en eso es espléndido y generoso. Sábese ya que a la
primera “lista negra” le seguirá una más. Y si es falsa, que los aludidos la
refuten. Pero si no… En su juicio o como siempre,
Silviano Delgado promueve a un marcelista. Voten por Jesús Moreno, dice. Si,
voten por el PAN-PRD. Y en el PRI se prenden las alertas. Silvano, el otrora
seleccionado nacional de futbol, es operador priista, joaquinista, y debiera
pedir el voto para el priísta Carlos Vasconcelos. Un día, en un campo de futbol, fue haciendo crecer al candidato
del PAN-PRD, Jesus Moreno Delgado. Voten por Chucho, reiteraba. Lo escuchó un
vasconcelista, tomó el teléfono celular, dio aviso y minutos después ocurrió el
reclamo. Silviano Delgado no mueve un dedo si eso inquieta al alcalde de
Coatzacoalcos. Hay operación marcelista a favor de Jesús Moreno. Y Vasconcelos
lo sabe… Periodista de excepción, Ignacio Carvajal debió ser premio estatal de
periodismo. Privilegia a otros el Club de Periodistas, a unos por su historial
de aplausos al gobernante en turno, a otros por notas insulsas y reportajes
plagados de mediocridad. Hay uno que merece el galardón a la tenebra. Lo ganó
grillando a la joven periodista Heidi Castellanos, de TV Azteca, propuesta por
la Asociación de Periodistas de Coatzacoalcos. Nacho Carvajal es diamante de
otro costal. Halla fosas clandestinas, adeudos millonarios del ayuntamiento de
Coatzacoalcos con la prensa local, la lista de morosos en la Comisión de Agua y
Saneamiento, la mansión millonaria del terrible Saúl Wade León cuando las
crisis económica desploma a Minatitlán, la lista de medios estatales a los que
le dejó de pagar Javier Duarte. Forjado en el rigor de los
géneros periodísticos, de la mano de maestros como Luis Velázquez, Nacho
Carvajal retrata la realidad de Veracruz con crudeza. Debió ser premio estatal
de periodismo o algo más. Su trabajo acucioso, profesional, es de impacto nacional… ¿Quién es ese político veracruzano que cada fin de semana acudía
al Madame, antes Sodoma, un bar gay en Xalapa, terriblemente célebre desde que
hace un año corrió sangre? Llegaron los matones, cortaron cartucho y rociaron
de bala el lugar. Hablaron los cuernos de chivo, los
AR15. Hubo cinco muertos, heridos, espantados. Por fortuna, ese día no llegó.
Lo habrían velado en vez de haber votado por él…
No hay comentarios:
Publicar un comentario