COLUMNA



Desde el Café

AMLO lleva al país a un hoyo empantanado

Bernardo Gutiérrez Parra

Este lunes en que oficialmente se iniciaría la reapertura de actividades en 300 municipios libres de Covid-19, el presidente López Obrador manifestó: “Ya pronto vamos a poder decir que con el apoyo de todo el pueblo logramos todos los mexicanos, todos, todos, que la pandemia no saturara nuestros hospitales, nuestra capacidad hospitalaria, que se logró la estrategia de domar la pandemia”.

De entrada, sólo el 12 por ciento de los 300 municipios reanudaron actividades y eso con sus asegunes. En la gran mayoría las autoridades pidieron a la población seguir en sus casas y no tentar a la suerte.

Por otra parte, el propio AMLO dijo que la curva comenzaría a aplanarse entre el 5 y 10 de mayo, pero puro choro del chorero. Ya estamos a 20 y tan sigue subiendo que este martes nos fuimos a dormir tras enterarnos que hay 54 mil 346 contagiados, es decir, 2 mil 713 más que el día anterior y 5 mil 666 muertos.

A estos contagiados habrá que agregar 16 mil que reportaron los laboratorios particulares, pero que inexplicablemente las autoridades de Salud no han contemplado aunque sí reconocen, con lo que la cifra real de infectados sería de 70 mil 346. Eso si no se ha hecho camotes con tanto número el doctor López-Gatell.

De la saturación hospitalaria ni hablar, sigue y continuará mientras no se aplane la curva.

Otro problema grave que el presidente ha manejado a base de retórica con ribetes de cursilería, es el aumento de la violencia contra las mujeres debido al confinamiento. El 6 de enero negó en redondo el hecho y lo calificó de falso: “No hemos advertido un incremento. En México tenemos una cultura de mucha fraternidad en la familia. La familia en México es excepcional, es el núcleo humano más fraterno, esto no se da en otros lugares”.

Jaladas aparte, durante el mes de marzo se registraron en toda la República 115 mil 614 llamadas al 911 de mujeres agredidas o a punto de serlo por los patanes con los que conviven. El porcentaje aumentó en 22.31 por ciento en relación al mes anterior. Y de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la violencia contra las mujeres ha alcanzado niveles nunca vistos debido al confinamiento por el Covid.

¿Entonces?

A López Obrador lo ha desmentido desde la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero, hasta grupos de defensa de las mujeres de todo el país, pasando por las veracruzanas que son las más agredidas. Y va un dato escalofriante que debería avergonzarlo por mentiroso; del 17 de marzo en que se decretó la emergencia sanitaria hasta el día de ayer, han sido asesinadas 18 mujeres en Veracruz. Esto sin contar a las que sufren de acoso o son golpeadas o violadas por los sujetos con los que cohabitan.

Pero el presidente sigue montado en su macho en una actitud que lo único que demuestra es el desprecio infinito que siente por las mujeres.

El sábado presentó un mamotreto titulado “La nueva política económica en tiempos del coronavirus” que tiene como objetivo -dijo- dejar de ver la economía sólo en función del crecimiento económico.

Ajá ¿y cómo debemos verla ahora? En función de la democracia, la justicia, la honestidad, la austeridad y el bienestar, indicó.

Una utopía imposible, pero si quiere ponerla en práctica ojalá empiece con los bandidos que gobiernan Veracruz, a ver si pega.

Su mensaje lo cerró con una frase que ha repetido en otras ocasiones: “El pueblo de México es de los pueblos con más cultura política. O para decirlo de otra manera, es de los pueblos con menos analfabetismo político”. Bonitas palabras pero insisto, puro choro.

Nada dijo del otro analfabetismo, del de a de veras. A los Institutos de Educación para los Adultos los dejó tan secos de presupuesto que hay 300 mil analfabetas más desde hace 17 meses, es decir, desde que se terció la banda presidencial.

En el primer trimestre de este año se fueron 700 mil trabajadores a la calle y en promedio hay 25 mil despidos diarios. López Obrador ha choreado que creará dos millones de empleos de aquí a diciembre cuando sabe que dijo una cínica mentira.

Su “nueva” política económica es un compendio de buenos deseos expresados en su campaña pero que no tienen pies ni cabeza. Meses antes de tomar posesión se burló del magro crecimiento del país (2 por ciento) y aseguró que en su primer año de gobierno el crecimiento sería del 4 por ciento.

Lo cierto y lo real es que la economía creció 0 por ciento en su primer año y en este decrecerá en menos del 7 por ciento (el dato más optimista) y no se levantará si no hay inversión. Y es difícil que los inversionistas pongan sus ojos en México cuando les echaron para abajo un aeropuerto, una cervecera y varias plantas de energía eólica.

México está por entrar en una brutal crisis que no provocó el coronavirus, sino las pésimas políticas económicas dictadas por López Obrador desde el inicio de su gestión, pero que se niega a aceptar como fracasos. Vive una realidad alterna que justifica con mentiras, discursos y descalificaciones.

El tabasqueño fue un buen candidato por 18 años, pero como presidente ha resultado un fiasco y un fraude que llevará al país a un hoyo empantanado.



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