COLUMNA



El regreso de Pepe Yunes… ¡sin el PRI!

Línea Caliente

Edgar Hernández* / 

Morena, ¡el derrumbe!

Morena, luego del desencanto ciudadano, entró en un proceso de descomposición que llevará de nueva cuenta a la república a la alternancia.

A los morenos no se les observa un promisorio futuro ante la incapacidad de resolver sus problemas internos.

Peor, ante la ausencia del liderazgo de Andrés Manuel López Obrador, desmarcado del partido que lo llevó al máximo cargo de representación popular.

El antes conductor de masas, hoy Mesías de sus aplaudidores, el legendario Peje, está además en un tobogán, cae la preferencia ciudadana cuando apenas lleva poco más de un año de gobierno, luego de 20 años de lucha.

Con él, el efecto dominó.

A nivel nacional se ventila la lucha encarnizada entre Yeidcol Polewsky, presidenta de Morena depuesta y un interino, Alfonso Ramírez Cuellar, con más fama pública por su otrora relación sentimental con la actual esposa de López Obrador, Beatriz Gutiérrez Muller, que por su trabajo partidista.

Hoy, sin lugar a dudas, Morena está en el dintel del precipicio.

Se cierne asimismo la amenaza presidencial de fundar un nuevo partido si las tribus no se ponen de acuerdo.

Sería el principio del fin de Morena.

Y es que, de entrada y de cara al 2021 eventualmente Morena perderá el dominio del Congreso nacional.

Así, se constituiría un poder legislativo fraccionado que regresaría al país el contrapeso presidencial. Y en la otra cara que no menos importante, los municipios de los 32 estados de la república estarían en posibilidades reales de regresar al mosaico nacional de la pluralidad.

Y para Veracruz el escenario se torna más que interesante.

Al efecto dominó de la pérdida del poder y dominio de Morena a nivel nacional, se suma el pésimo gobierno de Cuitláhuac García, acompañado por las disputas al interior de su partido y el pleito a muerte que trae con Manuel Huerta.

Ello abrirá las compuertas del regreso de la que hoy se observa en apariencia como una oposición dividida y sin acuerdos, pero que a la hora de la hora el interés común los conciliará.

Es en ese juego donde resurgen con fuerza, apoyo, poder y decisión los partidos de siempre PAN, PRI y PRD, pero fundamentalmente los pequeños y los de nuevo registro: el Verde, MC, Podemos, PT, etc., así como los aliancistas y las asociaciones políticas.

Ansiosos de participar además están los enclaves regionales de poder, los viejos cacicazgos, las ínsulas políticas olvidadas pero no muertas, los líderes de siempre con apetitos de poder y las nuevas generaciones desencantadas con el cambio propuesto por la Cuarta Transformación que ha cerrado todos los caminos… salvo para sus chairos.


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