¿Lozoya y quién más?
ALMA GRANDE
Por Ángel Álvaro Peña
Emilio Lozoya Austin se preparó toda su vida para gozar de la
impunidad. Estudió para aprovechar los huecos que los funcionarios del pasado
les hacían a las leyes para convertirse en el gran distribuidor de dinero mal
habido del gobierno.
Contaba con padrinos de primera desde su más eterna infancia, y su
padre lo colocó donde había mucho y lo llevó de la mano para asegurar el futuro
de bienestar de su descendencia por siglos, aunque esto costara que su
bienestar significara la desgracia de todo un país.
Es por ello que la detención de Lozoya, uno de los muchos
epicentros de la corrupción en la historia de la administración pública del
país, es significativa.
Es el pulpo que multiplicaba los tentáculos con cabezas de hidra y
los alargaba hasta ámbitos desconocidos y oscuros en favor de un grupo que ya
se había convertido en familia.
Nació en pañales de seda, seda importada y adquirida con dinero
del erario muy probablemente, mal o bien habido, no sabemos.
Propiedades de lujo, viajes, confort en cada instante de su vida.
El mundo era de él, y no había duda. Estudió en Harvard, pero todo esto no era
suficiente, acostumbrado a ver al país como su propiedad, se adueñó de lo que
no era de él, creyendo que no habría problema alguno, por algo era Lozoya.
Su padre fue ministro de energía en el sexenio de Salinas de
Gortari y la actividad empresarial de la familia los hacía cómodamente ricos.
Emilio estaba acostumbrado a vivir en mansiones de lujo, por eso
no es raro que se haya escondido en una que costaba 100 millones de pesos,
gracias a este exceso fue fácil encontrarlo.
Ahora se prepara para afrontar un juicio que podría condenarlo hasta
a 15 años de prisión por haber recibido al menos 10 millones de dólares de la
empresa Odebrecht como sobornos para ganar contratos en México.
También aprovechó su cargo para cobrar fortunas para quien
quisiera tener una reunión con él, además de orquestar al menos dos
compras-estafa a la petrolera.
Mientras formaba parte de la élite política entre 2012 y 2018,
Emilio Lozoya se compró también propiedades de lujo. Su caída y la de su
familia empezó con la compra irregular de al menos dos residencias de lujo, una
de ellas en Ixtapa y otra más en el barrio exclusivo de Lomas de Bezares,
donde se involucró también su madre (ahora en arresto domiciliario) y su
hermana. Con esto, la familia Lozoya entera se involucró en los saqueos.
Con cuentas en Suiza, Emilio Lozoya, es un hombre que gustaba de
presumir sus relojes, trajes de diseñadores, autos de lujo, viajes por el
mundo, séquito de sirvientes y guardaespaldas, además de fortuna en varios
bancos.
La detención del exdirector de Petróleos Mexicanos, en Málaga,
podría impactar de lleno en el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.
Lozoya, estaba viviendo en San Petersburgo, Rusia, donde se
sospecha que contaba con la protección de oligarcas rusos, como Mikhail
Fridman, dueño de la cadena de supermercados Dia.
Lozoya, ahora en prisión provisional en la cárcel de Soto del
Real, fue interlocutor directo del presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo,
para negociar contratos con la petrolera. En 2012 se reunieron para cerrar un
acuerdo y recibir una concesión para los astilleros gallegos.
El actual director de Pemex, Romero Oropeza, encargó una auditoría
sobre el asunto. Las primeras investigaciones de la auditoría interna encargada
por Romero Oropeza indicaban que el negocio había sido desastroso para Pemex, de
manera que los malos resultados económicos podrían apuntar a otro tipo de
motivaciones en este acuerdo comercial.
Hay un nexo con Denis Manturov, Ministro de Industria y
Comercio del gobierno de Vladimir Putin desde 2012 en el que
participaron exfuncionarios de la paraestatal, llevó a la coartada de
protección de Lozoya en la Ciudad de México para facilitar su escape con el
respaldo del poderoso funcionario ruso.
Además, la empresa privada rusa Lukoil habría ganado en
2017 los bloques 11 y 12 de la ronda 2 obteniendo contratos de
exploración y extracción de hidrocarburos en nuestro país con el apoyo de
Lozoya Austin.
Aquí surgen de nuevo preguntas obligadas como la de la citación
que debió advertir personajes aparentemente intachables como José Antonio Meade
Kuribreña, desde Hacienda, en tiempos de Lozoya, o bien el geniecillo José
Antonio González Anaya cuando ocupó la oficina de Lozoya y si vio algo fuera de
lo común, ¿por qué no presentó una denuncia formal?
En poco más de tres años, Emilio Lozoya hizo 727 traslados en el
helicóptero de Pemex, de su casa a la oficina, ida y vuelta. Para visitar la
oficina de un amigo que estaba en la zona de Polanco, a un kilómetro de la
torre de Pemex, realizó 55 traslados.
En el caso de Lozoya, las autoridades también deben investigar las
relaciones con OHL, una compañía de la que Lozoya fue consejero y a la que
también se le ha asociado con escándalos de corrupción en España y México.
También está pendiente el expediente de la compra de Agronitrogenados, en la
que Pemex pagó una fortuna por una planta chatarra. La merma patrimonial para
la empresa fue de 750 millones de dólares. Está también la compra de los
astilleros, en Galicia, que le costaron a la petrolera 50 millones de euros y
la venta de las acciones de Pemex en la petrolera Repsol, operación de dos mil
090 millones de dólares, donde las cifras tampoco cuadran. El denominador de
todas estas operaciones fue el daño patrimonial para Pemex y la ineficiencia de
los órganos de vigilancia de la empresa y el Gobierno. Lozoya podía tomar
decisiones por valor de miles de millones de pesos, a pesar de sus limitaciones
y excesos.
Aquí hay un problema grave, que el exdirector de Pemex deberá dar
a conocer la complicidad de algunos de sus amigos; sin embargo, negociará callarse
otros nombres, por evidente que haya sido la participación de estos.
Hay nombres que suponemos debieron estar enterados de todos esos
delitos, si es que acaso realizaron su trabajo, tales como Enrique Peña Nieto,
José Antonio Meade, González Anaya, Miguel Messmacher, entre otros, pero
también algunos de los consejeros independientes de Pemex, como Jorge Borja
Navarrete, Alberto Tiburcio, Octavio Francisco Pastrana y Carlos Elizondo
Mayer-Serra. PEGA Y
CORRE.- Ahora Felipe Calderón culpa a Morena de dominar las
decisiones del INE, cuando en realidad este ha sido el verdugo del partido en
el poder, en fin, así estará el delirium tremens para justificar la carencia
total de apoyo para el remedo de partido que quiere organizar y nadie se anima
a participar ni cobrando por apoyar al presidente del empleo que después se
convirtió en el soldado de la guerra contra el narco, perdiendo, por cierto,
todas las batallas… Esta
columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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