COLUMNA


Morena, presa de cacería

ALMA GRANDE

Por Ángel Álvaro Peña

En el boxeo, cuando el contrincante está en la lona, no sólo se le deja de golpear sino que el posible vencedor se retira a su esquina. Pero en política, al derrotado se le sigue pegando aunque esté en la lona, así lo hace el PRI en el Estado de México con Morena, porque la realidad es que la situación de Delfina Gómez, dista mucho de estar en la lona.

El Tribunal Electoral del Estado de México, resolvió un procedimiento especial sancionador interpuesto por el PRI contra Morena y su candidata a la gubernatura Delfina Gómez Álvarez, por la realización de actos anticipados de precampaña y campaña electoral.

Porque, dice el tribunal mexiquense, al ser designada Gómez Álvarez como promotora de la soberanía nacional de Morena, en un evento púbico, el 10 de julio de 2016, se advirtió que con dicho actuar, se originó un posicionamiento de Delfina frente al electorado del Estado de México.

Es decir, el PRI no sólo quiere derrotar a Morena en 2017, sino que lo quiere bien muerto para 2018.

Las impugnaciones de Morena hacia el PRI continúan en la entidad, porque siguen encontrándose anomalías en las actas; pero no por ello el PRI está cruzado de brazos esperando defenderse de las acusaciones, sino que intenta tomar la ofensiva.

Sabe el PRI que el talón de Aquiles de Morena es el dinero y por ello insistirá, de ahora en adelante, en buscar la manera de mermar los montos a los que tiene derecho cada partido.

Así, ante la posibilidad de que se haya vulnerado el principio de equidad, el PRI, partido que más vulneró la equidad de circunstancias entre los competidores para la gubernatura hizo que se le multara a Delfina Gómez por cinco mil veces el valor diario de la unidad de medida y actualización vigente, así como una multa de diez mil cien días al partido Morena.

Es decir, hay golpes después de la pelea. No quieren revancha los priistas. Siguen con miedo.

El PRI no tiene candidatos fuertes, todos han sido desgastados en el ejercicio del poder, y muchos, que estaban fuera de esta oleada de desprestigio, acabaron por implicarse en la contienda del 4 de junio, sobre todo en las instrucciones a sus empleados respecto a la contribución en la compra de votos.

El PRI quiere muerto a Morena políticamente, pero no podemos negar que quiere físicamente muerto a más de uno de sus líderes. La rabia con la que algunos columnistas escriben, bajo las órdenes del gobierno federal o del tricolor, lo denotan.

Esto sin tomar en cuenta las campañas que de manera abierta o encubierta, realizan otros partidos, entre ellos la senadora por el PAN, Mariana Gómez del Campo, quien advirtió que un eventual triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones presidenciales de 2018 podría llevar a nuestro país a enfrentar la misma situación que se vive en Venezuela.

Lo más seguro es que esta pobre mujer no hay visitado nunca Venezuela, la aseveración no sólo es temeraria sino tendenciosa.

La insistencia del PRI por dejar sin recursos a Morena, desde ahora, habla no sólo de miedo sino de advertencia. El aparato de gobierno está fusionado con el partido en el poder, creando un mar de gente entre quienes se encuentran instrumentadores de campañas negativas, orquestadores de guerras sucias informativas, organizadores de brigadas de compra de voto, cuadrillas de donadores de tinacos y despensas, etc.

Es una multitud desde donde surgen una gran cantidad de expresiones de guerra política que no siempre están dentro de la ley.

Debe llamar la atención en este caso que la investigación fue exhaustiva contra Morena. Los hechos ocurrieron en julio de 2016 y el fallo se dicta 11 meses después; sin embargo; en las demandas presentadas en ese mismo Tribunal, por partido que no sea el PRI, sólo se falla sin investigación de por medio.

La parcialidad del Instituto Estatal Electoral del estado de México se hizo sospechosa desde la insistencia de los candidatos del PAN, Josefina Vázquez Mota, del PRD, Juan Zepeda, y de Morena, Delfina Gómez, para que el INE atrajera la elección. Aseguraban, los tres que no habría equidad de  condiciones, ya que los mismos consejeros electorales del instituto mexiquense estaban en combinación con el PRI, con el Grupo Atlacomulco, con el gobierno federal, con el gobernador y hasta con el candidato.

Las raíces del poder son muchas, y muchos más los tentáculos de sus alcances ilegales. El 2018 está a la vuelta de la esquina, el remedo de líder del PRI, dijo que podría haber candidato de su partido en agosto, porque el año electoral empieza en octubre, estamos hablando de mes y medio para una selección que puede fortalecer al tricolor o significar su suicidio. PEGA Y CORRE.- La urgente necesidad de que sean detenidos y castigados los cómplices de Javier Duarte se convierte en un tema incluso preelectoral. Los resultados de los comicios del 4 de junio, dieron todavía una oportunidad al PAN, pero no se la perdonaron al PRI, siguió siendo castigado con el voto a favor de otros partidos. Si se les despojara de su fuero a los cómplices de Javier Duarte habría auténticos descubrimientos que servirán al veracruzano de guía para saber hacia qué partido dirigir su voto. Pero pareciera que las autoridades se confían en la mala memoria de los veracruzanos en especial y de los mexicanos en general. Uno de los pocos cómplices detenidos ya empieza a dar información, como la que hizo en su declaración Arturo Bermúdez Zurita, ex titular de SSP-Veracruz, quien asegura que su entonces jefe, desvió 1,300 millones de pesos para una campaña del PRI. Aquí van algunos nombres para refrescar la memoria de los olvidadizos: Alberto Silva Ramos, Vicente Benítez, Jorge Carvallo, Moisés Mansur Cysneiros, Rafael Gerardo Rosas, Santa Bartolo Acuña, Miguel Velázquez Nieva, José Juan Janeiro Rodríguez, Gabriel Deantes Ramos, primo del que encabeza esta lista… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

Dudas y comentarios, escríbenos a:
Twitter @politicosad 



No hay comentarios:

Publicar un comentario