COLUMNA


TEXTO IRREVERENTE
22 June, 2019

Publicado en Notiver/ Andrés Timoteo

No es gratuito el silencio del gobernante en turno sobre el tema. El montaje sobre el secuestro de un reportero en Boca del Río apunta a un serio entuerto judicial para el gobernante en funciones, Cuitláhuac García Jiménez, ya que podría ser acusado, junto con su secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado, de la autoría del mismo y, si se logra tipificar, hasta de intento de desaparición forzada.

Ya hubo una declaración mediática del supuesto plagiado en su contra y la lógica señala que ésta tendría que convertirse en denuncia ministerial. Claro, en el entendido de que la supuesta víctima no haya sido parte del tinglado. Por lo pronto, se sabe que en palacio de gobierno están apanicados porque el teatro del secuestro se les revirtió y dio elementos a la Fiscalía General para indagar a los funcionarios estatales.

Vaya cosas de la brega política ya que ahora García Jiménez podría ser imputado de un delito sobre el cual sentó su arranque de gobierno con la famosa declaratoria de emergencia por desaparición de personas. Es decir, si el fiscal Jorge Winckler integra impecablemente la carpeta de investigación sentaría al gobernante estatal y al menos a uno de sus funcionarios de primer nivel en el banquillo judicial.

Hasta podría cumplirse el adagio popular de que ‘los carniceros de ayer serán las reses del mañana’ porque con una acusación de este tipo, la Fiscalía incluso podría presentar ante el congreso local un juicio de desafuero para proceder en su contra. Winckler Ortiz quien apenas hace algunos meses estaba en vilo por el intento de juicio político ahora le devolvería el favor a Cuitláhuac García.

Por eso hay pánico en palacio de gobierno donde se han tenido reuniones para analizar los posibles alcances del asunto las soluciones para enfrentar el embrollo. Ya se ha hecho publico que en las pruebas forenses del supuesto secuestro resplandecen las contradicciones: un enfrentamiento con ‘balas de humo’ que se evaporan sin dar en el blanco -en realidad se cree que los policías dispararon al aire para simular un enfrentamiento y permitir “huir” a los secuestradores-.

También 43 casquillos fueron hallados, pero los vehículos están intactos, sin un solo impacto de bala, pese a que solo había cinco metros de distancia. Se dijo que eran dos delincuentes, pero abandonaron tres las pistolas y, ¿cómo es que dispararon contra los policías para después huir sin llevarse las pistolas que eran su único medio de defensa?  Además, no hay huellas de derrape que confirme una persecución.

Empero, el indicio de fuego que apunta a García Jiménez es el mensaje difundido en Twitter en el que anunció la “liberación” del secuestrado 19 minutos antes de que los policías lo reportaran a la central respectiva, como consta ya en las actas ministeriales. Así se deduce que el gobernador, estaba al tanto de que el plagiado sería liberado con un teatro y, por ende, tiene que mucho que declarar sobre el secuestro mismo.

El mismo gobernante colgó otro mensaje en el Twitter que después borró, pero que fue visto por muchas personas, en el que decía que el “rescate” se había dado tras un enfrentamiento armado que nunca sucedió. Por si fuera poco, elementos de las secretarías de Marina y la Defensa Nacional, así como de la Policía Federal negaron que hayan participado en el supuesto rescate como lo expuso García Jiménez en su mensaje.

LA ENGODAMIA

Todo se va desgranando para el infortunio del gobernante en turno porque hasta los tinglados se le caen. Y por supuesto, esto debe tener consecuencias legales. Además, no hay duda de que día a día crecen las similitudes entre él y Javier Duarte sobre todo en sus dislates plasmados en las redes sociales. ¿Se acuerdan cuando todos clamaban que a Duarte le quitarán el teléfono celular para que ya no usara el Twitter por las pifias que protagonizaba? Pues ahora es lo mismo.

Esa red social es el guijarro con el que se descalabra García Jiménez cada vez que lo utiliza.  El tuit anticipado sobre lo que pasaría con el reportero plagiado es una especie de confesión de parte sobre que el gobernante habría ordenado todo el montaje o por lo menos estaba enterado del mismo.

Corre también la versión de que el secretario Gutiérrez Maldonado intentó aplicar en Veracruz lo que tanto hizo en Nuevo León y Coahuila: poner a policías a ‘levantar’ gente, pero no contaba que lo hicieron tan burdo y además que el impulso tuitero de García Jiménez terminó por echar a perder el plan.

También, hablando del Twitter, el jalapeño se refugió en esta plataforma para no dar la cara a los ciudadanos. A través de tuits da cuenta de informes que a puerta cerrada -en Casa Veracruz- ofrece a un público controlado: los diputados de Morena que ni por equivocación emiten un desacuerdo ni una pregunta incómoda. En su momento, Duarte encapsuló sus informes anuales llevándolos a recintos cerrados.

Primero fue el WTC de Boca del Río, luego el Museo de Antropología de Jalapa y cuando el enojo popular creció, lo hizo en el fuerte de San Juan de Ulua donde solo había un acceso vía terrestre controlado por cientos de policías y los invitados principales fueron traslados vía aérea y marítima. Al final terminó suspendiendo el evento del 2015 y en el 2016 ya estaba huido.

Esa evolución de arrinconamiento Duarte la presentó en al menos cinco años mientras que Cuitláhuac García ya la tiene en menos de seis meses. Se ha aislado por el temor a la rechifla y el reclamo. Ahora hace de la Casa Veracruz una fortaleza donde ni siquiera entra la prensa, su único contacto con el exterior es el Twitter. ¿Qué sucederá en noviembre cuando tenga que rendir el informe del primer año de gobierno?

La endogamia – relaciones entre los de la misma familia- es dañina en biología, pero en política es desastrosa. Cuitláhuac García perfila una administración endogámica pues gobierna para los suyos y solo ante ellos rinde cuentas. No obstante, al igual que Duarte, lo podrá hacer durante un tiempo, pero finalmente tendrá que dar la cara. No podrá esconderse para siempre ni en Casa Veracruz ni el Twitter.

*Envoyé depuis Paris, France.





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