Cuitláhuac,
Oportunidad Histórica
Línea Caliente
Por Edgar Hernández*
¡Yunes concluye en medio del repudio generalizado!
“No hay mal que dure cien años”, dijo el gobernador al tomar
posesión. Le faltó decir que “No hay mal –como el de Yunes- que dure más de dos
años”.
Al asumir la primera magistratura en el marco de una fiesta
popular que pareciera evocaba el fin de una guerra civil, tal vez la
culminación de una Revolución que ponía fin a una dinastía familiar, Cuitláhuac
García hace el recuento de daños.
El más doloroso, sin duda, la crisis humanitaria que vive Veracruz
con un número no determinado de muertos y desaparecidos que rebasa tan solo en
los dos últimos años, los dos mil 400.
Veracruz ha sido la carnicería del crimen organizado al amparo de
los criminales de cuello blanco.
Miguel Ángel Yunes en mucho recuerda al dictador de Nicaragua,
Anastasio Somoza Debayle, quien hasta el último día de su mandato estuvo cierto
que era un patriota, un demócrata que había llevado a su pueblo justicia con
paz social cuando lo único con lo que había cumplido era con la paz de los sepulcros.
Afortunadamente ya se fue y ya no tarda el nuevo gobierno en
remover la fotografía de su imagen que horas antes colocó orgullosamente en el
salón Juárez “para que me recuerden”.
Más bien será olvidado.
Por ello necesario darle vuelta a la página de ese trágico
episodio para siempre y tirar al cesto de la historia su cuento de la
democracia disfrazada de herencia familiar.
Este espacio no volverá a ocuparse de tan funesto personaje. El
olvido es lo peor que le puede suceder a un político sobre todo para éste que
aspira a regresar a la gubernatura en el 2024.
Más bien, en este promisorio futuro, habría que voltear, pero para
observar el ánimo social que se sucede con la llegada de quien se ha
comprometido al verdadero cambio, con Cuitláhuac García Jiménez que enfrenta
una oportunidad histórica de cara a más de ocho millones de veracruzanos.
Cuitláhuac, por quienes no pocos apostamos que no llegaría,
restregó en la cara a los incrédulos 1.6 millones de sufragios en una jornada
electoral nunca vista en la historia de Veracruz.
Y este primero de diciembre arranca atendiendo lo más sensible que
tiene la sociedad, su gente.
Decenas de miles de personas fueron, asesinadas, masacradas cuan
vil exterminio nazi, por grupos en disputa por el poder con el total consentimiento
de los gobiernos federal y estatal.
Ríos de dinero corrieron a cambio de miles de vidas.
Acaso por ello luego que el morenista rindió protesta ante el
Pleno de la LXV Legislatura del congreso local, emitiría la Declaratoria de
Programa Emergente por Crisis de Violaciones de Derechos Humanos en Materia de
Desaparición de Personas en Veracruz.
“Nuestro gobierno acepta y reconoce que a las víctimas no se
les ha hecho justicia y que lo más importante y urgente es brindar a las
personas justicia, verdad y reparación, y en este contexto localizar a todas
las personas desaparecidas”, señaló en su primer discurso ya como gobernador
constitucional.
Además, el gobierno local ya prepara una disculpa pública oficial
a familiares de personas desaparecidas.
“Ahí donde hay dolor, hoy se fortalece la esperanza de la verdad;
ahí donde quiere habitar la tristeza para siempre, hoy nace una nueva luz
por quienes físicamente no están; no estemos sólo tristes por su desaparición,
no olvidemos que el cobijo de su amor los hace presentes. También abriguemos la
esperanza, porque los vamos a buscar hasta encontrarlos”, declaró.
Un buen primer paso, sin duda.
Los siguientes serán llamar a cuentas al Fiscal arrodillado, Jorge
Winckler; revisar las cuentas y los cuentos del microgobierno que recién
termina; llevar ante un juez a todos los corruptos que no solo se despacharon
con la cuchara grande, sino que se llevaron la cazuela completa, y fortalecer
la democracia para que nunca más regrese Veracruz a caminos del despotismo imperial
ni las venganzas.
Para el nuevo gobierno quedan además en la mira los titulares de
las secretarias de Finanzas, de Educación, la de Salud, Seguridad Pública y
Comunicación Social, plagadas por la corrupción.
Ya la Contraloría se tiene el control del asunto y va a proceder.
La fiesta se va a poner buena.
Acaso por ello vale la pena hacer fe pública de la necesidad de
otorgar el beneficio de la duda al nuevo gobernante y confiar en que a Veracruz
le espera un buen gobierno luego de tres lustros de raterías.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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