México unido, no más gasolinazos
Por Ángel Álvaro Peña
Febrero 08 de 2017
La
reacción social ante el aumento a las gasolinas tuvo diferentes expresiones de
rechazo. Desde las más inofensivas hasta la toma de calles, de alcaldías, de
gasolinerías y de instalaciones de Pemex.
Dentro
de este panorama que definía a la sociedad mexicana en diferentes expresiones
de inconformidad. Daba lectura a un país que no está de acuerdo con las medidas
de su gobierno, pero hacían evidente su disposición a la protesta, porque hubo
manifestaciones de inconformidad unánime, unas más agresivas que otras. Unas
más efectivas que otras.
Algunos
sectores de la población se conformaron con poner una banderita en su celular
que nadie vería más que ellos mismos. Otros, colocaban letreros en sus casas o
en sus automóviles. Pero sólo nutrían estadísticas y no ejercían presión.
La
organización espontánea de la sociedad, con o sin líderes, tiene en guardia a
las autoridades. Sobre todo, en el norte del país, desde Baja California hasta
Tamaulipas, la gente tomó por asalto las dependencias relacionadas con los
energéticos que más cerca tenían para protestar airadamente y hacer presión
para que los funcionarios públicos y los legisladores den marcha atrás a una
decisión que sólo tomó un grupo muy reducido de personas.
En
Tijuana, policías municipales se enfrentaron a manifestantes que pretendían
“tomar” el palacio municipal por el incremento del precio de las gasolinas.
Con
equipo antimotines, los policías municipales bajo las órdenes del secretario de
Seguridad Pública repelieron a los manifestantes con toletes y escudos con un
registro de al menos una decena de heridos, y varios desaparecidos.
Las
protestas en Baja California registraron la participación de más de 40 mil
personas, la mitad de ellas en Mexicali, donde los asistentes realizaron
marchas y plantones pacíficos con arengas contra el presidente Enrique Peña
Nieto y el gobernador Francisco Vega de Lamadrid de quienes exigieron su
dimisión.
Primero
el enfrentamiento fue verbal y después se rompió el primer círculo del cerco
policiaco por lo que los manifestantes fueron repelidos en su intento por
ingresar a las oficinas de gobierno del alcalde panista Juan Manuel Gastelum.
Los
manifestantes mantuvieron el bloqueo a la Terminal de Almacenamiento y
Distribución de Pemex en Rosarito, Baja California, desde el lunes 30 de enero
hasta el fin de semana siguiente.
Un
primer intento de desalojo se registró la madrugada del viernes, cuando más de
300 elementos de la Policía Federal, el Ejército y la Policía Municipal de
Rosarito con apoyo de oficiales de Tijuana, efectuaron un operativo la
madrugada del viernes 3 de febrero a fin de desalojar a los manifestantes que
mantienen el bloqueo.
Pese
al intento de desalojo, los ciudadanos mantuvieron el bloqueo en la Terminal de
Almacenamiento y Distribución de Pemex y advirtieron que no bajarán la guardia.
Exigen que se dé marcha atrás al gasolinazo y se niegan a abandonar una lucha
que ya lleva más de una semana.
Los
manifestantes soportaron golpes y jaloneos durante el operativo efectuado la
madrugada de este viernes para desalojarlos, pero, aunque se mantuvieron
firmes, no pudieron evitar que salieran algunas pipas de combustible.
Aquí
hay muchos que amanecieron que tienen la ropa desgarrada y estuvo mal eso
estuvo mal”, dice un participante.
La
población de Baja California anuncia que llevará a cabo una lucha pacífica pues
consideran injusto a un gobierno que, con sus tarifas de electricidad, sus
impuestos y sus gasolinazos, les roba el futuro.
A
pesar de las amenazas de represión siguen en pie de lucha desde niños hasta
ancianos en las calles y sitios tomados en Baja California. Al mismo tiempo
piden que se unan a su lucha quienes coinciden en rechazar el aumento a las
gasolinas, que es la población entera del país.
Por
su parte, integrantes del Congreso Nacional Ciudadano tomaron los accesos a las
terminales de almacenamiento y despacho de Pemex en Tamaulipas, Estado de
México y Nuevo León.
En
Ciudad Madero, Tamaulipas, los inconformes determinaron levantar el bloqueo
hasta el martes, pese a que las pipas deben salir a repartir gasolina.
En
el Estado de México, medio centenar de personas tomaron el centro de
distribución de Pemex, ubicado en Toluca.
En
Nuevo León, integrantes del CNC bloquearon los centros de distribución de Pemex
en los municipios de Santa Catarina y Cadereyta.
En
Puebla un centenar de personas inconformes por el “gasolinazo” realizó un mitin
en la gasolinera de la 20 Poniente y 11 Norte, la cual mantuvo tomada por un
par de horas, para finalizar la marcha que salió del Zócalo de Puebla.
En
el “movimiento” participaron integrantes de organizaciones civiles como Puebla
en Lucha y el Congreso Nacional Ciudadano y se sumaron algunos ciudadanos
quienes incluso participaron para manifestar su inconformidad por las políticas
públicas aplicadas por los gobiernos estatales entrante y saliente.
Sin
embargo, las expresiones de inconformidad se expresan en el norte del país
donde pueden darse cuenta del precio y la calidad de la gasolina que se vende
al otro lado de la frontera. De ahí que su inconformidad sea mayor, más
organizada y de un liderazgo horizontal que es lo que no perdona la autoridad
al no tener una cabeza o líder con quién negociar.
La
inconformidad es de todos los mexicanos, las protestas de quienes tienen mayor
rabia ante la injustica que implica este tipo de medidas.
El
rechazo es unánime, la organización espontánea y la efectividad de la lucha
crece con la indignación.
La
población del norte de la República es la punta de lanza del México bronco que
anunciaba don Jesús Reyes Heroles que despertaría. A pesar de que la noticia
del gasolinazo fue dada a conocer el 28 de diciembre, a más de un mes después,
se suman cada más mexicanos a la protesta, al mismo tiempo que radicalizan sus
acciones… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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y comentarios, escríbenos a:
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