Incertidumbre Laboral en la
Termo
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Temen trabajadores ser liquidados con la Reforma
Energética
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A casi 30 años de construida sólo ha dejado
contaminación
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Existe un fuerte rumores que será vendida a
particulares
Por: César del Valle
Fecha: 18 de Marzo de 2016
Un sueño que produciría fuentes de trabajo, por ser
el complejo termoeléctrico más grande de Latinoamérica, sin embargo, nunca
generó un solo mega watts para Tuxpan, sólo produjo contaminación, ecocidio,
problemas en materia turística y hoy incertidumbre entre los trabajadores de
base que podrían ser despedidos ante el fuerte rumor de ser vendida a
particulares con la Reforma Energética.
Tres estaciones de 120 metros asentados sobre la
costa del Golfo de México en la Isla de los Potreros, son consideradas por los
tuxpeños como los símbolos de la degradación ambiental que la central
termoeléctrica “Presidente Adolfo López Mateos” ha ocasionado a los ecosistemas
de la región, durante casi 30 años.
Construidas en tres etapas, la primera de ellas
inaugurada en 1988 por el entonces Presidente de la República Carlos Salinas de
Gortari, para en conjunto 2 mil 100 mega watts de energía eléctrica hoy en día,
por diferentes razones la termoeléctrica sólo está generando 932 mega watts en
las unidades 1, 2, 5 y 6 pues la unidad 3 se encuentra en reserva fría,
mientras que la 4 se encuentra en mantenimiento.
Lo anterior ante la incertidumbre de los
trabajadores electricistas pertenecientes a la sección 55 del SUTERM, que
observan como la Reforma Energética atenta contra sus derechos laborales
conquistados, e incluso ven con preocupación que el Complejo generador de
energía podría ser vendido a particulares.
La Historia
En 1985, la Comisión Federal de Electricidad (CFE),
determinó la construcción de la termoeléctrica en la zona costera tuxpeña, sin
previamente presentar la manifestación de impacto ambiental que por ley tendría
que entregar a las autoridades ambientales.
Un año después el entonces delegado de la SEDUE –
dependencia hoy desaparecida- César Camarena de la Rosa, alertaba sobre los
grandes daños ambientales que provocaría la operación de la “Adolfo López
Mateos”, más aún, declaraba que nunca presentaron la manifestación de impacto
ambiental, “lo que violentaba la normatividad ambiental”, declaraba el entonces
funcionario federal, que poco tiempo después sería removido del cargo.
El tiempo le daría la razón, a finales de 1988 la
CFE otorgaba una millonaria indemnización a pescadores de la laguna de
Tampamachoco por los daños causados al estuario en la instalación de las torres
de conducción. Era entonces la primera de tres etapas de construcción de las
unidades 1 y 2.
En 1993 la CFE subsanó la falla de la manifestación
de impacto ambiental y para la edificación de las unidades 3 y 4 presentó un
estudio elaborado por la empresa consultora ambiental (CONSAMIN), con registro
de la SEDESOL PSIA C36/91 en la que se advertía “de un total de 217 impactos
ambientales: 154 (71%) son adversos; 34 (18%) sin beneficios y 24 (11%) tienen
efectos desconocidos en el ambiente”, resumía el estudio de 335 cuartillas.
Sin embargo, pese a estos datos el proyecto siguió
adelante y en una tercera etapa se construyeron las unidades 5 y 6 para en su
conjunto general 2 mil 100 mega watts, no obstante, protesta y bloqueos de los
pescadores y la indignación de organizaciones sociales Tuxpeños Unidos por el
Cambio (TUPEC) presidida por la señora Griselda López de Rocha, que incluso
demandaron al entonces candidato a gobernador Miguel Alemán Velasco, su
intervención para frenar la cruel contaminación generada por la termoeléctrica.
Incluso en el 2010 quien fuera rector de la UNAM,
Francisco Barnés de Castro, durante los foros para la construcción de una nueva
refinería, aseguraba que ésta no podría instalase en Tuxpan porque era una zona
seriamente impactada, en cuestión ambiental por la operación de la central
termoeléctrica “Presidente Adolfo López Mateos”.
La fuente de empleo para los tuxpeños, fue un
engaño, toda vez que la mayoría de los empleados de base y sindicalizados son
procedentes de la ciudad de México y otras entidades, y prueba de ello, es que
500 obreros habían sido contratados para las labores de mantenimiento de una de
las unidades, fueron regresados a sus casas y se mantienen en espera de ser
nuevamente contratados.
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