Conocí al Gran Campeón Mundial Ultiminio Ramos, un Gran
Amigo: Ricardo el “Cuate” Gamboa
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El
hombre de Matanzas, Cuba, murió el pasado 3 de este mes de septiembre
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Ricardo
Gamboa, ex boxeador profesional tuxpeño, tuvo la oportunidad de convivir con
esta gloria del boxeo mundial
Por
Francisco Vargas Perales
El
pasado día 3 de este mes de septiembre, el mundo del boxeo se conmovió al
conocer la noticia que había fallecido el gran Ultiminio “Sugar” Ramos,
excampeón mundial que fue de los pesos plumas. El gran Ultiminio, el hombre de
Matanzas, Cuba, nacionalizado mexicano junto con otros boxeadores cubanos como Mantequilla
Nápoles, llenaron de emocion a los mexicanos en cada una de sus peleas.
Ultiminio
Ramos Zaqueira, supo agradecer al pueblo de México su hospitalidad, supo valorar
a sus grandes amigos aquí en México. En
1964 cuando el “Sugar” Ramos sintió que su etapa en el boxeo estaba terminando,
se enfrentó a un grande de México de su mismo peso – pluma – Vicente Saldívar,
para dejar aquí en su país anfitrión el Campeonato Mundial Pluma que ostentaba,
a su muerte se escribieron páginas y páginas en los periódicos del país y las
redes sociales dieron cuenta inmediata de su fallecimiento, como cuando muere
un grande, porque así lo era Ultiminio Ramos.
El
pueblo de Tuxpan ha sido cuna del boxeo profesional, de este pueblo han salido
pugilistas a probar suerte a la capital de la república y a otros lugares del
país y del extranjero, hasta la década de los 70 se practicaba el boxeo en este
puerto y algunos jóvenes destacaban, como los “Cuates” Ricardo y Roberto
Gamboa, quienes decidieron probar suerte en la ciudad más grande del mundo, México, y otras
plazas del país, de esa forma trabaron amistad con el hombre de Matanzas,
Ultiminio Ramos. Semanario YPunto entrevistó al respecto al “Cuate”
Ricardo Gamboa.
- “Cuate”, ¿conociste a
Ultiminio Ramos?
- Déjame decirte que yo fui boxeador profesional de 1977 a
1990, realicé peleas en varias ciudades de la república como Nuevo Laredo,
Monterrey, Torreón, Hermosillo, Chetumal, Veracruz, Guadalajara, Acapulco y
desde luego la ciudad de México, ahí era nuestra base, entrenábamos en el gimnasio
Jordán, de Arcos de Belén, ahí tuve la oportunidad de entablar pláticas con
José Ángel Mantequilla Nápoles, Rubén Olivares, Julio Guerrero, Guadalupe
Pintor, Ricardo Arredondo el mismo Ultiminio Ramos y otros grandes boxeadores
así como con los managers Kid Rápidez, Pepe Hernández, el “Cuyo” Hernández
entre otros, ellos nos aconsejaban a los novatos.
- ¿Hiciste amistad con
Ultiminio?
- Con Ultiminio Ramos yo
me subí al ring varias veces, yo pesaba 48 kilos, era peso mini mosca y lo
ayudaba a moverse, eso era necesario para los pesos mayores, intercambiar
guantes con un peso menor para adquirir movilidad, a Ultiminio le gustaba como
me movía en el ring, mi hermano Roberto y yo éramos sus esparring; era una persona
muy agradecida, ya retirado las veces que vino a Tuxpan me visitó aquí donde
vendo empanadas, vino en tres ocasiones a referiar
peleas en el gimnasio de usos múltiples, todavía se practicaba el boxeo en
Tuxpan.
Yo tuve 8 peleas en la Arena Coliseo de la
Ciudad de México, cinco de los miércoles y tres de los sábados, en las peleas
estelares peleaban los grandes boxeadores y alternábamos en los vestidores
antes y después de las peleas, ahí tuve la oportunidad de conocer a otro
grande, Jorge “Sony” Alarcón, que narraba las peleas de los sábados para Televisa,
él y Antonio “Toño” Andere, fueron unos grandes del Micrófono, les llamaba
mucho la atención que mi hermano Roberto y yo nos parecíamos bastante y los dos
teníamos la misma profesión del boxeo, “como dos gotas de agua”, decían.
En la Foto: Parados Roberto Gamboa, Luis "Frijol" Madrid, Ultiminio Ramos, Ricardo "El Cuate" Gamboa. Sentados: Dr. Guzmán y Rubén "Púas" Olivares. La gráfica fue tomada antes de una función de box en la ciudad de Poza Rica, Ver.,
¿Qué recuerdas de
Ultiminio Ramos”?
- Era un gran amigo, él y
Mantequilla Nápoles ya retirados del boxeo se iban al mercado de la merced en
la Ciudad de México y con maracas y tumbas se ponían a cantar entre la gente y
les aplaudían, posteriormente tuvieron sus conjuntos musicales, nunca se les
subió el triunfo, fueron grandes amigos, no escatimaban el saludo, sentí
bastante cuando me enteré que se murió, me puse triste, pero la función debe
continuar, siempre que se muere un grande del boxeo pienso que sonó la campana
para terminar la pelea, sólo quiero decir que descanse en paz el grande
Ultiminio Ramos, un hombre que dejó escuela en el boxeo y dio tantas emociones
al pueblo mexicano.
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