Políticos mexicanos innecesarios
25 de Septiembre
de 2017
ALMA GRANDE
Por Ángel
Álvaro Peña
Como si se tratara de una enfermedad contagiosa, los políticos
mexicanos han preferido alejarse lo más posible de los damnificados de los
sismos que afectaron a diferentes estados de la república, desde Oaxaca hasta
la Ciudad de México, pasando por Chiapas y Morelos.
Mientras dentro y fuera de nuestras fronteras se expresaba la
solidaridad con los afectados por la furia de la naturaleza, los políticos
dentro del país y en funciones prefieren aprovechar en beneficio propio,
algunos en favor de su partido, con la ayuda desinteresada de la sociedad
mexicana y de otras naciones que enviaron ayuda directa a los damnificados por
el terremoto.
Las cantidades de dinero son tan importantes que bien podría
entregarse una reposición de casa o departamento a quienes perdieron su
vivienda; sin embargo, éstos ni siquiera saben a qué instancia acudir para
recuperar lo que les es propio. Mala señal.
La sociedad debió reclamar a través de las redes sociales y en
cualquier manifestación pública la necesidad de que los partidos políticos
recortaran sus beneficios para dar a los necesitados lo que perdieron por el
sismo.
Las diferentes instancias de la sociedad mexicana apoyaron la
posibilidad de que los partidos dieran parte de sus recursos a la
reconstrucción y a regresarles a los damnificados parte de lo que por derecho
les corresponde.
El Papa Francisco donó, por ejemplo, 150 mil dólares; cantidad
nada despreciable, aunque debemos tomar en cuenta que el viaje de Su santidad
le costó el pueblo de México más de nueve millones de dólares.
Así también debe considerarse que el Arzobispo Primado de México,
Norberto Rivera Carrera, cuestionó la ayuda y su transparencia, pero fue
incapaz de donar algo de lo mucho que tiene como máximo jerarca de la iglesia
católica en México.
La Revista Quién publicó fotografías de su mansión en
Tlaquepaque: con piscina, donde realiza encuentros con la clase
política y empresarial.
Ahora surge otra exigencia de la sociedad mexicana para apoyar a
los damnificados de los sismos en la ciudad de México y en los estados de
Morelos, Oaxaca, Puebla, Chiapas y Veracruz.
Debe retirarse la pensión vitalicia a los ex presidentes de México
y destinarse a reconstruir el futuro de los damnificados del sismo.
La pensión vitalicia también es un concepto otorgado con dinero de
los ciudadanos. El Congreso de la Unión aprueba, cada año, una partida para la
Presidencia de la República para que la destine a un pago para los ex
presidentes o sus viudas, lo que en promedio asciende a 40 millones de pesos,
afirma el portal sin embargo.
La solidaridad mostrada por personajes del espectáculo y los
deportes contrasta con la actitud de políticos como el gobernador perredista de
Morelos, Graco Ramírez, quien escondió despensas y todo tipo de ayuda en
bodegas del gobierno estatal para colocarles una calcomanía del DIF estatal que
encabeza su esposa, Elena Cepeda, quien desvió toda la ayuda en
especie hacia espacios del gobierno de la entidad.
Como este ejemplo hubo muchos en diferentes estados y
delegaciones.
Ante este descaro, los futbolistas Javier ‘Chicharito’ Hernández y
Miguel Layún realizaron una labor de apoyo a los afectados por
los sismos que han sacudido a México en las últimas semanas.
Ya recaudaron más de 200 mil dólares que se fijaron en un
principio, por lo que el Chicharito señaló: “Quiero agradecerles de verdad todo
el apoyo, todas sus donaciones, ni en nuestros mejores sueños hubiéramos
imaginado en tan poco tiempo haber logrado la cifra de recaudar 200 mil dólares”.
Añadió que ya comenzaron a destinar las donaciones a las
distintas organizaciones de la República que están colaborando con los
afectados y apuntó que ahora van por una meta más grande.
Han afirmado que “Lo mejor que tiene México son los mexicanos. Es
vedad, pero lo políticos parecen no ser del país y no son de este planeta, su
egoísmo y ambición no es de este mundo. Hay una clase dorada que conforman los
consejeros electorales y los magistrados, que no gozan de buena reputación en
el país; sin embargo, junto con los diputados y senadores no han abierto la
boca para organizar una cooperación entre sus similares y destinarlo a los
damnificados.
Los empresarios que deben toda su riqueza a los mexicanos han sido
incapaces de iniciar una recolecta, y los funcionarios públicos, dedicados a la
participación en negocios personales no han dicho nada al respecto.
Luego de que una serie de malos funcionarios públicos viven en la
impunidad no se ha podido llegar al corazón de personajes como Gerardo Ruiz
Esparza, Secretario de Comunicaciones y Transportes, para que pueda donar algo
de lo mucho que le dejaron los trabajos de constructoras españolas en suelo
mexicano, desde que era secretario de Comunicaciones del gobierno del Estado de
México.
Magistrados instalados en esos puestos con el único objetivo de
ver qué ganan de más, a pesar de tener salarios millonarios, ni siquiera han
volteado a ver los damnificados y menos aún les conmueve la ostentosa vida que
llevan. No se han dado cuenta de que hay mexicanos, con cuya pobreza hacen
negocio y se enriquecen con su trabajo, que han perdido todo.
La insensibilidad de los políticos mexicanos no tiene límite y
quieren que el tiempo pase y la desmemoria de la población les favorezca para
poder seguir viviendo del presupuesto.
En cambio, hay otros funcionarios responsables que ni siquiera
requieren ver la miseria en la que ha sumido a muchos mexicanos la furia de la
naturaleza, sino que trabajan para que la tragedia sea menor, tal es el caso de
los miembros de la Marina Armada de México, cuyo oficial mayor, Almirante José
Luis Vergara, encabezó los trabajos de rescate y coordinó las actividades en
los lugares donde hubo necesidad de asistir a la población.
En días pasados, un periódico de circulación nacional mostró el
resultado de una encuesta donde detalla las simpatías que el pueblo mexicano
siente por los marinos, donde el 86 por ciento de los encuestados afirman que
la labor de los marinos fue muy buena en las tareas de salvación, rescate y
apoyo a los afectados por el sismo del 19 de septiembre.
Los políticos mexicanos han dejado de ser políticos, su falta de
sensibilidad acusa indiferencia y desapego a su tarea esencial, pero también
han dejado de ser mexicanos, porque quien es indiferente al dolor ajeno no
tiene cabida en ningún país, en ningún partido, ni en espacio alguno. Es decir,
ante esta actitud los mexicanos comienzan a darse cuenta de que los políticos
sobran. PEGA Y CORRE. – Por
si la molesta burocracia legislativa no fuera lo suficientemente dañina, ahora
será la población la que deba pagar los daños que el recinto del Senado sufrió
a causa del sismo, al tener daños en el domo, escaleras, muro de tabla roca,
banquetas y las rejas, entre otros; cuyo remozamiento costará 6 millones de
pesos. Cantidad que deberían absorber los senadores, por lo menos por esta
ocasión… Esta columna se
publica los lunes, miércoles y viernes.
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