Francisco Berlín, un Veracruzano Desaprovechado
OPINIÓN | Línea Caliente
Edgar Hernández*
29 de agosto, 2019
¡Encabronamiento veracruzano ante tanta torpeza de Cuitláhuac García!
De cara al profundo malestar ciudadano ante
repetidos desaciertos gubernamentales que han convertido a nuestra amada tierra
en una arena de violencia y sangre, los veracruzanos nos seguimos preguntando
cuándo será la hora de la inteligencia, cuándo la del aprovechamiento de
nuestros mejores hombres, cuando la hora de la paz social.
La peste cayó en Veracruz desde el arranque del
nuevo siglo.
No hay orden ni concierto en las acciones de
gobierno de Fidel para acá. No hay disposición y menos voluntad de regresar esa
grandeza a Veracruz y si, mantener las puertas de par en par a la delincuencia,
al crimen organizado que nos tiene de rodillas.
Hemos transitado de lo peorcito a lo deleznable.
Y cuando pensamos que la pesadilla había terminado
llega otro peor, uno que hace de la mentira una virtud y del engaño una
vocación, uno que es capaz de defenestrar a su propia abuela o embarcar al
propio Presidente de la República.
“¡Ya aprenderá!”, gritan sus corifeos mientras ocho
millones de veracruzanos no vemos más que tragedias, un estado aterrorizado por
la escalada criminal y a un atarantado que nos mal gobierna dando palos de
ciego acompañado de otros que son peores que él.
Decenas, centenares de asesinatos, brutales
ejecuciones, ataques francamente terroristas como el sucedido en Coatzacoalcos,
hoy tierra de nadie, son el pan de cada día.
Sabio, sin embargo –no esa sabiduría y bendición de
la que habla el Pejelagarto-, repito, sabio el pueblo, espera que nuestros
mejores hombres vengan a gobernarnos.
Ayer, antes de ayer, semanas y años anteriores, los
sectores productivos, académicos, la opinión pública en general, han venido
mencionando la necesidad de que el frágil gobernador Cuitláhuac García se deje
aconsejar, se deje asesorar por la gente sabia, la que ama a Veracruz.
Su tozudez, su ignorancia enciclopédica, sin
embargo, se lo han impedido a grado tal que cualquiera que se le acerque con un
grado de inteligencia o preparación superior a esa mediocridad, es rechazado
groseramente.
Veracruz a la largo de su historia ha sido una veta
de prohombres.
Ya mismo ahí enhiestos, presentes en nuestro
devenir histórico, aguardan esos veracruzanos de excepción. Ahí están.
Presentes para la mejor conseja. Para explicar a nuestros gobernantes nuestro
origen y destino. Para aportar lo mejor de sí mismos en favor de nuestra
tierra.
Ayer, de nueva cuenta, fue homenajeado un
distinguidísimo veracruzano por el Colegio de Veracruz, el doctor Francisco
Berlín Valenzuela, uno de los más reconocidos juristas de México, considerado
pionero mundial del derecho parlamentario, autor de la credencial de elector
que hoy forma parte de nuestra vida, académico, político –a los 28 años fue
Secretario General del gobierno de don Rafael Murillo Vidal-, defensor de la
libertad de expresión y tantos y tantos reconocimientos estatales, nacionales e
internacionales.
Y uno se pregunta ¿Cómo es posible que hombres de
tal valía no sean aprovechados por los gobernantes que van y vienen y terminan
sexenios en la peor de la ignorancia e ignominia?
Y se vuelve uno a preguntar ¿Hasta cuándo el
interés de la república, el interés de Veracruz debe supeditado al interés
partidista? Es que, ¿Realmente el sedicente “doctor” Cuitláhuac García es mejor
que el señor doctor Francisco Berlín Valenzuela?
Por la pruebas, por los resultados, por el
prestigio y por una vida pública intachable del académico y jurista, por
supuesto que no.
Y como el caso de Berlín están tantos otros.
Decenas, cientos de veracruzanos notables, de
reconocimiento allende las fronteras, de los que no hacen fila y que tampoco
esperan ser llamados como es el caso del homenajeado, ahí están.
En vida, legando a las universidades, a su entorno
político, a sus amigos y familia su asombrosa sabiduría, su enorme experiencia,
su herencia de vida.
Veracruz está por echar a patadas a su gobernador,
a montarlo en reversa a un burro y sacarlo por incumplido ¿No sería posible
pensar en llevar a la magistratura a uno de tantos sabios como el arriba
citado?
No sé.
Creo que ya no debo de fumar esas cochinadas que me
provocan sueños guajiros.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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