Desde el Café
El tipo está en el hoyo
Bernardo Gutiérrez Parra
Si en privado lo pendejeaba, en público Miguel
Ángel Yunes nunca escatimó elogios para su lacayo favorito Jorge Winckler
Ortiz. Faltando horas para dejar la gubernatura lo volvió a lisonjear: “El
Fiscal del Estado es un funcionario ejemplar que ha realizado un trabajo extraordinario”.
Quizá sea ejemplar, pero también es inepto,
incapaz, torpe e incompetente.
Y para muestra van estos botones.
En enero del 2017 la Fiscalía de Winckler detuvo a
Leonel Bustos Solís, ex director del Seguro Popular acusado del desvío de más
de 2 mil millones de pesos. Este sujeto fue el primer pez gordo del duartismo y
el primer golpe mediático del yunismo.
También encarceló al ex titular de la SSP, Arturo
Bermúdez Zurita acusado de enriquecimiento ilícito. Después al ex de Finanzas,
Mauricio Audirac, al que se le acusó de desviar 2 mil 300 mdp. Luego tocó el
turno a Augusto Morando constructor de la Torre Pediátrica de Veracruz y
acusado de defraudar 75 millones de pesos. Más adelante al ex titular de CAEV,
Francisco Valencia, sujeto a proceso por desviar 400 mdp.
A ellos siguió la ex Coordinadora de Comunicación
Social Gina Domínguez acusada de pagar más de 100 millones de pesos a empresas
fantasma; y semanas después fue detenido el ex Secretario de Salud, Juan
Antonio Nemi Dib, acusado de abuso de autoridad y de permitir la adjudicación
de 187 mdp para la construcción de la Torre Pediátrica que no se terminó.
También hay que agregar a Xóchitl Tress, ex
directora de Espacios Educativos de la SEV acusada de enriquecimiento ilícito;
al ex gobernador interino Flavino Ríos, acusado de ayudar a escapar a Javier
Duarte y al ex Fiscal Luis Ángel Bravo Contreras.
En total diez peces gordos.
De esos diez los únicos que siguen en prisión son
Arturo Bermúdez, Luis Ángel Bravo y Gina Domínguez. Aunque la ex vocera no está
propiamente encarcelada sino convaleciendo en un hospital en calidad de
detenida. Pero todo mundo apuesta a que cuando la den de alta en lugar de
regresar a Pacho Viejo se irá a su casa.
También, es casi seguro que en unos días recupere
su libertad el ex Fiscal Bravo Contreras, con lo que sólo quedaría en prisión
Arturo Bermúdez Zurita.
Con excepción de Flavino con el que se cometió una
deleznable venganza, todos los demás están acusados de ser presuntos
delincuentes, es decir, ninguno es un santo. Sin embargo, salieron o están por
salir debido a que las carpetas de investigación no fueron debidamente
sustentadas y se violó el debido proceso.
¿Más incompetencia del Fiscal? Imposible.
Gracias a su ineptitud, Winckler pasará a la
historia como el Fiscal al que se le pelaron casi todos los peces de la pecera,
y nomás por eso debió irse. Pero su jefe Yunes lo aguantó contra viento y
marea.
Si en dos años jamás ejerció sus funciones de
Fiscal (el Fiscal de facto lo fue Yunes Linares), en la actualidad menos porque
está más preocupado en sobrevivir que en abogar por los veracruzanos.
Y es que todo mundo quiere que se vaya. Desde el
gobernador Cuitláhuac García, hasta los colectivos de familiares de
desaparecidos, el secretario de Gobierno, Eric Cisneros y la mayoría de los
diputados locales. También todo mundo quiere que responda a las acusaciones por
corrupción, enriquecimiento ilícito, abuso de autoridad, persecución, amenazas
y tortura.
Este martes la directora del Colectivo Solecito,
Lucía Díaz Genao, soltó un bombazo que puede poner fin a su carrera de abogado
y ni se diga a su carrera política.
La señora señaló que la FGE de Winckler, otorgó
“Criterios de Oportunidad”, es decir, rebajó penas y ofreció libertad a ex
policías de la SSP acusados de desapariciones forzadas, siempre y cuando
incriminaran en ese delito a los altos mandos.
Si se comprueba esta acusación, Jorge Winckler
deberá buscar con urgencia un buen bufete de abogados porque puede caer en la
pecera de la que están saliendo los peces duartistas.
Por el bien y la sanidad de la justicia en Veracruz
el tipo tiene que irse o habrá que echarlo. Es que no se puede. Claro que se
puede. El Artículo 67 de la Constitución establece: “El Fiscal General podrá
ser removido por el Congreso por las causas graves que establezca la Ley”.
Faltas graves ha cometido muchísimas y él lo sabe.
Jorge Winckler está en el hoyo.
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