COLUMNA


Asunto Spinoso

06 de diciembre de 2017

ALMA GRANDE

Por Ángel Álvaro Peña

Durante la gubernatura de Javier Duarte no hubo dependencia de gobierno que no tuviera un desfalco en detrimento de la población y en beneficio de los bolsillos del ex gobernador y sus amigos.

La excepción no fue la Secretaría de Educación, cuyo oficial mayor, es decir, el gran administrador de la dependencia, fue el actual diputado federal, ahora sin partido, pero llegó a su curul por el Verde, Edgar Spinoso.

Fue separado de su bancada debido a que se teme que de un momento a otro se exija su desafuero ante las losas pesadas que carga en sus espaldas juntos con otros colaboradores de Javier Duarte de Ochoa que es señalado como parte del gran saqueo al estado de Veracruz.

Las versiones sobre la expulsión de la bancada del Partido Verde del ex oficial mayor son dos, la primera y más cercana a la verdad fue el peligro de que uno de sus miembros pueda ser encarcelado por operar al menos 38.5 millones de pesos que la PGR identificó como lavado de dinero desde la Secretaría de Educación del Estado de Veracruz.

La otra es que Spinoso muy dignamente protestó por el desvió de la mayoría de los fondos del partido que le corresponden a Veracruz, hacia el estado de Chiapas donde gobierna Manuel Velasco, del partido Verde con la finalidad de preservar el poder en manos de ese partido.

El final de dicha discusión fue una bofetada de Spinoso contra el también diputado Jesús Sesma Suárez. Los hechos sucedieron en las nada discretas oficinas de los verdes en la Cámara de Diputados de San Lázaro.

La indignación aparente de Spinoso debe ser uno de los muchos disfraces para alejar de su persona el fantasma de Javier Duarte y caminar por el sendero del bien, supuestamente pugnando por el beneficio del estado que saqueó, pero aparentando querer salvarlo de la ruina en que su jefe hundió las arcas de Veracruz.

Seguramente el diputado sin partido se amparará en las filas del PRI, única organización que le seguirá permitiendo actuar como si fuera inocente, después de haber exprimido los recursos de la Secretaría de Educación de la entidad.

Cuando Edgar Spinoso Carrera fue oficial mayor de la SEV, avaló los contratos concedidos por la dependencia a empresas fantasma.
La Auditoría Superior de la Federación detectó el posible desvío de más de seis mil millones de pesos de recursos federales destinados para apoyar la educación en el estado.

Como Spinoso hay muchos, que han podido posponer su encarcelamiento. Ahí están Tarek Abdalá, Noemí Guzmán Lagunes, Alberto Silva Ramos, el notario Israel Ramos Mange, Daniel Cordero Gálvez, Vicente Benítez González, Juan José Janeiro Rodríguez, Gabriel Deantes Ramos, José Antonio Chara Mansur Beltrán, Moisés Mansur Cysneiros, Rafael Gerardo Rosas Bocardo, Juan Carlos Rodríguez García, entre otros.

Muchos de ellos empiezan a rodear a sus correligionarios que pueden llegar no sólo a la candidatura sino a la gubernatura para sustituir a Miguel Ángel Yunes Linares, ahí están como si nada debieran todos y cada uno de los que han sido señalados no sólo por los medios de la entidad, sino del país y hasta del extranjero.

Ellos son los culpables del desprestigio del PRI, son los responsables de su debacle en las urnas y de los reveses políticos y legislativos que ha recibido el tricolor en los últimos años.

Gracias a personas como Alberto Silva, Vicente Benítez -el señor de las maletas-, Gabriel Deantes y todos los mencionados  arriba y los que faltan, que no son pocos, el PRI vive las condiciones lamentables que ahora sufre a causa de los excesos de sus militantes distinguidos, quienes en lugar de ser  castigados son premiados, y todavía tienen el descaro de brindar su apoyo a personajes que bien harían en alejarse de ellos, como Pepe Yunes, que es el candidato natural del PRI a la gubernatura, con todas las posibilidades de ganar en una contienda limpia a sus contrincantes.

Sin embargo, así como han manchado la imagen del PRI con sus conductas claramente delictivas, pueden empezar a desprestigiar a los posibles candidatos del PRI a los puestos de elección popular, principalmente los del estado de Veracruz.

La responsabilidad histórica de un partido debe empujar a los colaboradores cercanos de Javier Duarte a la cárcel, y no al ascenso en su carrera política, que es lo que buscan al aproximarse a las actividades de Pepe Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa, quienes seguramente competirán juntos y coordinados por recuperar el gran bastión priista que representa Veracruz, perdido precisamente por el latrocinio de Duarte y sus cómplices ahora amparados en el fuero, como es el caso de Edgar Spinoso Carrera.

Llegar a los golpes por diferencias de ese tipo, acusa culpabilidad, sobre todo de Spinoso, quien debe cubrir su suciedad con un escándalo para pasar de ser victimario a convertirse en víctima. De ahí que parezca sentirse ofendido y tome la ofensiva cuando en realidad lo que necesita es un buen abogado defensor que pueda librarlo de la cárcel.

No es difícil que se quieran desviar fondos a Chiapas correspondientes a Veracruz, pero eso se debate en el pleno o en el interior de la bancada.

Llegar a las agresiones físicas entre legisladores habla de violencia y ésta es por lo regular, producto del miedo. PEGA Y CORRE.- Veracruz se convierte poco a poco, en el estado más violento, ahora ocupa el sexto lugar en feminicidios a nivel nacional con 318 homicidios de mujeres durante 2014 al 2016, según agrupaciones que promueven la Alerta de Violencia de GéneroXalapa es el que concentra mayor número de defunciones de mujeres por homicidio, seguido por Coatzacoalcos, Córdoba y Papantla…. Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
  
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