COLUMNA



Candidatos pugilistas

ALMA GRANDE

Por Ángel Álvaro Peña

El Por México al Frente y el Frente Todos por México, Ricardo Anaya y José Antonio Meade, han sacado del baúl de sus recuerdos los peores insultos que desde la infancia practican para descalificarse, mientras un tercero en discordia, Andrés Manuel López Obrador, del frente Juntos haremos historia, sube su puntuación rápidamente.

El 14 de abril, Ricardo Anaya criticó a José Antonio Meade, por haber sido el último en presentar su declaración patrimonial, fiscal y de conflicto de intereses, mejor conocida como 3de3.

“Le debería dar vergüenza haber presentado al último sus declaraciones y ahora pretende que todo el país le aplauda”, dijo.

En esa misma ocasión, Anaya, ante los exaltados retos del candidato priista, José Antonio Meade, por asistir a un debate, insistió que no valía la pena desgastarse con quien va en tercer lugar.

Anaya señaló que la determinación de la Sala Regional Especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, sobre que la PGR hizo mal uso de recursos públicos y afectó la equidad de la contienda al hacer público el vídeo en el que aparece él durante su visita a las instalaciones, confirma que el Gobierno Federal interviene en el proceso electoral.

Por su parte, José Antonio Meade, criticó las propuestas de Ricardo Anaya. Lo responsabilizó de plagiar la política exterior que él aplicó con Estados Unidos cuando fue secretario de Relaciones Exteriores.

Acusó a Ricardo Anaya de poner en riesgo la estabilidad de la contienda electoral por envolver a autoridades federales en un pleito por la investigación de sus propiedades y las de su familia.

En otra ocasión José Antonio Meade, advirtió que a Ricardo Anaya le falta experiencia, temple y congruencia, tres elementos que generan preocupación, además de que cambia de opinión como cambia de lealtades.

“Con 10 años más que Ricardo, cinco veces secretario, él subsecretario de Turismo, a mí no me alcanza para una planta industrial, a mí no me alcanza para tener una fundación y construir un edificio, a mí no me alcanza para venderle una planta industrial a una empresa fantasma”, apuntó.

Javier Lozano, vocero de José Antonio Meade, dijo que Ricardo Anaya “no tiene madre” por utilizar a su propia familia y a una persona con necesidad y lealtad, para sus fines perversos. El ex panista rechazó la idea de que Anaya siga siendo el candidato del Frente por México después de las acusaciones de lavado de dinero en su contra.

Meade parece criticar sin proponer y sigue en su tarea de descalificación que parece no cambiará en los próximos 60 días, al recomendar a Ricardo Anaya presentar su declaración 7 de 7 como una manera “de medio aclarar su asunto de lavado de dinero”.

El tercero en discordia, que no para de “golpear” a sus adversarios es El Bronco, a quien ya apodan el “candidato del Tribunal” ahora es definido como un factor que demerita la campaña de Meade, cuando fue dado de alta como candidato para desgastar la campaña de López Obrador. Según Integralia Consultores, la consultora que encabeza Luis Carlos Ugalde, expresidente consejero del entonces IFE, señala que la sentencia del TEPJF es fruto de la presión del gobierno federal, en cuyo equipo incluyen al propio Meade.

Ante la turbiedad de las aguas surgen opiniones que en lugar de apoyar a sus correligionarios los hunden en el desprestigio, uno de ellos es el expresidente Fox, quien aseguró que mantiene su apoyo al priista José Antonio Meade y no respaldará al panista Ricardo Anaya, como reveló Rubén Aguilar Valenzuela, su ex vocero e intérprete en los tiempos del foxismo silvestre.

Otro de los factores que incide en la escena electoral prácticamente sin propuestas propias, sino que refleja la continuidad del proyecto de su esposo, es Margarita Zavala, quien prefiere el vituperio y la descalifiación al análisis aunque sea superficial, de cualquier problema que padezca México.

Margarita Zavala tiene dos enemigos, López Obrador, desde luego, pero también Ricardo Anaya, a quien culpa de haberla sacado del PAN por capricho. Todavía no reconoce la ex primera dama que con o sin Anaya, los números no le alcanzan para ser competitiva en la batalla electoral, pero mientras se demuestra lo anterior tiene en la mira a Anaya y a López Obrador.

La batalla es encarnizada entre los candidatos, quienes parecen haber alcanzado el lugar que tienen solo para tener tribuna en los medios y sus insultos se hagan sentir a los cuatro vientos.

Se acusan de todo pero no proponen nada. Esta será la tónica de los debates, donde se acusarán de todo pero no propondrán nada.

Mientras todo esto sucede en un campo de batalla del que está muy alejado Andrés Manuel López Obrador, su intención del voto sigue creciendo. Los especialistas habían asegurado al principio de la precampaña que sus niveles de aceptación no darían para más, que se quedaría en primer lugar, pero con poco menos de 30 por ciento de la preferencia electoral. Hay encuestas que lo colocan cerca los 50 puntos.

Lo cierto es que, si el problema mayor del país radica en la corrupción, el único limpio de esta mancha es López Obrador. No hay señalamiento sobre malos manejos de capitales o por lavado o simplemente por ver que los delitos financieros ocurren y callan. De otra manera toda la maquinaria del gobierno federal, a través de los medios a su alcance, que no son pocos, ya hubieran exhibido la manera ilegal de allegarse recursos del candidato de Morena. De ahí su ascenso sin límite. PEGA Y CORRE. – La contienda electoral parece buscar aliados en todos lados, de esta manera hasta quienes su reino es de otro mundo, convocaron a la sociedad para que asistiera a las urnas. Los obispos de Veracruz recordaron a sus fieles que el 1 de julio elegiremos presidente de la República, 128 senadores, tres de Veracruz, y 500 diputados federales, 30 para el estado. Además de gobernador del estado y a los 50 diputados locales… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.


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