Columna 33

Carlos Lucio Acosta
junio 21, 2011 , 5:33 am
-       Hombre Anécdota
-       ¿Acosta Lagunas?
Carlos Lucio Acosta
El hombre de la mano firme, de la voz baja y del carácter explosivo, murió,
EL economista Agustín Acosta Lagunes, dejó de existir el pasado doce de abril del 2011, en la ciudad de México.
EL gobernador del Estado de Veracruz, en el periodo comprendido del primero de diciembre de I980 al 30 de noviembre de 1986, cultivó una serie de historias e  historietas, ciertas e inciertas, algunas de las cuales dejaron el simple rumor en el café del mediodía, para escalar  las ocho columnas o la nota de portada en periódicos y revistas, locales o del Distrito Federal,
El anecdotario periodístico registra cuatro de una serie de eventos políticos en los que se vio envuelta la figura de uno de los gobernadores más cultos, pero también, dueño de significado temperamento agresivo.
Cuenta la leyenda que el periodista Rubén Pabello Acosta, director del Diario de Xalapa, coincidió en cierto evento de carácter político con el gobernador Agustín Acosta Lagunes.
EL dueño del “vocero de la provincia”, insinuó al representante del poder ejecutivo le concediera audiencia privada para rúbrica de un convenio de publicidad política.
El ejecutivo respondió que cuando juzgara conveniente enfatizar acciones de su gobierno, le buscaría en la dirección del periódico.
Pabello Acosta dejó entrever que el encuentro se daría lo más pronto posible, para contrarrestar ­los efectos de ciertos rumores de café y algunas filtraciones en medios de comunicación sobre cuestionamientos a su gobierno, durante los primeros seis meses de gestión administrativa.
Acosta Lagunes, luego de fulminar con la mirada al creador del seudónimo A. Puente Rosado, expresó que bajo ninguna circunstancia aceptaba chantajes de medios y menos de frustrado ayudante de agrimensor.
Acto seguido, le mentó la madre; después, subrayó en forma destructiva: “hazle como quieras, pendejo”.
El gobernador echó mano de informe confidencial, el cual documenta que mucho antes de incursionar en el periodismo, Pabello Acosta laborada como ayudante de agrimensor en la desaparecida Oficina de Agricultura, depen­diente
EL periodista Fernando de la Hoz Moncada, columnista del semanario político La Gaveta, dirigido por el también periodista David Varona fuentes, sostuvo en pasillos de la planta alta de Palacio de Gobierno amplia y pro­funda entrevista sobre las más diversas y variadas tendencias musicales,
Acosta Lagunes, de acuerdo a la cinta magnetofónica, no sólo habló de cantos, danzas y rituales de diversas tribus, sino también tocó lo referente a la música barroca, los cantos gregorianos y opera de todos los tiempos.
Tanto las preguntas del reconocido periodista como las respuestas del culto gobernador, se hicieron simultáneamente en un perfecto inglés, después traducidas al español por el calificado redactor Raúl Torres Jiménez, entonces reportero de la jefatura de Prensa del gobierno del Estado de Veracruz.
Sin más de tres horas de diálogo sostenido entre dos figuras que sabían de lo que hablaban, trajeron a colación los nombres y el trabajo de Pablo Moncayo, José Alfredo Jiménez, Agustín Lara, Paganini, Wagner, von Karahan, María Callas, Caruso, Los Beatles y Carlos Santana.
Tiempo de preguntas y respuestas en que jamás tocaron temas relativos a las cuestiones económicas, finanzas, negocios, bolsa de valores, movimientos bursátiles, variables del mercado monetario o emisión de bonos.
El periodista José Guadalupe González Sánchez, entonces reportero del diario Gráfico de Xalapa, cuestionó en la entrada principal de Palacio de Gobierno al representante del Poder Ejecutivo del Estado, en el sentido de que si se consideraba un hombre de mano dura.
El mandatario extendió 18 mano derecha al reportero y luego dijo, que viera y sintiera la textura de su mano.
EL reportero, mientras sostenía con la mano izquierda la grabadora, tocaba con la derecha la mano  del mandatario.
Como puedes comprobar, explicó Acosta Lagunes, no sólo soy un hombre de mano suave, sino también de brazo firme.
La interrogante formulada por el reportero, surgió a raíz de que durante la campaña de Acosta Lagunes en busca del voto popular para obtener la gubernatura del Estado con las siglas del Partido Revolucionario Institucional, se dijo que representaba un serio y preocu­pante peligro a la estabilidad social de Veracruz, debido-a que descendía de una familia con fuertes antecedentes ligados al crimen y al asesinato.
Los seis años de su convulsionada administración confirmarían la versión popular tejida por una serie de eventos consignados en la portada del semanario Proceso, bajo la dirección del periodista Julio Scherer García, y en las páginas del diario Uno más uno, conducido por Manuel Becerra Acosta.
No soy afecto a conceder entrevistas de banqueta y mucho menos a meseros, respondió el gobernador Agustín Acosta Lagunes a la pregunta del reportero Marco  Polo Villanueva Cuenca, en aquellos lejanos ayeres corresponsal del canal Telever, filial del Grupo televisa, S. A.
La reacción del representante del Poder Ejecutivo, obedeció a que el periodista intentó entrevistar en una de las banquetas laterales del Palacio de Gobierno.
Acuñó  el  término mesero  en referencia al periodista Alfonso Salces Fernández, director del diario editado en la ciudad y puerto de Veracruz.
Salces Fernández, mucho antes de ejercer el oficio de editor, trabajó durante muchos años como mesero en el señorial Gran Café de la Parroquia, propiedad de sus tíos.
Por esos días el influyente matutino mantuvo campaña periodística sumamente agresiva en contra del estilo personal de gobernar de Agustín Acosta Lagunes y dio la circunstancia de que el reportero Villanueva Cuenca, al momento de la entrevista vestía pantalón negro y camisa blanca de manga corta,
SL representante del Poder Ejecutivo del Estado, aprovechó el momento para enviar mensaje a uno dé­ los medios más críticos.
Las anécdotas sobre el hombre que nacie­ra en el municipio de Paso de Ovejas, ubicado en la región central de Veracruz, abundan.
Gobernante que tuvo el tiempo suficiente
y necesario para administrar recursos del erario público y meter orden a caciques y grupos delictivos ampliamente  identificados por la fama pública.
La leyenda de la mano dura y el mito del brazo firme, se dejaron sentir a plenitud durante seis convulsionados años de actividad política.
Sólo para tus ojos…
¿Cuántos asesinos intelectuales o ejecutivos de periodistas críticos, han sido identificados, capturados, puestos a disposición del agente del ministerio público, turnados al juez, sentenciados y luego recluidos en uno de los diversos Centros de Readaptación Social del Estado de Veracruz…?

No hay comentarios:

Publicar un comentario