Pasillos del Poder:
MATARON A REGINA, TOMARON
WHISKIES Y SE FUERON
César Augusto Vázquez Chagoya Leanos
en www.pasillosdelpoder.com www.enlaceveracruz212.com.mx
vazquezchagoya@prodigy.net.mx 11 de NOVIEMBRE de 2012
Xalapa, Ver. Tal vez la pregunta
sorprenda a muchos compañeros periodistas, pero en realidad hemos pensado
alguna vez cómo queremos morir o por lo menos cómo vivir nuestra vejez, luego
de que en ninguna parte te admitan tus escritos y ya no los inviten a la
celebración del Día de la Libertad de Expresión todos los años.
Este pequeño esbozo viene de las vivencias de ver a los periodistas subir y
caer. No tengo claro si alguien tiene trazado un plan de vida y esos objetivos
los han alcanzado. Sabemos de los pocos que triunfan como editores, pero poco
sabemos quienes alcanzan el éxito siendo editores y escribiendo.
Nos preguntamos ¿los periodistas pasan de moda?. Para nuestra desgracia, sí.
Soy testigo de maestros de periodismo que por su vejez no le publican en
cualquier medio y cuando entregan sus trabajos son tratados por las nuevas
generaciones como menesterosos.
El medio periodístico es feroz y más con los nuevos. No se les acepta errores y
los castigos van directo a la nómina.
Estoy sorprendido cuando mataron a Regina Martínez Pérez el 28 de abril del
2012, al enterarme que la revista semanal de circulación nacional PROCESO le pagaba
4 mil pesos de sueldo, y lo digo porque la periodista era toda una profesional
de la pluma y su compromiso con las clases más necesitadas del estado estaba
más que dicho en sus escritos.
Desde Pánuco a Las Choapas, a pesar de lo que se diga, pareciera que están
progresando más los periodistas regionales que los estatales en cuanto a
percepciones salariales, ya que los medios de comunicación se consolidan en sus
regiones.
Si observamos los medios estatales, hay muchos y existe saturación de información,
compitiendo con las páginas de internet que ya son unos periódicos en línea. Ya
no tiene qué esperarse el lector a que la noticia salga mañana, sino la ve al
instante y gratis por lo menos en el estado.
Lo que le sigue ganando los periódicos a las páginas de internet en línea, es
que en información vienen más completos, con más datos y sigue siendo hasta el
momento el medio de comunicación mas leído desde muy temprano por los que
mandan en Veracruz.
No hay político o empresario que no se levante temprano y busque si no hay una
nota mala contra ellos. El periódico sigue siendo un misterio: da tiempo a los
editores y a los periodistas de cambiar los sentidos de las palabras, cosa que
no sucede en el internet que se publica la noticia contra el tiempo porque
afortunadamente hay otras páginas como competencia.
Decíamos que los medios regionales se están consolidando porque en ciudades
como Veracruz, Xalapa, Orizaba y Córdoba, se basan mucho en el voceador. Unos
están sindicalizados y otros no. En cambio, los medios regionales ya no se van
con voceadores únicamente, si no que la misma empresa vocea en sus vehículos;
el dinero o comisión que se iba a ganar el voceador va directamente a la
empresa.
Por primera vez, en muchos años, como lo pronosticara el multimillonario
informatico Bill Gates cuando dijo que el futuro de los diarios era el
internet, vemos una clase periodística con objetivos que se están alcanzando
poco a poco. Unos están poniendo sus páginas de noticias. Otros están haciendo
sus diarios regionales con el voceo.
Otros combinan el internet, radio, televisión y el impreso voceando. Es un
trabajo sólo para gigantes. Proezas que no vemos, pero ya están sucediendo.
Tal vez gracias a las facultades de periodismo, especialmente la veracruzana,
los jóvenes más que buscar sobresalir en televisión, están metiéndose más a los
medios impresos de todas las categorías y sobre todo tienen un proyecto de
vida.
Lejos quedaron aquellas épocas en donde escribías en los medios de comunicación
por poder, sin plan y terminabas pobre, enfermo y segregado. Vivimos una época
donde escribir en un periódico era tan sobresaliente que a mediodía había
amigos que esperaban para las botanas con las chelas bien frías.
Medio “chachalaco” ibas al periódico y como casi todos iban igual, por debajo
de la mesa se pasaban las bebidas. Antes no había computadores y las maquinas
eran “calientes”, es decir, que se formaban con cuadros de níquel y así se iba
a la imprenta. Lo más que había era un fax y el telefoto, que lo regalaba la agencia
del gobierno NOTIMEX para que saliera en primera plana la foto del Presidente
de la República.
Después de corregida la plana a vista en la plancha de metal, te podías ir y ya
te esperaban otros amigos para seguirle la borrachera. Generaciones se perdieron
ahí, pero hubo unos supermanes que pasaron esa etapa y afortunadamente siguen
escribiendo y teniendo peso en la opinión publica.
El medio periodístico, en apariencia, está dividido, pero los escritos surgen
en todos condenando más cuando hay una agresión a un periodista. No importa a
qué se dedicaban a su hora de descanso, pero no admiten que sean degollados o
descuartizados.
Si bien es cierto que el periodismo veracruzano ha dado un salto de competencia
gracias al internet y en todo el estado haya periodistas con proyectos de vida,
que no dejarán un segundo para perder para no ser viejos periodistas
arrumbados, tampoco es posible que seamos el primer lugar de periodistas en la
república de muertos y uno de los primeros lugares en el mundo.
Con nuestros muertos, con la indignación nacional e internacional, se enterró a
Raúl Gibb Guerrero, en Poza Rica; a Jesús Sandalio Mejía, a quien no lo hemos
velado porque no aparece en Martínez de la Torre; A Roberto Marcos García, en
Boca del Río, donde sólo estuvieron familiares y amigos; Adolfo Sánchez, de
Orizaba, velado por periodistas y familiares.
A Milo Vela, en la funeraria de la Marina en Veracruz acompañado por familiares
y compañeros; a Yolanda Ordaz se la llevaron de plano a Juchitán, Oaxaca, de donde
era originaria con sus familiares. A Víctor Báez Chino, velado con compañeros y
familiares en Xalapa.
A Noel López Olguín, velado por amigos y familiares en Jáltipan. A Gabriel
Manuel Fonseca “Cuco”, quien de plano no aparece oficialmente y cuando apareció
nadie fue a reconocerlo por miedo en Acayucan.
Lo que más me llamó la atención de la muerte de Regina Martínez, quien tal vez
merecía todos los honores, pero periodistas y comunicadores se quedaron
anonadados por un asunto en particular: se suponía que venía la plana mayor del
semanario PROCESO, con Julio Scherer García a la cabeza, para protestar a
Xalapa por el asesinato de la mejor de nosotros.
Ese día después del asesinato de Regina, propietarios de medios, directores,
jefes de información, toda la clase periodística jarocha estaba ilusionada por
la llegada de Scherer a Xalapa. Entre compañeros periodistas, amigos de todo el
estado, desde Pánuco hasta Las Choapas, la petición era: “Mándame aunque sea
una foto de Scherer en la protesta”.
No es para menos: Julio Scherer es todo un ícono del periodismo mexicano y
todos los que estudiaron o se dedicaron a esta labor desde los años 70,
tuvieron al ex director de Excelsior como la figura más grande del oficio. No
era cualquier cosa la presencia de Scherer García en Xalapa manifestándose por
la muerte de su corresponsal.
Llegaron en un avión propiedad del Gobierno de Veracruz a Xalapa; platicaron
con el gobernador Javier Duarte y le dijeron que no le creían sus hipótesis.
Luego, en vez de irse a la manifestación en la Plaza Lerdo de Xalapa, donde los
esperaban periodistas, asociaciones civiles y sociedad en general condenando la
muerte de Regina, Don Julio se fue con sus acompañantes al aeropuerto de
Veracruz para tomar un avión a la Ciudad de México.
Mientras esperaban Scherer y la plana mayor de PROCESO en el aeropuerto
“Heriberto Jara Corona” de Veracruz, sudaban sus ricos whiskies, en Xalapa los
manifestantes esperaban al ícono del periodismo nacional, quienes sudaban pero
por el calor y los gritos de justicia.
El cuerpo de Regina llegó al velatorio de Murillo Vidal. Puros amigos,
compañeros. Muchas periodistas amigas suyas lloraban y contaban que se habían
reunido o se iban a reunir. En el velorio, sin un toque de solidaridad, había
un representante de PROCESO, a quienes Regina les había entregado tanto
prestigio en la entidad donde tiene miles de lectores.
Solamente los amigos y el único hermano de Regina que se localizó estuvieron
presentes. Es fácil pedir justicia desde los escritorios y tomando whiskies. La
enterraron al otro día con los mismos y de nuevo ausente el semanario PROCESO.
Regina pudo haber tenido el desprecio de muchos poderosos que la odiaban,
porque escribía a favor de los desprotegidos, pero nunca la actitud fría se
podría decir despótica.
Si fueran tan independientes como dicen en PROCESO, por lo menos le hubieran
pagado la caja, el funeral y el sepelio, para que por dignidad no lo hiciera el
gobierno de Veracruz.
Si desde un principio no le creían al gobierno de Veracruz y siguen sin créele,
la Procuraduría de Justicia de Veracruz debe desaparecer por fabricar muertos y
asesinos a modo.
Después le cuento qué dice Julio Scherer en su último libro sobre el caso
Regina Martínez Pérez. Descanse en paz.
Si usted se dedica al periodismo o es comunicador, piense cómo va a vivir de
viejo y cómo quiere morir para que se prepare.
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