CUANDO SE atemperan los ánimos, solía decir
don Fernando Gutiérrez Barrios, el pensamiento se vuelve lúcido, y vaya que
tiene razón. Y es que ahora que Javier Duarte de Ochoa solicitó licencia al
cargo de Gobernador del Estado para el que fue electo hasta el 30 de
noviembre, hay políticos como el ex panista –ahora independiente-, Juan
Bueno Torio que de plano no se entienden. Y es que, ahora, dice que Duarte:
“debe concluir su mandato y enfrentar las denuncias que ha interpuesto la
Auditoría Superior de la Federación ante la PRG; debe dar la cara a los
veracruzanos y responder por los desvíos de recursos, simulación de
reintegros y empresas fantasmas que han dañado el erario público”, aunque
hay otros que, de plano, desconociendo la ley, exigen cárcel ya, para el
adoptado cordobés, ignorando que Duarte, pese a todo, mantendrá el fuero
constitucional hasta el último minuto de noviembre ya que los puestos de
elección popular son irrenunciables.
YA
MINUTOS después del anuncio se comenzó a especular en torno al sucesor: que
si Francisco Garrido Sánchez, el actual Presidente de la Comisión de
Vigilancia del Congreso; que si Juan Nicolás Callejas Arroyo –en un acto
madrugador y alevoso-; que si el magistrado en retiro, Guillermo Iberio
Ortiz Mayagoitia, uno de los juristas más prestigiados que tiene,
actualmente, el País y Veracruz, concretamente, Misantla, y hasta se habló
de Alberto Silva Ramos que, de plano, para evitar especulaciones, publicó
en su cuenta de Twitter una foto del Gobernador saliente con el entrante
–aunque solo sea por 48 días-, Flavino Ríos Alvarado, sin duda, el hombre
más adecuado para terminar este conflictivo Gobierno.
Y
ES que Ríos Alvarado es un personaje conciliador y conocedor de todos los
grupos políticos del Estado, y aunque alguna vez tuvo que responsabilizarse
de la presunta agresión a pensionados, lo hizo porque en ese tiempo era el
jefe del gabinete, y quien ordenó el agravio fue el ex secretario de
Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, pero el minatitleco, fiel a su
formación institucional, aceptó ser el responsable porque en ausencia del
Gobernador del Estado él quedaba al frente del gabinete, y Zurita no lo
entendió, alzado como suele ser.
HUBO
QUIENES criticaron a Ríos Alvarado por mantenerse en un Gobierno que ha
agraviado a la sociedad; por no presentar en tiempo y forma su renuncia a
Duarte pero, sin embargo, esa ha sido una de sus mayores virtudes: la
lealtad institucional que lo diferencia de las ratas que abandonan el barco
cuando sienten que éste se hunde. Sabía que permanecer en el puesto
afectaría su carrera, y que si Javier Duarte no solicitaba licencia
difícilmente sería bien aceptado en los círculos políticos al concluir esta
gestión y, sin embargo, decidió jugarse el todo por el todo en aras de lo
que llama “definición política y lealtad a las instituciones”.
VIENEN
TIEMPOS difíciles, sin duda, pero con Ríos Alvarado, el gobernador Electo,
Miguel Ángel Yunes Linares, podrá pactar una transición o alternancia
seria, tranquila y benéfica para los veracruzanos, ya que ha sido dos veces
Secretario de Gobierno y Subsecretario, dos veces Diputado Local,
Presidente del Congreso y Secretario de Educación, entre muchos otros
espacios dentro de la administración pública Estatal, pero, también ha
fungido como Subsecretario de Organización del Comité Ejecutivo Nacional
del PRI.
POR
CIERTO, este año inicia el proceso para seleccionar candidatos a las 212
alcaldías del Estado y, sin duda, en Ríos Alvarado, si el cierre y entrega
de la administración Estatal al PAN es tersa y ordenada como lo desea el
presidente Enrique Peña Nieto, Flavino podría ser el futuro dirigente
Estatal del PRI, de tal suerte que en el 2017 y 2018 esté en posibilidades
de reposicionar a ese instituto de cara a los procesos que se avecinan, y
que concluirán en el 2018 con la elección del nuevo Jefe de la Nación,
Senadores, Diputados Federales y Locales, y un nuevo Gobernador del Estado,
puesto que disputan Héctor y José Francisco Yunes, el primero aferrado a un
supuesto pacto en el que se establecía que el primero que fuera Gobernador
arrastraría al segundo, y como Yunes Landa perdió, dice que se retoma el
pacto, algo que suena infantil para una sociedad politizada.
NO
TOMA en cuenta Yunes Landa que la opinión del futuro candidato del PRI a la
presidencia e, incluso, del dirigente nacional de ese instituto contará de
manera sustancial, y no los caprichos de quienes creen que son dueños de la
fe y la esperanza de los veracruzanos. Pepe Yunes, por lo tanto, ni suda ni
se acongoja, y espera paciente los tiempos sabedor de que el candidato
tendrá que ser el más posicionado a partir de encuestas serias, y no de la
ambición personal que vuelve obsesión algunas aspiraciones.
COMO
FUERA, Veracruz inicia una nueva etapa, y serán las instancias judiciales
las que diriman la situación real de Javier Duarte de Ochoa en los días por
venir, aunque de entrada, el rechazo y la maledicencia social ya lo juzgó y
lo colocó como el peor Gobernador que ha tenido Veracruz, aunque, al parecer,
lo peor aún viene, a juzgar por lo que ha dicho el gobernador Electo,
Miguel Ángel Yunes de que tiene información privilegiada que va cimbrar el
País, la cual dará a conocer en diciembre en su toma de posesión.
SEA
CUAL fuere, Javier Duarte no tiene un mañana; lo investiga la Federación y
tendrá que hacerlo el Estado, y los días por venir no serán nada tersos,
aunque la habilidad que le precede a Ríos Alvarado es, sin duda, más que
suficiente para sortear la tormenta. Dicen los que saben que el informe que
tan celosamente guarda Miguel Ángel Yunes tiene que ver con la relación de
ex funcionarios del Gobierno duartista con la delincuencia organizada; con
el crimen de 19 periodistas y otros acosados por la administración, además
de infinidad de desapariciones. Vaya que esta guerra Duarte-Yunes,
Yunes-Duarte, apenas comienza. OPINA carjesus30@hotmail.com
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