Duarte, la promesa pendiente
ALMA GRANDE
Por Ángel Álvaro Peña
Prometer no empobrece, es el dar el que aniquila,
parece ser la frase que merodea como fantasma el estado de Veracruz.
Foto: web
Las promesas de campaña pocas veces se cumplen.
Aunque haya todo un proceso de seguimiento en los temas.
La población del país entero se ha acostumbrado a
que las promesas de campaña caminan por el rumbo de lo imposible hasta el
olvido, para encontrarse con una cruda realidad en la práctica política del
candidato en cuestión, convertido ya en parte del gobierno.
Los hechos de gobierno y las promesas de campaña
son dos paralelas que nunca se tocan. El hecho consumado y el discurso, la
disposición de gobierno y su beneficio social, se han convertido no sólo en dos
cuestiones diferentes del ejercicio político, sino excluyentes.
Así, las promesas de campaña le apuestan a la
desmemoria de los mexicanos, mientras que la disposición de gobierno se ampara
en la tolerancia de la población.
En este panorama podemos afirmar que los
veracruzanos no le perdonan a Miguel Ángel Yunes Linares que no haya metido a
la cárcel a Javier Duarte, tal como lo prometió en campaña.
Los veracruzanos pueden perdonar y olvidar otras
promesas de campaña, pero esa no. Nunca.
Entonces surge la necesidad de disminuir la crítica
de la sociedad, reducir las manifestaciones, ahorrar cuestionamientos y la
mejor manera de hacerlo es creando fantasmas informativos, que lo único que
hacen es distraer de manera muy breve en cuanto al tiempo, la atención de la
población, haciendo creer que se hace y nada se hace.
En este contexto se da la detención de
Flavino Ríos Alvarado, quien fuera el sucesor del ahora prófugo Javier
Duarte y trabajara con él en la secretaría de Gobierno, la juez Alma Leida Sosa
Jiménez, le dictó como medida cautelar prisión preventiva por un año, acusado
de abuso de autoridad, tráfico de influencias y encubrimiento por
favorecimiento.
El ex gobernador interino fue trasladado al penal
de Pacho Viejo. En el momento de su detención ofreció un pago económico y su
pasaporte, así como pruebas a su favor, para no ser detenido, pero la juez
determinó como medida cautelar que debía ser ingresado al penal.
Hay pruebas que determinan que Duarte se fugó
en un helicóptero del Gobierno estatal y Flavino Ríos encubrió la huida.
El gobernador de Veracruz debió echar mano de
distractores informativos mientras logra la localización o detención de Javier
Duarte. Luego de las expectativas que creó respecto al castigo a su antecesor;
incluso el propio gobierno federal lo creyó capaz de localizarlo, ahora
simplemente se conforma con hacer anuncios que le permitan ganar tiempo,
mientras el pez gordo anda tranquilo y sin presiones en algún lugar del planeta.
Las críticas que presionan al gobernador panista
son cada vez mayores, crecen conforme pasa el tiempo, la población se vuelca en
cuestionamientos en su contra y la inconformidad social se expresa en las
calles exigiendo justicia.
Los anuncios de Yunes Linares se han limitado a
amenazas contra el ex gobernador y las pesquisas han dado resultados muy
pobres, a pesar del monto de lo robado por Javier Duarte y sus cómplices.
Por ejemplo, el Servicio de Administración
Tributaria ha embargado únicamente seis cuentas bancarias con saldo de 6 mil
422 pesos, en seis meses, de empresas fantasma presuntamente vinculadas con
Javier Duarte. Así, fincó créditos fiscales de 186.5 millones de pesos a tres
empresas de papel creadas para recibir recursos públicos por servicios
inexistentes, pues no pagaron impuestos por ingresos de 408 millones de pesos
que recibieron sólo en el ejercicio 2013.
El monto del saqueo crece cada día, y no hay
castigo para los culpables.
Por ejemplo, Alberto Silva Ramos, quien fuera
compañero de fechorías de Duarte, utilizó 18 empresas fantasma y a 12
dependencias del gobierno, para construir el entramado que les permitió desviar
502 millones de pesos sólo en 2014. La fachada: gastos de “promoción y
publicidad” del gobierno de Javier Duarte, desde la oficina de Comunicación
Social del Gobierno del estado.
Silva Ramos se convirtió en el hombre de mayor
confianza de Duarte, se mantuvo a su lado hasta el último día, tanto que quería
colocarlo como su delfín en el gobierno del estado. Ahora es diputado federal
por el PRI. De los contratos que firmó en 2014, por 502 millones 571 mil 434
pesos, que supuestamente se ocuparon para los conceptos de promoción y
publicidad, 75 millones quedaron pendientes de cobro ese año.
Cuando Silva Ramos era secretario de Desarrollo
Social de Veracruz, publicó 45 licitaciones que fueron todas adjudicadas a la
red de esas 18 empresas, en 2013, firmados todos los contratos en su mayoría
por el director jurídico de la dependencia, Juan Carlos Rodríguez, y su jefe
administrativo, Humberto Benítez Pérez, ambos colaboradores cercanos a Silva
desde que fue alcalde de Tuxpan en 2010.
Ante esta situación el gobernador de Veracruz no
tiene más remedio que impulsar acusaciones menores a funcionarios menores,
aplazando la aplicación de la justicia, acción de la que parece estar limitado
por fuerzas superiores.
De esta manera Flavino Ríos tiene la posibilidad de
afrontar el cargo, y de resultar culpable, puede salir bajo fianza, ya que no
se trata de un delito grave.
La coartada que tiene Flavino es que al solicitar
Javier Duarte el helicóptero del gobierno del estado, en el que huyó, el ex
gobernador interino se lo prestó sin saber todavía de la orden de aprehensión.
Otra de las hazañas menores del gobernador ha sido la
confiscación de dos aeronaves a la empresa Transportes Ejecutivos PIZA, S. DE
R.L. de C.V., propiedad de Edgar Spinoso Carrera, investigado, actualmente por
el SAT.
La empresa fue contratada desde 2010 por el estado
de Veracruz en contratos abiertos de adjudicación directa, es por ello que bien
puede deshacerse de dos de sus aeronaves más viejas, luego de ganar grandes
cantidades de dinero en estos contratos que su amigo Javier Duarte le otorgó
directamente.
Por otra parte, el gobernador de Veracruz, Miguel
Ángel Yunes, informó que el gobierno de Veracruz tendrá la posesión de un
tercio del rancho que las autoridades le aseguraron a Javier Duarte, en Valle
de Bravo, Estado de México.
“Tenemos escriturada una tercera parte del rancho
Las Mesas, en Valle de Bravo, que son 92 hectáreas, con las instalaciones más
lujosas y más modernas, para caballos, picadero, caballerizas, dos o tres
viviendas”, dijo Yunes.
Pero del ex gobernador ni sus luces.
Es decir, hasta el momento se han dado pequeños
golpes a los cómplices de Duarte, mientras éste sigue prófugo. Los veracruzanos
presionan cada vez más y la estabilidad del gobierno en Veracruz comienza a
tambalearse.
En su discurso de toma de posesión Yunes Linares
anunció grandes logros en materia de justicia, sobre todo en relación al caso
de Javier Duarte y sus cómplices. Hasta hoy han sido pocos los logros… Esta
columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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