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A 30 años de la muerte de Demetrio Ruiz Malerva
·        Lo recuerdan sus amigos, mientras los priistas lo olvidan
·        Fue víctima de un odio que no le correspondía

Por: César del Valle
Fecha: Julio 26 de 2016

Una lápida abandonada en el nuevo panteón jardín, donde reposan desde hace tres décadas los restos de un político, al cual una bala cobarde le arrebató la vida y la esperanza de Tuxpan, de ver a un paisano convertido en Gobernador que hubiera sido la esperanza del desarrollo de este puerto, yacen sus restos y su historia en este campo santo.

Este martes 26 de julio, se cumplen 30 años del asesinato del político tuxpeño Demetrio Ruiz Malerva, quien es recordado como “víctima de un odio que no le correspondía”.

Fue un hombre adelantado a su época con ideales propios creyente de la Revolución, del Dialogo, de las estructuras sociales y de los logros colectivos.

Egresado de la licenciatura de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), fue además muy cercano a otro connotado político tuxpeño, Jesús Reyes Heroles.

En 1983 se le encomendó el encargo diplomático con el entonces embajador de México en Cuba, Rodolfo Echeverría Ruiz.

Ruiz Malerva se desempeñó como oficial mayor de la legislatura del estado, fue Secretario de Acción Ideológica del CDE del PRI Veracruz, Presidente del CDE del PRI en Veracruz y Diputado Federal en tres ocasiones e integrante del CEN del PRI.

Fue gestor en Tuxpan del bulevar que lleva su nombre. Fue vocero de Carlos Salinas de Gortari en la desaparecida Secretaría de Programación y Presupuesto, a donde llegó tras haber sido consejero cultural de la embajada mexicana en Cuba y antes jefe de prensa de la Cámara de Diputados, además de destacar como articulista de la Revista Siempre.

Fue asesinado un 26 de julio en el vecino municipio de Álamo, cuando era acompañado por su compadre Neftalí Estrada Azuara, abatido a balazos por Manuel Rodríguez Franco, quien años después fue detenido por doble asesinato.

Ayer Rubén Cruz Sagastume, líder Agrario y el Fiscal Ezequiel Castañeda Nevares, así como el periodista Luis Manuel Roldán Dávila, acudieron al busto de este político a colocar un arreglo floral y hacer una guardia de honor, mientras que la familia priista brilló por su ausencia.




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