CON DERECHO A RÉPLICA
Por Francisco Vargas
Perales
Julio 21 de 2016
“La Corrupción Somos Todos…”
La
corrupción, quiérase o no aceptar, es
algo muy nuestro, es parte de nuestra idiosincrasia. La práctica de la
corrupción en México viene de tiempos ancestrales. En tiempos de la colonia el
mexicano estaba considerado como ratero y se le comparaba con el roedor
nombrado cacomixtle, desde entonces a los ladrones se les nombran “cacomixtles”,
pero aunque el robo es un delito a cualquier escala, hay de cacomixtles a cacomixtles, diría la conseja popular.
La revolución mexicana, que inició en 1910, se
nutrió por bandas de cuatreros, asaltadores de caminos que robaban ganado.
Quiérase o no el famoso centauro del norte Francisco Villa, su actividad
inicial era la de robar vacas en ranchos del estado de Chihuahua, en donde
asolaba con su gavilla, después ya en plena revolución se volvió el general más
valiente y aguerrido, pero los generales del gobierno federal lo seguían
considerando como “el roba vacas”.
En
la misma revolución a las tropas del general Venustiano Carranza, el varón de
Cuatro Ciénegas, Coahuila, que fuera presidente de la república posteriormente
y que promulgara la Ley Agraria en Veracruz, a sus tropas en campaña se les
consideraba saqueadores, la gente tenía miedo cuando entraban tropas
carrancistas a las poblaciones, sus generales le daban permiso a la soldadesca
para saquear al pueblo una hora y de paso violaban mujeres, de ahí nació el
término “carrancear”. Hasta hace algunas décadas, era normal escuchar la
pregunta “donde te lo carranceaste”.
El
ser político en México es sinónimo de ratero y fama tal vez bien ganada en
todos los niveles, hay de políticos a políticos y de rateros a rateros, así los
tilda el pueblo. El presidente Miguel Alemán Valdés (1946 – 1952), está
considerado o tiene fama pública, de ser uno de los mandatarios de la nación
que más se enriqueció en el poder, mientras el pueblo, los obreros sufrían por
los bajos salarios que ganaban, además de que reprimió el sindicalismo. A la
salida de su periodo gubernamental, se le señalaba como una de las personas más
ricas de México. Y todavía para su buena
suerte, el presidente Adolfo López Mateos en 1961 lo nombró presidente del
Consejo Nacional de Turismo, cargo que ocupó por más de 20 años, en donde tuvo
la oportunidad de viajar a casi todos
los países del orbe, con cargo al erario, desde luego.
Pero
el esplendor de la corrupción llegó a México en el sexenio de Don José López
Portillo (1976 – 1982), el hombre se decía descendiente de un pueblo español de
nombre Caparroso, en Navarra, de lo cual se enorgullecía. López Portillo institucionalizó la corrupción
y como parte de esta, la mordida, que desde entonces es algo muy nuestro, al
empezar su gobierno nombró a su hijo José Ramón en un alto cargo en el gobierno
federal, y para justificar su corrupción dijo que era “el orgullo de mi
nepotismo”. López Portillo también se
vanagloriaba de practicar la “política chicharronera”, que para el
pueblo mexicano significa “aquí nomás
mis chicharrones truenan”. Fue tan nefasta su gestión gubernamental, que en su último informe de gobierno lloró al leer
el informe (cualquier parecido con la actualidad es pura coincidencia) y
prometió al pueblo de México que defendería el peso “como un perro”. López Portillo
ya se iba, terminaba su periodo presidencial, su slogan en campaña fue “la
solución somos todos”. Al término de su mandato el pueblo decía: “la corrupción
somos todos”. Había mucha verdad en esto.
Y
en política, como en la Ley de la Física, se habla de niveles. Lo que está
sucediendo en Veracruz – tema que no podíamos soslayar – es algo aberrante y
que está dejando al pueblo jarocho en la más terrible de las miserias. Antes de
abandonar su cargo de gobernador Don Miguel Alemán Velasco (1998 – 2004),
solicita permiso a la Legislatura Local para adquirir un crédito de 3 mil 500 millones
de pesos, deuda que desde luego, deja a su sucesor y que el mismo pueblo no se
explica en que se ocupó este dinero, pero deuda al fin ahí quedó, para pagar en
lo futuro y desafortunadamente el futuro ya nos alcanzó y Veracruz no tiene recursos para pagar esta deuda.
Fidel
Herrera Beltrán (2004 – 2010), llega a la gubernatura del estado con una amplia
sonrisa, que durante su mandato nunca lo abandonó. El pueblo veracruzano
escuchaba que llegaba dinero del gobierno federal a Veracruz por varios rubros
y no se aplicaba, como el del FONDEN (Fondo de Desastres Naturales), que cuando
fue arrasada la pintoresca ciudad de Tlacotalpan, comentan los lugareños que
llegó Fidel en una lancha, pero nunca les llegó el dinero del FONDEN que había enviado el gobierno federal para
resarcir los daños a esa ciudad; los tlacotalpeños en su desesperación clamaban
la ayuda del gobernador Fidel Herrera y éste con su habitual cinismo soltó una
frase que quedó para la posteridad “los de Tlacotalpan no tienen llenadera, piden y piden”.
Un
tema escabroso que no es muy agradable tratar, es lo que está sucediendo en
Veracruz con el actual gobierno de Javier Duarte de Ochoa, es el mismo saqueo a
las arcas del estado, pero corregido y aumentado. Aquí no sólo se puede hablar de corrupción,
sino de latrocinios de la mayoría de los funcionarios duartistas, el tocar este
tema nos llevaría a emborronar páginas y
páginas del periódico y derramar ríos de tinta. El saqueo en Veracruz por esta
horda de sátrapas ha sido inconmensurable, el carrancismo ha entrado a Veracruz en todo su esplendor y
parafraseando a Fidel Herrera diríamos
que “no tienen llenadera”. Ante tantos
desmanes, ante tantos asesinatos, ante tanta inseguridad, ante tanta necesidad
y falta de empleo que se está viviendo en Veracruz quiero recordar una frase
del dictador Porfirio Díaz que decía “pobre México, tan lejos de Dios y tan
cerca de los Estados Unidos” y yo diría “pobre Veracruz, tan lejos de Dios”. Yo
digo y nada más
Cortos en Corto
*** Y para donde
corre.- Se
escucha insistentemente que uno de los políticos que quiere llegar a la silla
de la avenida Juárez número 20 es el exdiputado federal Miguel Martín López,
diputado polifacético que fue. Llegó a la diputación abanderado por el PAN,
coqueteo con el PRI, se autonombró diputado independiente y al término de su
gestión acepta chamba en el gobierno de Duarte de Ochoa, en donde por cierto lo
corrieron a empellones de la oficina que ocupaba.
*** También tiene su
corazoncito.- El
que dice aquí estoy, es el líder estatal de la CCI Edmundo Cristóbal Cruz, que también
saca su curriculum que es basto y podría ser el candidato del PRI a la presidencia
municipal cuando ya las aguas se hayan calmado en el estado para el tricolor. Y
hasta la próxima D.M.
Para
Réplica y Comentarios ponemos a su disposición los correos electrónicos ypuntotux@hotmail.com y franciscovperales@hotmail.com
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