Político Preso Y No
Preso Político
ALMA GRANDE
Por Ángel Álvaro peña
Con el hecho de que el ex gobernador de Sonora, Guillermo Padrés
Elías, pueda llevar su juicio en su domicilio, la flexibilidad de la justicia
respecto a los poderosos parece seguir inclinando la balanza.
La impunidad es un problema que pone en entredicho la acción de la
justicia en México. Ya que no hay rincón de la república, ni siquiera nivel de
gobierno que esté libre de culpa de los delitos de corrupción.
La conducta de Guillermo Padrés durante su periodo de gobierno fue
más allá del mero acto de corrupción, su trato con la gente que gobernaba era
prepotente y rara vez se daba sus baños de pueblo.
Era tan despreciable para
Padrés el resto de la población que sólo por diversión o venganza metió a la
cárcel a su trabajadora doméstica por más de dos años, acusándola del robo de
unas joyas, en un proceso por demás amañado y que simplemente sugería venganza
y mala fe.
El hecho de que la salida de Guillermo Padrés se haya transmitido
en vivo en televisión pareciera apostarle a la invitación a seguir
delinquiendo. Finalmente, al ser poderosos política y económicamente, la
justicia es flexible y puede hacer parecer que no hay delito que perseguir
cuando el proceso penal se lleva a cabo en casa del acusado.
De acuerdo con su abogado, el exprocurador General de la
República, el panista Antonio Lozano Gracia, el exmandatario estatal se
trasladó a un domicilio que tiene en la Ciudad
de México, y confirmó que seguirá su proceso en libertad.
Tras asegurar que fue un preso por “motivos
políticos”, Lozano Gracia comentó
que a su cliente se le colocó un brazalete de geolocalización en una pierna.
Además, el exmandatario tendrá que presentarse a firmar cada 15 días y no podrá
salir del país. Se sabe que son muchos los delitos que tiene en sus espaldas el
exgobernador; sin embargo, por tratarse de un personaje de la política hay
muchas consideraciones con apariencia legal.
La Fiscalía Anticorrupción de Sonora aclaró que no ha sido
declarado inocente, sus procesos continúan y tendrá que presentarse
periódicamente a rendir cuentas ante los jueces que llevan sus casos, debido a
que enfrenta dos procedimientos penales federales.
Además de haber sido aprehendido por lavado de dinero y evasión de
impuestos, Guillermo Padrés Elías, es investigado por al menos otros nueve
delitos por parte de la Fiscalía Anticorrupción de Sonora, la Contraloría
General del Estado, además de las procuradurías de Justicia, por denuncias del
fuero común y del federal.
Sobre todo en materia de ex gobernadores, de todos los partidos y
sus cómplices la balanza de la justicia se inclina dejando libres a los
ladrones de cuello blanco.
Desde el policía hasta el magistrado están en tela juicio y su
desprestigio crece mientras este tipo de escenarios se presenta como si se
tratara de una buena noticia. Ahí están los casos de César y Javier Duarte, que
sólo sirven para evidencia la actuación de la justicia en México.
No cabe duda de que hay culpabilidad. Si un dinero desaparece y
sólo hay un sospechoso, ese sospechoso se convierte en culpable
automáticamente. Más aún cuando depende de su autorización el movimiento de
recursos o de su firma.
En Veracruz es un escándalo la impunidad que se le ha brindado a
los cómplices de Javier Duarte, a lo que el sucesor Miguel Ángel Yunes Linares
prometió encarcelarlos y nunca les hizo siquiera objeto de investigación.
En libertad y riéndose a quijada batiente de la justicia y de sus
detractores están Alberto Silva Ramos, priista de hueso colorado y principal
colaborador de Javier Duarte, quien lo colocó en diferentes posiciones, según
su estrategia de robo. Es decir, el exgobernador, estaba acusado de enriquecimiento
ilícito, peculado, incumplimiento del deber legal, lavado de dinero y
delincuencia organizada, pero para lograr hacerlo de la manera en que lo hizo y
con las cantidades implicadas debió contar con la ayuda de un sinnúmero de
delincuentes dentro de la estructura de gobierno, que han sido premiados con
cargos que implicaban fuero para no ser tocados por la mano de la justicia.
Sus cómplices mencionados en los medios desde que Duarte estaba en
el poder son Tarek Abdalá Saad, Noemí Guzmán Lagunes, Jorge Carvallo Delfín,
Adolfo Mota Hernández, Edgar Spinoso Carrera, Vicente Benítez González,
Arturo Bermúdez Zurita, quien, al igual que Padrés, podrá llevar el juicio en
su contra en la comodidad de su hogar, José Antonio Chara Mansur, Gabriel Deantes
Ramos, Juan José Janeiro Rodríguez y Rafael Gerardo Rosas Bocardo, entre otros.
La impunidad no sólo cuestiona la eficiencia de la justicia, sino
que invita seguir cometiendo delitos cada vez que los funcionarios públicos ven
la oportunidad de desviar recursos del erario hacia su bolsillo.
El dinero que los políticos de cuello blanco se llevan, nunca es
regresado al lugar de donde fue arrebatado por la ambición de los malos
servidores públicos, lo cual crea un verdadero hueco en las finanzas de los
lugares donde se cometió ese delito.
Cuando una persona que gobernó un estado dejó que terminara su
periodo y luego fue acusado por más de 10 delitos, con una conducta por demás
sospechosa y una moral que incluía la detención con saña de su trabajadora
doméstica, se habla de un político preso, nunca nadie puede imaginar que se
trate de preso político, ya que sus ideas nunca fueron un peligro para nadie
más que para la honestidad. PEGA
Y CORRE. -José Manuel Pozos Castro, líder del Congreso local de
Veracruz, deberá colocar un semáforo o un retén de alcoholímetro a la entrada
del salón de sesiones donde pueda detectarse el grado de alcohol en la sangre
de los diputados y diputadas que, embriagados por los humos del alcohol, creen
que todos en ese lugar trabajan para ellos y pueden entrar y salir del recinto
oficial a la hora que quieran y en el estado que se les pegue la gana. Porque
hay una diputada que confundió su curul con una mesa de cantina… Esta columna se publica los lunes,
miércoles y viernes.
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