Tiempo de Definiciones
ALMA GRANDE
Por Ángel Álvaro Peña
Luego de años, que parecen siglos de engaños desde el poder se
perfilan culpables que explican cómo un país con tantas riquezas naturales
pueda ser un país pobre.
La credibilidad en los políticos prácticamente desapareció para
dar lugar a la confianza hacia el ser humano que muestra su rostro y abre las
puertas de sus oficinas a la población desde el primer minuto de su mandato.
Esto no quiere decir que todo el que está contra sus disposiciones
de gobierno, tenga ideas del pasado o intereses que afectar; sin embargo,
surgen voces que al momento de defender sus puntos de vista pareciera que
defienden sus intereses.
Las trincheras empezaron a colocarse con un solo enemigo al
frente, que sólo se defendía, y a veces, ni eso. Ahora, desde esa trinchera en
la que se ha convertido la conferencia de prensa de la mañana, casi de
madrugada el Presidente lanza sus misiles, con la misma intención que otros lo
hicieron en la campaña, contra él.
Y para que la guerra sea más parecida tampoco ofrece pruebas ni
actúa legalmente contra quienes señala como culpables de esa crisis que hace de
México un país pobre siendo que debería ser una potencia mundial
Ante este panorama los ofendidos, los aludidos, levantan la voz y
gritan a los cuatro vientos que van a demandar, que acudirán a las conferencias
mañaneras, que miente el Presidente.
Y no es que los mexicanos estén acostumbrados a tener presidentes
mentirosos sino que están a la expectativa para ver quién es el primero en ser
aprehendido y juzgado. Los delincuentes de cuello blanco hacen ver a cualquier
delincuente común como niños de pecho.
El Presidente nunca da pruebas y los aludidos nunca demandan. La
lógica deja correr un río de tinta y los mexicanos toman su postura al mismo
tiempo que los diferentes sectores de la población, incluyendo la oposición
partidista, toma posiciones y muestra rechazo o adhesión al gobierno, pero
nadie queda a fuera de la definición política.
Todos tienen una posición sin ambigüedades, ni titubeos. El país
no está dividido como muchos hacen creer. La población sabe lo que sucede, son
los diferentes sectores minoritarios de la población los que reafirman su
rechazo o simplemente se suman silenciosos a esperar que haya mejores tiempos
para ellos.
Los mexicanos han demostrado que saben esperar, son pacientes con
la caída de cabezas que rueden en las cárceles y reclusorios. Dan su voto de
confianza. También esperan una reacción seria y contundente de los señalados
por el presidente y sus colaboradores. No pasa nada.
Ni el gobierno actúa ni los presuntos culpables reaccionan
legalmente. En una especie de limbo donde la justicia es parte de la
imaginación de los mexicanos, quienes no dejan de hacer sus juicios sobre los
culpables de su preferencia.
Los primeros aludidos desde las conferencias de prensa “mañaneras”
fueron los ex presidentes, destacando en esta alusión los panistas, pero sin
quedar fuera Peña Nieto y Zedillo, sin dejar de contar a Carlos Salinas de
Gortari. Los señalamientos no eran leves. Algunos de esos implicaban delitos
graves.
Luego fueron todos aquellos que tuvieron que ver con Pemex, al
mismo tiempo que libraba el gobierno federal una guerra contra el huachicoleo.
Dio nombres y fechas. Ahí estaban varios directores generales de la entonces
paraestatal. Luego fueron nombrados algunos de los directores de la Comisión
Federal de Electricidad, con nombre y apellido. Nadie dijo nada, a no ser que
la amenaza de una demanda fuera una defensa. Nadie actuó de manera concreta
contra las acusaciones, sólo se declaran inocentes. Cualquiera lo
hace.
Pero la guerra no se limitó a nuestras fronteras, no faltaron
calificadoras que redujeran la confianza en Pemex, por las deudas contraídas
con anterioridad. No fue por la guerra contra el huachicol o la escasez de
combustible, como quisieron difundir algunos. Luego, la
calificadora Moody’s redujo las evaluaciones de riesgo de contraparte a
cuatro bancos mexicanos. Pero no hay bancos mexicanos. Todos están en manos de
extranjeros.
Es decir, las trincheras enemigas toman como arsenal algunas de
las consecuencias de los errores del pasado para adjudicarlos a la nueva
administración que todavía no cumple dos meses y medio.
Sin embargo, el encanto de los mexicanos no puede durar mucho
tiempo sin que haya delincuentes de cuello blanco que sean juzgados. Las
investigaciones ya caminan, y caminan rápido, lo que hace falta es cortar
cabezas y mientras más alto sea el nivel de sus cargos públicos, la gente
estará más satisfecha.
Por otra parte, los señalados tampoco se animan a demandar. ¿A qué
le temen? Hablan de demandas pero no las ejecutan. Lo mismo sucede con el
gobierno federal que inculpa pero no castiga, en espera de que los mexicanos
hagan sus juicios y la historia los condene.
Los mexicanos se saben protagonistas de su historia. Saben que
ellos fueron los impulsores del cambio y quieren sacrificios humanos como hace
poco más de cinco siglos. No por barbarie sino por justicia; no por venganza
sino por congruencia con la ley.
Las posiciones están tomadas. Ya se sabe quién está de un lado y
de otro. Se identifican no sólo por el color de su partido sino por la
ferocidad de sus críticas. Por el rencor en sus ataques, por la exigencia de
precisión y la demostración de evidencias.
Es tiempo de definiciones. Es tiempo de que el poder actúe como
tal y la oposición vuelva a pelear por el poder. Es hora de que las leyes se
apliquen y también de debatir con altura, más allá de descalificaciones y
rumores. Es el momento de la procuración de justicia y de que los
representantes de la oposición adopten un liderazgo sin temores. Sólo así habrá
equilibrios, sólo así existirá el contrapeso político. Sólo así habrá una
verdadera democracia. PEGA
Y CORRE.- Continúan las agresiones a los comunicadores en el
país, ahora, un grupo de hombres armados balearon a Bersaín Gálvez
Ramírez, locutor de la estación radiofónica “La más invasora” del municipio
de Chicomuselo en la sierra madre de Chiapas. Se reporta
grave. La impunidad en estos casos continúa y eso lastima a todos los
mexicanos…Esta columna se
publica los lunes, miércoles y viernes.
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