Marko, el bocón
ALMA GRANDE
Por Ángel Álvaro Peña
Desde semanas atrás todo comunicado del PAN es firmado por el PAN
simplemente. Antes, el protagonismo del líder nacional del blanquiazul, firmaba
hasta sus publicaciones en Twitter; las reiteradas imprecisiones, los errores
más absurdos, las declaraciones más temerarias, carecían de justificación. Su
relación con la realidad no existía. De ahí que le hayan pedido que dejara de
firmar los comunicados por cualquier medio, la antipatía que provocaba dentro y
fuera de su partido, deterioraba más la imagen del PAN y dividía la militancia.
Ahora, Marko Cortés, presidente nacional del PAN, aseguró que
el hecho en el que murieron la gobernadora de Puebla, Martha Érika Alonso,
y su esposo, el senador Rafael Moreno Valle, no fue un accidente, sino que fue
provocado.
Pero ahí no para el comentario, sino que subraya que es muy
sintomático el silencio del gobierno federal al respecto.
La desesperación por aparecer como un contrapeso a la aplastante
popularidad del presidente de la República ha impulsado a Marko Cortés a
desfasarse y llegar a cometer delitos por su lengua suelta.
“De lo que se quiso presentar como un accidente, y hoy a la luz de
las pocas evidencias que lo acrediten, a la luz de no tener un veredicto
pericial, nos hace ver que no fue un accidente, sino un hecho provocado”,
afirmó.
Cortés aseguró: “hay
mano negra y hay quienes se beneficiaron de la muerte de Martha Érika”.
Pero todavía fue más allá en su fantasiosa aseveración y comparó la muerte de
la gobernadora de Puebla, con el asesinato del activista Samir Flores, en
Morelos, quien se oponía a la termoeléctrica de Huexca.
“Preocupa que los opositores, como Samir Flores y Martha Érika,
puedan estar siendo asesinados vilmente”, señaló el inexperto líder panista.
A unas horas de que se dé a conocer el informe sobre el caso,
Cortés llamó al gobierno federal a esclarecer de manera inmediata el suceso, al
cumplirse dos meses de la muerte de la ex gobernadora de Puebla y su esposo.
Nunca se había presionado sobre las investigaciones de muertes de
políticos. Cuando cayó el avión donde viajaba su correligionario Juan Camilo
Muriño, hace diez años, ningún panista intentó acelerar las investigaciones, a
pesar de que había muchos puntos oscuros en el “accidente”.
Las torpezas del contador público Marko Cortés, contra el gobierno
federal, en sus propósitos como dirigente, en sus propuestas como político,
rayan no sólo en el absurdo sino en el retraso mental, a menos que en realidad
quiera parecer un desfasado de la realidad, que quiere convertirse en un
delincuente al difamar en su afán por atraer reflectores.
La irresponsable declaración del bisoño líder del PAN habla muy
mal de ese partido que vive su peor momento. De hecho, no tiene victoria
electoral a la vista, por lo menos en el corto plazo. Mucho de ese decadente
proceso de paulatina desaparición se le debe a Marko Cortés, quien encuentra en
la declaración violenta la única manera de llamar la atención.
Consideró el panista que mientras no se tengan resultados de las
investigaciones, “el
silencio alimentará las sospechas“.
“Ya estamos en el inicio del proceso electoral en Puebla y las
investigaciones siguen estancadas. La falta de una explicación clara y
contundente sobre las causas de la caída del helicóptero está generando más
incertidumbre entre los poblanos y la sociedad”, apuntó exaltado.
Militantes de todos los partidos, incluso del PAN, califican de
irresponsables las declaraciones de Marko Cortés, quien sin saber las causas
del accidente, con sólo la intuición y el resentimiento como elementos, señala
sospechosos dentro del gobierno federal.
Marko quiere justificar la caída libre en la que se encuentra su
partido desde que llegó a dirigirlo a la ausencia de dos de los militantes
muertos en el accidente aéreo. Dos políticos cuyas obras administrativas y
electorales están en entredicho.
Y si entramos en el mundo de las especulaciones, se corrió el
rumor de que no habían muerto, simplemente simularon el accidente para tener
una salida a las próximas auditorias en sus respectivas condiciones de
dudosa honestidad.
Marko Cortés, de pronto se convierte en un experto en accidentes
aéreos y argumenta que el hecho de que el helicóptero haya caído de manera
inusual, acusa sospechas. Porque nadie le quita de la cabeza que el accidente
fue provocado. Es decir, para Marko la manera en que helicóptero cae a tierra
es un síntoma de sabotaje, de sospecha, de homicidio. Es probable que Marko
Cortés esté revolucionando la metodología de los accidentes aéreos y no se lo
quieran reconocer.
Las gubernaturas de Baja California y Puebla, actualmente en manos
del PAN, las perderá, y en mucho la derrota se deberá a la manera en que ese
partido está dirigido. Desde la llegada de Cortés, muchos panistas decidieron
no acercarse al edificio sede.
Cortés y el PAN, corren la misma suerte. Y en estos momentos debe
culpar a alguien de la decadencia de su partido porque sabe que una vez
perdidos los dos bastiones, Baja California y Puebla, los propios panistas que
lo apoyaron exigirán su cabeza, y muy probablemente su expulsión. Sus delitos
no son para menos.
Cortés habla de silencio cómplice, de mano negra, de lentitud en
las investigaciones, de paralización de los trabajos, de montaje, cuando en
realidad lo que quiere es salirse de la línea de fuego en la que seguramente se
encuentra porque lleva al PAN a la derrota electoral y no se ve posibilidad de
que se recupere mientras se encuentre él al frente.
Lejos de darle solidez a su partido, lo que logra Cortés con esas
declaraciones es hundir más la nave en la que navega sin rumbo. Quiere
desprestigiar y en el intento desprestigia a su organización, cuyos miembros no
ven futuro con la imagen de este personaje al frente.
Si a esto sumamos declaraciones sin fundamento, acusaciones sin
pruebas, ligereza en las acusaciones, señalamientos sin base, encontramos que
Marko se está llevando al PAN al abismo.
Las acusaciones de Marko requieren de más de una demanda, su
libertad de expresión atenta contra personas e instituciones, contra las cuales
nunca antes atentó ni el PAN ni su dirigente ni panista alguno. PEGA Y CORRE. – Siguen
las deserciones en la oposición, esta vez se salió del PRI quien fuera el
primer secretario de Seguridad Pública en el gobierno de Rafael Moreno
Valle, Ardelio Vargas Fosado, ahora apoya la candidatura del morenista, Miguel
Barbosa Huerta … Esta
columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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