Las vacaciones de
Gamboa
ALMA GRANDE
Por Ángel Álvaro Peña
Emilio Gamboa Patrón, quien llegó a los reflectores de la política
como secretario del entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado, ha sido
uno de los priistas que no se queda desempleado ni un solo día. Cuando no es
senador, es diputado, o secretario de estado o es operador siniestro de la
política mexicana.
Desde que Miguel de la Madrid fue secretario de Programación y
Presupuesto, su secretario particular fue Emilio Gamboa Patrón, coordinador de
la bancada del PRI en el senado y en la Cámara de Diputados, se trata de un
personaje que no tiene una imagen limpia a pesar de que una de sus
características es la discreción.
Priista desde 1972, es decir, dos generaciones de mexicanos lo han
visto en funciones burocráticas sin que haya poder humano que lo mande a
jubilar. Cuando se afilió al tricolor él y el partido eran jóvenes. Crecieron
juntos, puede decirse que uno y otro protegieron, por las buenas o por las
malas, su desarrollo.
Ahora asegura que su instituto político tiene una mala imagen y
por si fuera poco añadió que el PRI es “muy repudiado por la gente”.
Lo dice en momentos en que el candidato de su partido a la
Presidencia de la República no está en su mejor momento. Esto puede
interpretarse como una traición y no solo porque hace leña del árbol caído sino
que pareciera que estuviera en su punto más crítico para convertirse en el
vocero de los enemigos de su partido.
Lo afirma a dos días del debate por la Presidencia de la República
y a tres de que José Antonio Meade presente su libro, “El México que
merecemos”. Como apoyo a su campaña, una especie de explicación de un proyecto
de gobierno que no ha podido dar a conocer con precisión el abanderado del PRI.
Si viniera de otro priista podríamos interpretar sus palabras como
ingenuidad o como una sana autocrítica, pero conociendo la perversidad de
Gamboa Patrón podemos advertir que hay mala intención, como si tratara de darle
un golpe bajo a su propio partido, luego de un relanzamiento de la campaña de
Meade y en la recta final hacia la fecha de los comicios.
Gamboa Patrón señaló que la mala imagen de su partido se debe a
“ejemplos muy malos en el sexenio del presidente Peña Nieto”, olvidó decir que
una parte importante de la actual administración es su trabajo como coordinador
parlamentario de su partido.
Luego de criticar a su partido, de verlo cada día con mayor
indiferencia y lejanía anunció que una vez concluida esta legislatura
dejará la vida pública por un momento, pero no se trata de un retiro permanente
pues seguirá accionando desde la sociedad civil.
“No me voy nunca del PRI por eso; al contrario, seré un luchador
social, porque quiero que este país salga adelante”, afirmó.
Pero le faltó reconocer a Gamboa que buena parte de ese
desprestigio que ahora padece el PRI se debe a la actuación de personajes como
él. Todavía está en la memoria de los mexicanos su conversación telefónica con
Kamel Nacif, amigo de Gamboa acusado de sostener relaciones sexuales
continuamente con menores de edad en Cancún.
La periodista Lydia Cacho relaciona a Gamboa con el pederasta
libanés en su libro “Los demonios del edén”, pero como Gamboa Patrón hay muchos
que crecieron y delinquieron a la sombra del PRI.
Para no ir muy lejos Javier
Duarte, el otro Duarte en Chihuahua, cuyos amigos empresarios deben ser
investigados a fondo, Mario Villanueva de Quintana Roo, su paisano Roberto
Borge, Humberto y Rubén Moreira, Miguel Ángel Yunes, Rodrigo Medina, Manlio
Fabio y otros muchos, incluso que como Emilio Gamboa dejan la descendencia
amarrada al camino de la política para seguir contaminando de corrupción al
país y mantener su impunidad e influencia en la política del futuro.
Político que impone a su hijo como funcionario o como candidato no
es un demócrata sino un nostálgico de la monarquía y Gamboa es de esos. Su
hijo, Pablo Gamboa Miner, líder de la bancada del PRI en el Senado, es
coordinador de las precampañas priistas por las alcaldías y las diputaciones en
Mérida Yucatán, y sigue con aspiraciones similares a las de su padre.
La difusión de las críticas al PRI no tienen la intención de justificar
el estancamiento de su candidato a la presidencia de la República sino la de
fustigarlo como si se tratara de responsabilizar a una fuerza dentro del
partido de su mala fama, siendo que él y muchos de sus amigos son culpables de
muchas de las manchas y delitos que se le adjudican a ese partido y que crearon
un ambiente de hartazgo en el electorado.
Su candidato a la presidencia de la República cuenta con el apoyo
de la estructura de gobierno, aunque lo niegue. Cada vez que puede el propio
presidente de la República le da su ayudada al candidato tratando de
descalificar a sus contrincantes, el presupuesto que de manera discreta pero
evidente apoya a Meade, es cubierto por las autoridades y la simulación de los
organizadores de los comicios es evidente.
A pesar de todo esto el candidato del PRI no crece, tal vez por
eso haya decidido Gamboa Patrón señalar la mala conducta de sus
correligionarios de la cual él no está exento.
A pesar de la discreción que le caracteriza Gamboa Patrón es
excéntrico, de ahí que pueda tratarse de una ocurrencia o del anuncio de unas
vacaciones en el umbral de la puerta de otra organización o la de un partido
propio, que en algún momento tuvo la tentación de formar.
Gamboa anuncia vacaciones en temporada de huracanes. PEGA Y CORRE.- Javier
Duarte está estrenando delitos en su contra, Agentes del Ministerio
Público de la Ciudad de México presentaron más de 80 datos de prueba en su
contra a petición de la Fiscalía General del estado, por desviar más de 220
millones de pesos de la Comisión de Aguas de la entidad entre septiembre y
noviembre de 2014, que provocó la suspensión de 97 obras hidráulicas. Además se
le acusa de utilizar un helicóptero cuando ya no estaba en funciones y no
entregar de manera formal la recepción del gobierno de
Veracruz. Nada más… Esta
columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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