Cuitláhuac, A 10
Meses 25 Días De Su Relevo
LÍNEA CALIENTE
Por: Edgar Hernández*
Está contra reloj.
El mandatario transita por un tobogán: o cumple y deja a un lado
las corruptelas, el nepotismo y las verdades a medias o el primero de diciembre
tendrá que dejar el gobierno de Veracruz.
El presente es el año del cambio, de que la federación decida su
remoción y eventualmente entre al quite Rocío Nahle, Ricardo Ahued o Manuel
Huerta.
Por lo pronto al gris gobierno de Cuitláhuac García Jiménez se le
acaba el tiempo.
O despide a los avorazados y gandallas morenos desbordados por el
poder como su impresentable Secretario de Gobierno, Eric Cisneros, quien en mala
hora fue nombrado como responsable de la política interior, o quien tiene que
irse será él.
O abandonan la plaza ineptos y déspotas como el Secretario de
Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado y se aparta a la Fiscal General
provisional Verónica Hernández, o la seguridad ciudadana –condición fundamental
para que no sea removido Cuitláhuac- nunca se alcanzará y el relevo será
inevitable.
O se van a su casa a disfrutar su dinero mal habido su primo
hermano el subsecretario de Finanzas, Eleazar Guerrero, su hermano Xicotencatl
y su papá Atanasio, así como su sobrina Nitzia y el resto de la parentela
incrustada en el aparato de gobierno, o seguro que no carga los peregrinos.
O termina con la escalada de transas y moches manifiesta de manera
descarada en el DIF con su titular Verónica Aguilera Tapia y pandilla de
saqueadores del erario público, solapados por la Contralora, Mercedes Santoyo o
el “honesto” de Cuitláhuac García, tendrá que pagar por ello.
O deja de simular una austeridad que no existe –hace unos días
pasó desapercibida la compra de 146 autos de lujo- o se correrá el maquillaje
de todas las disposiciones millonarias en la renta de patrullas, contratación
de grupos musicales a precios desmesurados, organización de eventos faraónicos
como el que dio marco al informe anual del DIF y la costosísima propaganda
política con motivo del Primer Informe de Gobierno.
Y es que en realidad no son pocos los pendientes por resolver que
impidan que el gobernador Cuitláhuac García sea retirado del cargo.
Prácticamente desde el arranque de su administración sus mentiras
jamás cupieron en el ánimo y credibilidad de la ciudadanía y menos a nivel
federal donde bien saben la ingobernabilidad que se vive en Veracruz.
Eso de inaugurar carreteras inexistentes es inválido.
Al igual que reaperturar obras públicas en uso, poner en
funcionamiento instalaciones médicas y educativas que solo fueron repintadas
para pasar como nuevas e inaugurar viviendas miserables de 30 metros que más
parecen de escenografía y dar crédito a un turismo internacional del que
asegura alcanzó el 335% pero que en los hechos nunca llegó.
Toda una verborrea cantinflesca que eventualmente llegará a su fin
el primero de diciembre de este año.
Consecuentemente le quedan a Cuitláhuac menos de once meses para
reconciliarse con la opinión pública manifiesta en los medios de comunicación,
si es que pretende seguir al frente de las instituciones.
Ya estuvo bueno de seguir dándole largas a los empresarios y todo
tipo de prestadores de servicios a quienes adeuda más de mil millones de pesos.
Son tiempos además de reconciliación con los Colectivos a quienes se les
esconde y huye por la puerta trasera.
El propio Cuitláhuac no puede seguir siendo rehén de sus hormonas,
ni del grupo que lo tiene encapsulado en un nicho de confort.
El no remover a su grupo colaboradores basura no es una fortaleza
política.
Entreguemos a Cuitláhuac el beneficio de la duda y demos como
bueno lo que dice López Obrador, en torno a la honestidad y capacidad de su
protegido, pero necesitamos resultados.
Veracruz requiere que demuestre que los casi 130 mil millones de
pesos que tiene para gastarse en este 2020 los destine a su pueblo, que los
traduzca en salud, educación, seguridad y obra pública para que no suceda lo
del 2019 en donde el subejercicio y preferencias desató sospechas y enojos
colectivos.
Acaso imposible pedir le meta testículos a sus decisiones, pero al
menos entereza para que no lo sigan engañando.
De lo contrario aplaudiremos y daremos gracias a Dios que en 10
meses 25 días finalmente se vaya a su casa.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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