4T, Escuela Para
Opositores
ALMA GRANDE
Por Ángel Álvaro Peña
La oposición ha dejado de pelear por el poder y ahora pelea por
los reflectores de los medios. Considera que una vez que sus militantes hayan
tomado por asalto los medios, estarán abriendo los puentes necesarios para
reorganizarse.
Sucede que los argumentos con
los que buscan aparecer en los medios no satisfacen las mínimas necesidades de
la información que quiere tener la población, de ahí que sea necesario que
contengan sus protestas razones de peso y datos precisos.
Esta es la realidad de una
oposición que se pasó más de un año tratando de desgastar al gobierno actual
asegurando que el punto débil de la Cuarta Transformación era la economía.
Para ellos el poco crecimiento
era sinónimo de recesión y desde los tiempos de campaña anunciaban una fuerte
devaluación. Insistieron en que la economía era el talón de Aquiles de la
Cuarta Transformación.
No había columnista de la vieja
trinchera que no anunciara la debacle de la economía mexicana. Los pronósticos
que realizaban en los medios eran como para provocar un suicidio colectivo; sin
embargo, la economía no está en crisis a pesar del poco crecimiento.
Para dejar en claro el hecho de
que hay confianza económica en México, dos potencias mundiales aprobaron el
Tratado de Libre Comercio con nuestro país. Primero aprobó el Congreso más
reacio a este tipo de acuerdos, el de Estados Unidos. Su votación fue muy
clara: 89 votos a favor, 10 en contra. Prácticamente unánime a pesar de los
malos augurios de los nostálgicos del pasado.
En una semana, el 27 de enero,
el parlamento canadiense aprobará el Tratado de Libre Comercio, con lo que se
consolida la confianza hacia México de parte de ese país y de Estados Unidos, y
echa abajo los argumentos que mantuvo artificialmente desde hace mucho tiempo
la oposición.
Hubo pronósticos de la
disidencia que rayaban en el absurdo, que se desvanecen con la firma de este
tratado. De ahí que al mismo tiempo que se celebre la confianza de
inversionistas extranjeros debe conmemorarse la total falta de credibilidad de
la menguada disidencia, incluyendo a los partidos políticos derrotados en las
urnas.
Lo mismo sucede en el caso de
la salud, una vez que se desactivó el Seguro Popular -un servicio selectivo,
caro e insuficiente-, se les cae el negocio a militantes de diferentes
partidos, quienes estaban lucrando con la salud de los mexicanos.
Inmediatamente que se
desmanteló el gran negocio de la salud, las protestas de los panistas se
multiplicaron a grado tal que les nació repentinamente una vocación de médicos
que denota no sólo oportunismo sino improvisación, pero, sobre todo, mala fe.
Ahora los gobernadores
panistas, aseguran que tienen un mejor proyecto para darles salud de calidad a
todos los mexicanos, por ello afirman que un sistema gratuito de calidad
deberá contar con recursos humanos suficientes, profesionales y empáticos,
tener todas las medicinas todo el tiempo, asegurar la infraestructura y equipamiento
necesarios, y garantizar el presupuesto necesario para la atención.
En este sentido, proponen que
se establezca una mesa técnica con representantes de las entidades y la
Federación a fin de trazar modelos de servicios gratuitos con calidad,
doctores, medicinas y equipo suficientes. Además, demandaron firmar un convenio
de colaboración con el gobierno federal, que supla a los acuerdos de adhesión y
coordinación que se han puesto a consideración de dichos gobernadores.
Es decir que los gobernadores
de Aguascalientes, Martín Orozco; de Baja California Sur, Carlos Mendoza; de
Chihuahua, Javier Corral; de Durango, José Rosas; de Guanajuato, Diego Sinhue;
de Querétaro, Francisco Domínguez; de Quintana Roo, Carlos González; de
Yucatán, Mauricio Vila; y de Tamaulipas, Francisco Cabeza de Vaca; ahora deben
aprobar un proyecto realizado por especialistas, cuando estamos hablando de
entidades inseguras, violentas, corruptas, sin infraestructura sanitaria, etc.
La desesperación de los
miembros de la oposición por espacios en los medios los muestra como seres
extraídos de una realidad que ya no existe.
En el caso de la salud el
delito es muy grave y muy grande. Los negocios sucios que realizaban los
funcionarios públicos con los laboratorios transnacionales farmacéuticos fueron
muchos y estaban basados en el encarecimiento de los medicamentos y los
servicios de salud, que dejaron afuera a millones de mexicanos vulnerables, que
perdieron hasta la vida por falta de oportunidades de salud.
De esta situación están
enterados todos estos gobernadores, y en algunos casos son cómplices.
Ahora que se ven rebasados por
el proyecto del Instituto de Salud para el Bienestar quieren reflectores para
desgastar al gobierno federal, pero lo único que logran es desgastarse a sí
mismos y hundir más en la mediocridad a su partido político. PEGA Y CORRE. – Ahora
hasta el gobernador de Oaxaca, el priista Alejandro Murat, habló sobre los
defectos del Seguro Popular, a pesar de que un presidente de su partido lo
mantuvo como una opción para alcanzar la salud de los mexicanos. Aseguró que
quienes defendían ese programa de salud querían que el pueblo de México
“aceptara lo menos peor” … Esta
columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
angelalvarop@hotmail.com
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