El zacahuil, el tamal
más grande
Publicado
por: (EL UNIVERSAL)
Fecha:
2/1/2017
CIUDAD
DE MÉXICO.- Durante fiestas y ceremonias en la Huasteca se prepara un tamal muy
especial: el zacahuil. Aún se nombra en náhuatl, quiere decir “bocado grande”
porque pueden medir hasta metro y medio de largo, para un aproximado de cien
comensales.
La
gente se reúne para compartirlo en momentos importantes de las comunidades
huastecas, durante las fiestas patronales, bautizos, comuniones o bodas. Este
tamal de masa martajada y consistencia aguada se encuentra en el noroeste de
San Luis Potosí, Hidalgo, Querétaro, norte de Veracruz y sur de Tamaulipas.
Su
proceso es todo un ritual, al ser tan grande, en su preparación se involucran
muchas personas de la localidad dividiéndose las diversas actividades: guisar
las salsas con chiles secos, especias y sal; cortar en trozos al cerdo y
guajolote; envolver el tamal crudo en hojas asadas de papatla —similares a las
hojas de los platanares—; amarrarlo con mecate y alambre. Finalmente, se lleva
a cocción en horno de piedra sellado con barro para que no pierda temperatura y
logre una cocción uniforme.
Hoy
en día, es común encontrar al zacahuil en los mercados de los poblados durante
los fines de semana. En ciertas partes de Veracruz la receta lleva tomate;
dentro de ese mismo estado, en Tuxpan, le agregan frutos del mar; en la
huasteca potosina gustan que domine el chile guajillo; en Hidalgo prefieren al
mulato como picante principal.
La
costumbre dicta servirlo en un plato hondo encima de una hoja asada, la misma
con la que se envolvió. Hay quien lo acompaña con chiles jalapeños, verduras
encurtidas y como casi siempre se sirve durante el desayuno, hay café de olla
para beber.
Durante
la época prehispánica, el zacahuil se rellenaba con otras proteínas, en el
interior de este tamal festivo había jabalí, venado, faisán, codorniz,
armadillo y víbora. Esto cambió con la llegada de los españoles quienes
trajeron a la res, carne de cerdo y su manteca
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