La disputa en
Veracruz
Palabra de Mujer
Por Billie J Parker
En once días Veracruz tendrá Gobernador. La entidad afronta la
contienda estatal más reñida y complicada de la historia en el peor de los
mundos de su heroica existencia. Entidad peor calificada por la alza en la
incidencia delictiva, homicidios, delitos de alto impacto, feminicidios,
opacidad, deficientes servicios de salud, hambre, miedo, desempleo, inseguridad
y cierre de empresas.
Veracruz es uno de los nueve estados donde se disputa la
gubernatura el 1 de julio. Cuenta con el cuarto padrón electoral con mayor
número de votantes (5 millones 784 mil 064 inscritos), donde el árbitro
comicial prevé votará el 50 por ciento.
Se elegirá al titular del gobierno de seis años y se renovará el
Congreso del Estado: cincuenta diputados, treinta por mayoría relativa y veinte
por representación proporcional, que conformarán la LXV Legislatura estatal a
partir del 5 de noviembre de 2018.
Para la gubernatura contienden una mujer y tres hombres. En el
contexto, subrayamos una radiografía de Veracruz desde el altiplano: Estado con
una “notable debilidad institucional, corrupción generalizada, y un sector
empresarial y sociedad civil que se adapta a los problemas”, más que exigir
acciones contundentes para erradicar la impunidad, por lo que resulta un botín
para políticos sentencia Francisco Rivas (Observatorio Nacional, El Universal
2017).
La apatía y falta de confianza ciudadana no es privativa de
Veracruz sino un mal nacional pero no podemos soslayar esa observación donde se
nos juzga como “dejados” y corresponsables de la impunidad. ¿Es Veracruz un
pueblo que permite todo como lo dicen analistas? Por lo menos hace dos años no,
votó por el cambio y no llegó y en está ocasión nuevamente apuesta por la
alternancia.
En 2016, luego de 83 años del PRI, la alternancia del PAN resultó
insuficiente para mejorar una entidad quebrada por gobernantes que deterioraron
la vida de la población. No hubo cambio, la avería financiera y la inseguridad
no solo persisten, sino que se han incrementado, sobre todo en los municipios
que gobierna la oposición a la administración actual.
Contrapesos como la prensa ha sido extinguida y suplantada con
medios de comunicación fantasmas que lactan del erario público. Periodistas o
medios que osan ser críticos, o apoyan al adversario, o demandan el pago de
deuda, son amenazados y/o atacados con furia mediática por sus incondicionales.
Los poderes del estado han sido doblegados. Un congreso de
Veracruz envuelto en enfrentamientos internos y escándalos de corrupción. Un
sistema de justicia a modo mientras la impunidad es garantizada por la falta de
procuración de justicia.
Los aspirantes a la gubernatura son: Cuitláhuac García Jiménez,
abanderado de la coalición “Juntos Haremos Historia” (MORENA- PT-PES). Un
político de izquierda, sin experiencia de gobierno y escasa acción legislativa,
que puntea encuestas impulsado por la ola AMLO en la segunda ocasión que busca
la gubernatura de Veracruz. En el 2016 contendió y resultó un desconocido fuera
de su zona de influencia como catedrático de la UV en Xalapa. Tiene a su favor
la irritación social de la población veracruzana y el apoyo incondicional de
López Obrador, que lo lleva de la mano por los 212 municipios.
Miguel Ángel Yunes Márquez encabeza la coalición “Por Veracruz al
Frente” (PAN-PRD- MC) y lo ubican las encuestas en empate técnico con
Cuitláhuac. Cuenta con mínima experiencia en gobierno (Sólo la alcaldía de Boca
del Río dos veces) y se le estigmatiza como producto del nepotismo de su padre,
Miguel Angel Yunes Linares, el gobernador actual. Condición que le niega “per
se” cualquier destreza o cualidad como político o, en su ejercicio
gubernamental. En su contra también los incumplimientos de campaña del
gobierno.
El más conocido es el abanderado de la Coalición PRI- PVEM, “Por
un Veracruz Mejor”, José Francisco Yunes Zorrilla, un político hace más de 30
años, ganador de elecciones. Resiste la animadversión social de la marca que lo
lanza, el PRI. Veracruz no perdona el desvío de recursos a campañas priistas,
vía gobernadores y funcionarios federales, con un altísimo costo de vidas
humanas, un saldo fatal en Veracruz. Yunes Zorrilla enfrenta de facto a un
candidato a la Presidencia (Andrés Manuel López Obrador) y a un Gobernador en
turno que busca dejar a su hijo como su sucesor.
La cuarta en discordia es Miriam Judith González Sheridan (Panal),
la candidata menos conocida y que asegura sacará a los políticos del gobierno.
Con un mínimo porcentaje en las preferencias del voto. Es la única mujer rumbo
a la gubernatura de Veracruz pero, su desempeño en los debates oficiales ha
provocado una ola de críticas descalificándola por “servir al gobierno panista
en el poder”.
Todos prometen no alejarse de la gente, prevén una estrategia para
recuperar la seguridad, la paz, los empleos pero, el voto de castigo, el
oculto, el volátil, podría llevar a varios escenarios totalmente distintos a
las encuestas:
Primer escenario. Se requeriría un escándalo mayúsculo en contra
de alguno de los tres en real disputa. Ya no hace mella el show mediático del
caso Duarte explotado en 2016.
Segundo escenario derivado de la sub representación de la
intención de voto. Es decir el voto que se les oculta a las encuestadoras y
genera resultados totalmente alejados de lo manejado en sus rankings. El
registro de un voto oculto (10 % para el PRI), hace que no se descarte el
fenómeno de que la votación final sea distinta a los resultados de las
encuestas de hoy.
Y el tercer escenario es el voto futbolero, que advierten tendrán
algún impacto en el “enojo social” ya que como se vio el pasado domingo inyecta
ánimo que provoca bienestar, y orgullo, lo cual favorecería al estatus quo.
Miselección.mx no la tiene fácil pese a su buen desempeño y en los
próximos partidos, de ocurrir una derrota, desataría desánimo y hartazgo, lo
cual emplaza a emitir un sufragio para cambiar de rumbo.
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