Elecciones Sin Contrapeso
ALMA GRANDE
Por Ángel Álvaro Peña
Se aproxima la prueba de fuego de la oposición y la oportunidad de
Morena para demostrar que las simpatías de la población siguen favoreciéndole.
A pesar de que hay una especie de guerra sucia que no deja de
influir en algunos sectores de la población, en los estados donde habrá
elecciones la ola de Morena se apodera de los principales cargos de
elección popular.
El próximo domingo habrá elecciones para renovar dos gubernaturas,
la de Puebla y la de Baja California. Ambas, ahora, en manos del PAN, que
seguramente cambiará de color. En Puebla también habrá renovación de 5
ayuntamientos y en Baja California, de la misma cantidad de presidencias
municipales, y del Congreso local. Dos entidades donde la población se vio
anteriormente reacia a cambios profundos en los gobiernos estatales, pero ahora
el hartazgo de su partido en el poder y las posibilidades de que en este sexenio
haya en realidad una transformación obligan a ver hacia Morena.
Pero no son los únicos estados donde habrá elecciones.
Además de los mencionados está Aguascalientes, donde se disputarán
11 ayuntamientos; Durango, donde se cambiará de presidente municipal en 39
localidades; Querétaro, donde se elegirá a 15 diputados de manera directa y se
definirán 10 curules por el sistema plurinominal. En Tamaulipas se votará por
22 diputaciones directas y 14 plurinominales.
Estamos hablando de seis estados donde la geografía electoral
seguramente cambiará el color del mapa político. La quinta parte de las
entidades del país estará frente a las urnas, donde la oposición podrá
demostrar si los medios que mantienen una constante guerra contra la Cuarta
Transformación tienen razón o están equivocados.
También es una oportunidad para que Morena y su líder, Andrés
Manuel López Obrador, puedan demostrar que su capital político no ha sido
dañado sustancialmente, a pesar del desgaste que impone el ejercicio del poder.
La guerra contra el gobierno federal ha sido intensa desde los
medios, por una parte, resentidos por la falta del subsidio que era superior al
que se otorgaba al campo, y por otra, con afectaciones directas a los intereses
de sus anunciantes, los medios podrían volver a mostrar su soledad ante un
aplastante triunfo de Morena en todos los puntos donde habrá comicios.
Prácticamente es un hecho que el PAN pierde las dos gubernaturas
que tanto trabajo le costaron. Una que hizo historia al ser el primer estado en
manos de un partido diferente al PRI: Baja California.
El otro, un estado que pudo convertirse en un bastión panista
hasta que fueron señalados los errores de sus administraciones.
Sin embargo, no podemos dejar de mencionar un desgaste que no es
menor que el de la oposición y es el de los medios tradicionales que junto con
los comunicadores han perdido credibilidad y su influencia en la sociedad cada
día es menor.
A pesar de que los medios no sólo son necesarios para fortalecer
la democracia, su trayectoria en México no ha sido imparcial desde hace muchos
años. Vivían de la simulación a través del dinero que les daba la Presidencia
de la República para callar verdades, tergiversar hechos, y ocultar excesos.
En muchas ocasiones el jefe de información o de redacción hacía
las funciones de un Torquemada de la información, llevando a cabo una
autocensura cotidiana que explicaba dichos subsidios.
El subsidio quedó atrás pero el resentimiento persiste y esto
explica mucho de lo que contienen los medios que prefieren ahora marginar las
noticias importantes para dar lugar a noticias de espectáculos y deportes que
pocas veces transforman realidades.
De todo esto habrá un respaldo concreto y fehaciente en la noche
del próximo domingo. Donde se mostrará que la oposición no está disminuida por
la fuerza de Morena sino por la pereza y falta de oficio político de los
líderes de los partidos que la integran. Es urgente que haya contrapesos, si
los actuales partidos políticos siguen anteponiendo el rencor al fortalecimiento
interno, pues bienvenidos sean los nuevos partidos políticos, que deben llegar
actualizados y con la conciencia de competir sin miedo a las similitudes ni a
las diferencias con el poder, su partido, y el resto de las organizaciones
políticas.
La necesidad de renovar la manera de hacer política debe ser
responsabilidad de los partidos y sus líderes, pero hasta ahora, pareciera que
les pesa más el pasado que el futuro. PEGA
Y CORRE. – Las quejas no caben en los medios, la austeridad,
dicen, que casi paraliza el país y los medios hacen más grande el problema
dándole los principales espacios. Esos mismos medios nunca dieron un espacio a
los excesos que obligaron a la austeridad, al contrario, esos medios fueron
parte del despilfarro. Ahora son el conducto para afirmar que la
austeridad es el peor problema del país, cuando es un efecto que ocasionó el
abuso cotidiano y generalizado en las anteriores administraciones. Habrá que
ver los problemas desde su origen y no a partir de sus repercusiones, que a
veces son inevitables. Esta
columna se publica los
lunes, miércoles y viernes.
Dudas y comentarios:
angelalvarop@hotmail.com
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