Heredar puestos, peligro para México
04 de
octubre de 2017
ALMA GRANDE
Por Ángel
Álvaro Peña
El talento no se hereda, pensando que podría algún puesto púbico
otorgar, por ese solo hecho, brillo a la mediocridad en la que se ha
desenvuelto la política mexicana desde hace muchos años.
Anteriormente el hijo o hija de un médico prominente o un abogado
sagaz, también se dedicaba a la misma profesión que el padre.
Lo único que se lograba era que el descendiente heredara los
clientes o pacientes que el padre había reunido a lo largo de su vida y que
posteriormente huye de las tareas ineficientes de los hijos que ponen en
peligro su salud o su libertad o legalidad. No muestran la misma brillantez que
sus progenitores.
En el mundo de la política es diferente. En este ambiente todos
son talentosos, reciben más premios que castigo a lo largo de su trayectoria
viviendo del erario, y no se cansan de reproducir un hijo, por lo menos, para
el ámbito político del país, como si se tratara de dinastías. Porque el sistema
político de nuestro país es muy plural, tiene tintes de dinastía, de monarquía,
de dictadura, hasta de comedia, pero muy poco de democracia. Casi nada.
La herencia de la supuesta vocación política se convierte,
automáticamente, en la herencia de poder, tenemos muchos ejemplos, desde Lázaro
Cárdenas con su hijo Cuauhtémoc; luego Miguel Alemán Valdés, con su hijo Miguel
Alemán Velasco, en esa tierra castigada por los cacicazgos de familia llamada
Veracruz.
Los partidos políticos se han debilitado a causa de las herencias
de sus militantes, a sus hijos, yernos, nietos, etc.
Si de algo adolecen actualmente los partidos políticos es de
cuadros reales. No hay líderes sólidos para llevarlos a una candidatura formal
con posibilidades concretas de triunfar en las urnas, ni siquiera para la
Presidencia de la República.
Los cuadros dejaron de crearse cuando los militantes vieron en sus
hijos los sucesores de sus puestos para que siguieran viviendo del presupuesto.
Así de la herencia se brincaron al nepotismo y del nepotismo a la dinastía, y
sobre todo que se crean clubes como el de Atlacomulco, lugar de donde se ubican
las canteras de los líderes que tienen como única formación política la
experiencia y los consejos de sus padres o abuelos. Ahí tenemos casos como el
de Alejandro Murat, que hereda la gubernatura de Oaxaca, o la posición de la
que goza el actual secretario de turismo, Enrique de la Madrid Cordero, quien
no se descarta para ser el candidato del PRI a la presidencia de la República
como lo fuera su padre, Miguel de la Madrid, quien inició la debacle de la
economía mexicana que no se ha detenido, pero las herencias se brindan
apostando a la mala memoria de los mexicanos y eso, por contradictorio que
parezca, debemos recordarlo.
Los auténticos líderes de los partidos políticos han cedido
involuntariamente su poder a los hijos, familiares, compadres y amigos de los
poderosos. No hay heredero del poder que no le apueste a la desmemoria del
pueblo.
Ahí está Ninfa Salinas, hija del presidente de Grupo Salinas,
Ricardo Salinas Pliego, fue invitada por su amigo Jorge Emilio González en
noviembre de 2011 a unirse al proyecto del Verde Ecologista de México.
Juan Pablo Adame, hijo
de Marco Antonio Adame, ex gobernador panista en Morelos, egresado del Tecnológico
de Monterrey con una licenciatura en Relaciones Internacionales.
Luciano Quadri, hijo del
candidato presidencial por Nueva Alianza, Gabriel Quadri, se desempeñó como
suplente en la diputación federal de René Fujiwara, nieto de Elba Esther
Gordillo.
René Fujiwara, hijo
de la ex diputada federal Maricruz Montelongo Gordillo y nieto de la lideresa
del SNTE, Elba Esther Gordillo.
Claudia Ruiz Massieu Salinas, hija del ex gobernador de Guerrero,
José Francisco Ruiz Massieu y de Adriana Salinas de Gortari, sobrina del ex
presidente, Carlos Salinas de Gortari.
Se desempeña como secretaria general del CEN del PRI.
Manuel Velasco Coello, nieto del ex gobernador de Chiapas, Manuel
Velasco Suárez, actual gobernador de esa entidad por el Partido Verde.
El yerno de Elba Esther Gordillo, Fernando González Sánchez, quien
fuera subsecretario de la SEP; otro extraño sujeto de la política es José
Alberto Couttolenc, diputado local plurinominal en el Congreso de Chiapas, y
cuñado del Niño Verde, Emilio González Martínez.
Alejandro Juraidini Villaseñor, es hijo del Director General de
telecomunicaciones de México, es diputado federal por el estado de México. A
estos últimos se les caracteriza por su nulidad en el proceso legislativo,
nunca participan en tribuna y menos aún presentan una propuesta al pleno.
El problema en México es que el culto a la personalidad de los
diferentes políticos crea su propia ruina. Así, se le insiste, por ejemplo, al
hijo de Luis Donaldo Colosio, Luis Colosio Riojas, también egresado del ITESM,
que siga la carrera política de su padre. Las presiones y las tentaciones son
tales que puede acceder en algún momento sorprendiendo a más de uno dentro y
fuera del PRI.
La evolución de los partidos políticos en México se ha detenido a
causas del conservadurismo que imponen las herencias de un poder que debe tener
una dinámica muy diferente a la actual, de ahí que no debe sorprendernos que
sean rebasados por la población, como acaba de suceder en días pasados cuando
los líderes de diferentes fuerzas pugnaron por renunciar a sus prerrogativas en
favor de los damnificados del sismo del 19 de septiembre pasado.
La vanguardia en México la tiene la población debido a estas
herencias que no pueden menos que mostrar el lado oscuro de una democracia que
se aleja cada día más de su objetivo original. PEGA Y CORRE. – Desde
esta tribuna haremos una pasarela de aquellos que por derecho de sangre
irrumpen en la vida política del país sin dejar más huella que la
podredumbre de un sistema que se hace viejo gracias a sus prácticas
monárquicas. Todavía faltan muchos… Esta
columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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y comentarios, escríbenos a:
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