MIRA BIEN EL TAMAÑO
EL FILÓSOFO DE
GÜÉMEZ
Por
Ramón Durón Ruíz (†)
Publicado en Políticos al Desnudo
Hay una historia que me encanta, dice:
“Qué haces con las piedras del camino:
El distraído… tropezó con ella.
El violento… la usó como proyectil.
El emprendedor… la utilizó para
construir.
El caminante cansado… la usó como
asiento.
Para los niños… fue un juguete.
Drummond… hizo la más bella poesía.
Con ella David… mató a Goliat.
Miguel Ángel… puso en ella su talento y
esculpió la más bella obra.
En todos los casos, la diferencia no
estaba en la piedra… sino en el hombre.”1
HOY, sal dispuesto a ser la diferencia
en la vida, que no te espanten las piedras que solas llegan a tu camino o
aquellas que las manos del perverso pone para que tropieces, recuerda que “eres
el arquitecto de tu propio destino”, decídete a tomar cada una de esas piedras
para construir tu vida de grandeza, prosperidad, abundancia y felicidad a la
que por derecho propio eres merecedor.
Cuando eres capaz de trabajar en tu
parte espiritual y partir del centro de tu ser interior, sabrás darle su justo
valor a los problemas, al dolor, a la adversidad y hasta a la muerte; será
entonces que aprenderás a valorar el poder de la vida, que siempre tiene
implícito un sentido maravilloso, que depende de ti, sólo de ti encontrarlo.
En esta vida cada día tiene su afán,
ninguno se parece a otro, como tampoco nadie se parece a ti… porque eres único,
así que disponte a gozar de la inacabable policromía de la vida, siendo único.
Las piedras que ponen en el camino
quienes envidian tus dones y talento, lo que logran en realidad es desamodorrar
tus poderes y ponerlos en práctica, iniciando tu ascendente labor espiritual.
Recuerda que tener envidia es hacer un
homenaje a la mediocridad.
Cuántas veces las piedras han hecho que
el camino sea más difícil, pero no debes olvidar que el sentido del logro viene
desde ahí; ése que te lleva a realizarte en la satisfacción de no claudicar, de
luchar y con ello, a reencontrarte contigo mismo.
En la vida todo tiene un ¿por qué?, se
le conoce como el principio de “causa y efecto”, que quiere decir que “toda
causa tiene su efecto y todo efecto tiene su causa”, es decir, que todo viene a
ti para tu crecimiento, nada llega por casualidad, no hay azar, “todo lo que
sucede tiene un porqué, una explicación aunque se desconozca”.
HOY, recuerda que llegaste a esta vida
a aprender, a crecer físicamente y evolucionar espiritualmente, cuando
trasciendes el espacio material, eres capaz de conectar con tu divinidad
interior y muy a pesar de los escollos del camino, sólo manifestaciones de
amor, paz, armonía, éxito, bienestar, felicidad y sabiduría llenarán tus
sentidos.
Si de sentidos hablamos, éstos se abren
a la vida a través de los canales del amor y del humor, que al producir los
químicos de la felicidad (serotonina, inmunoglobulina “A”, linfocitos “T”),
además de ayudar a sanar la depresión, ahuyentan la soledad, aquietan los
miedos, disminuyen el estrés, aumentan el sentido de la felicidad, estimulan el
ánimo, maximizan el poder del aquí y del ahora, conectándote con el universo.
Apropósito del sentido del humor, pues
por la noche, después de usar el control remoto de la TV a diestra y siniestra
y a punto de conciliar el sueño, el viejo Filósofo ve llegar a su esposa que
viene de terminar la faena de ese día:
—Vieja
dime una cosa, ¿ónde quedó aquella mujer linda, de cuerpo sensual y escultural
con la que hace años me casé?
La mujer se acomoda en la cama, deja
las pantuflas a un lado y le responde sin inmutarse:
—Viejo
po’s tú te la comiste… ¡¡MIRA BIEN EL TAMAÑO DE TU ‘INCHE BARRIGA!!
www.nuestraedad.com.mx/lapiedra.htm
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