Recuerdan tumba de
enamorados en día de muertos
·
Pocos
tuxpeños conocen su historia
Por
Liz Martínez
Los
registros de la historia confirman que la muerte no conoce de límites y
fronteras; puesto que corría el año de 1875 y dos jóvenes tuxpeños enamorados,
una jovencita de 18 y un noble plebeyo de 24 años, no pudieron concretar su
relación, por lo que hoy yacen sus restos en el antiguo panteón Galeana de esta
ciudad sin que se haya dado alguna mejora a sus tumbas.
Se
dice que pudo más el egoísmo o la antigua tradición de sus padres de
imposición, que su amor, esa situación de oponerse a su enlace matrimonial,
acabó en una tragedia como la novela de William Shakespeare, Romeo y Julieta
publicada en 1597, él se ahorcó de un árbol, mientras ella se envenenó al
consumir un fuerte raticida, adquirido en una botica denominada la “Huaxteca”
propiedad del Dr. Zózimo Pérez Castañeda.
Cuenta
la historia que César Basáñez, y Mercedes Lazo, ambos de familias conocidas y
respetadas en Tuxpan, se enamoraron y comenzaron un romance a escondidas de sus
padres, lo cual molestó a la familia Lazo que se negó rotundamente a que
continuaran su idilio.
Mientras
que la familia Lazo provenía de España, hija del señor Manuel Lazo Morales,
quien en esos tiempos se dedicaba al comercio, su familia era dueña de una
imprenta, que se ubicaba en la esquina de Emiliano Zapata y avenida Juárez,
donde hoy es una tienda de zapatos y el edificio que era de ellos, actualmente
es el hotel Plaza Centro.
En
tanto César Basañez, se dedicada a trabajar en una de las haciendas de su
familia, a las afueras de la ciudad y por las tardes llegaba al puerto, para
verse con su novia; a pesar que ambos provenían de familias conocidas y
respetadas en la sociedad, los Lazo se opusieron a esa relación, por motivos –
que de acuerdo a los archivos históricos- sólo ellos sabían.
Imposibilitados
para tener una relación formal, ella decidió acudir a la botica “La Huaxteca”,
y con una receta en la mano, pidió que le vendieran un poco de dosis de veneno
para ratas, mismo que le fue despachado por un empleado de nombre Miguel Olmos,
al cual según la historia, más tarde intentaron encarcelarlo por despachar
dicha pócima. Ella se fue a su casa ubicada en lo que hoy es la calle Heroica
Veracruz, y se encerró en su recamará y se tomó el veneno.
Al
tener conocimiento de la muerte de Mercedes Lazo, su enamorado César Basañez,
se colgó de un árbol, en una de las haciendas de su familia, privándose así de
la vida.
La
noticia en esa época causó consternación entre la población tuxpeña, ambos
fueron sepultados en el panteón viejo conocido hoy como “Galeana”, y al paso de
los años, sus familias edificaron dos criptas iguales donde se aprecian sus
nombres “Mercedes Lazo, nacida el 11 de septiembre de 1879 y fallecida el 8 de
noviembre de 1897 y César Basañez, nacido el 19 de noviembre de 1875 y
fallecido el 8 de noviembre de 1897.
Hoy
al paso de los años, sólo el recuerdo queda grabado en dos lápidas que se
encuentran abandonadas, que conforme transcurre el tiempo dan muestra de falta
de mantenimiento, y platican los encargados y trabajadores de ese antiguo campo
santo, que nunca han visto que alguien acuda a dejarles una flor, ni en el día
del Amor y la amistad, ni en todos santos, hoy sólo queda el triste relato - que
sólo algunos lo conocen- de esta trágica pero real historia sucedida en esta
ciudad casi a finales de 1800.
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