COLUMNA


Ex presidentes en la batalla por Edomex

ALMA GRANDE

Por Ángel Álvaro Peña

Qué fue primero el huevo o la gallina, la guerra sucia inició gestándose desde la Presidencia de la República desde hace varios años o bien ahora sólo la adoptan como propia tres ex presidentes que no han sabido respetar el silencio que en algún momento caracterizó la institucionalidad de los ex mandatarios.

Al contrario uno de ellos, Vicente Fox, hasta tiene un programa de televisión aburridísimo, donde entrevista en inglés y español a personajes de la derecha internacional.

Así, un priista y dos panistas intervinieron, como nunca, en las elecciones que se llevarán a cabo en el Estado de México, sobre todo contra la puntera en las encuestas, Delfina Gómez, de Morena.

Las miras de ellos son influir en las elecciones de 2018.

El priista, Carlos Salinas de Gortari, se dio el lujo de presentar su libro “Muros, puentes y litorales”, a unos días de iniciadas las campañas de proselitismo en la búsqueda del voto para el 4 de junio. Sus apariciones en público fueron por demás reiteradas e inusuales.

Salinas, convencido de la necesidad de apoyar al PRI en el estado de México, se dejó ver más que nunca. Experto en las maniobras de comunicación, concedió entrevistas, hizo declaraciones, comentó sobre el país, etc.

Por su parte, el panista, Vicente Fox, hizo la nada novedosa advertencia del peligro que representa para el país Andrés Manuel López Obrador, quien le dijera chachalaca, en la campaña de 2000, añadió Fox que también sería un peligro Delfina Gómez para el estado de México, porque López Obrador es un falso profeta que hace acusaciones a diestra y siniestra, es el clásico dictador en potencia, dijo.

Pero Vicente Fox fue más allá del tiempo y del espacio y adelantó que la alianza electoral PRD-PAN, es una fórmula ganadora para 2018.

Aseguró que lo que se perfila es la opción del populismo, de la demagogia que ha destruido vidas, por lo que advirtió a los mexiquenses que “no hay que caer en esas aguas”.

En el caso de Felipe Calderón desde el inicio de la campaña de Josefina Vázquez Mota se notó su presencia. En el acto, el ex presidente fue captado borracho al lado de la candidata, con la mirada perdida y tambaleándose.

Al mismo tiempo que su presencia trataba de impulsar a Josefina, se daba sus mañas para hablar bien de su esposa como la única capaz de poder llevar adelante a México, como presidenta de la República.

Posteriormente Calderón no tardó en mostrar su machismo y cuestionó de Defina hasta el nombre así como su origen humilde.

Lanzó tuits machistas, sexistas y clasistas contra Delfina Gómez Álvarez. El ex mandatario panista escribió en su cuenta de Twitter @FelipeCalderon: “¿Delfina es nombre propio? ¿O así le dicen por cómo la trata quien la nombró y es su jefe?”

Calderón aprovechó todo el espacio de la campaña de Josefina, -a quien dejó sola cuando era candidata a la Presidencia de la República.

Hay quienes aseguran que negoció su derrota, para evitar que fuera su sucesora-, para promover a su esposa como candidata del PAN a la Presidencia de la república.

La trinchera que escogió Calderón fueron las redes sociales donde se burlaba de Delfina y trataba de sabotear todo lo declarado por ella, sacando a relucir la manera de expresarse de la maestra candidata de Morena.

Los tres ex presidentes parecieran atraer muy forzadamente los reflectores hacia sus personas, pero no ocultaban tampoco los intereses que tienen apostados en el estado de México y para 2018.

La indisciplina de los ex presidentes, contrasta con la disciplina de otros mandatarios mexicanos que en el silencio respetaban e imponían respeto con la subsecuente admiración y afecto de los mexicanos.

Así, el último presidente de la Revolución, don José López Portillo, ni siquiera se atrevió a anunciar personalmente la salida de sus libros, sino que al refugiarse en el silencio demandó para sí, memoria a los mexicanos y otorgó respeto a las instituciones.

Luego de que Miguel de la Madrid se engolosinara con los acuerdos con los bancos internacionales y dejara en el abandono al campo mexicano, a partir de ahí el silencio de los ex presidentes fue sólo una pieza de museo.

Pero con Salinas, Fox y Calderón no sólo había indisciplina y búsqueda desesperada de reflectores, sino la emisión y difusión de opiniones y acusaciones, como si se tratara de porros partidistas que quieren descalificar a un competidor que les lleva una gran ventaja.

La guerra sucia, es demasiado sucia para cualquier mexicano, pero lo es más para un ex presidente que se enloda cuestionando candidaturas que atentan contra sus intereses y apuestas políticas y económicas en el Estado de México.

Es bien sabido que de perder el PRI en el estado de México varios altos funcionarios del PAN y del PRI irán a parar a la cárcel.

Los ex presidentes entraron a una guerra donde desde diferentes trincheras coincidieron con la misma enemiga, una maestra de Texcoco que puede arrebatarle negocios ilícitos a más de un funcionario o ex funcionario.

Tres ex presidentes de partidos similares, ambas organizaciones de derecha, se metieron a la lucha electoral sin pedir permiso y entrando por la puerta de atrás de la contienda, como usurpadores de espacios y ladrones de tiempo de campaña. PEGA y CORRE.-La gente se pregunta ahora por qué Eva Cadena anda de arriba abajo en hoteles de cinco estrellas y viajando en transporte de lujo, quién pone el dinero. Así, de la noche a la mañana, se convirtió en la principal enemiga de sus ex correligionarios de Morena, con gastos pagados, como si una mano oscura le pagara por descalificar a cuanto militante de Morena se le pusiera enfrente. Seguramente le ha de ser muy útil al PAN y al gobernador Miguel Ángel Yunes, quien pudo aprovechar la oportunidad que estaba esperando y utilizó a Eva como instrumento para restarle votos a Morena. La vieja contienda entre el gobernador de Veracruz y Andrés Manuel López Obrador tienen como campo de batalla el estado, donde los resultados de la elección del 4 de junio, le darán la razón a uno o a otro…. Por otra parte, renunció al PRI, partido al que pertenecía desde 1960, Carlos Rojas, porque afirma que dicho partido fue ‘‘secuestrado por dirigentes inventados, sin trayectoria política y manipulados por la tecnocracia que manda en el país y los gobernadores’’… Esta columna se publica lunes, miércoles y viernes.
  
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