Veracruz debe unirse
ALMA
GRANDE
Por Ángel
Álvaro Peña
Desde hace más de seis años pareciera que Veracruz es tierra de
nadie. Lo que sucede en su territorio no pasa de formar parte de una
estadística que termina por olvidarse o por ser superada por una tragedia
mayor.
Un gobierno estatal de dos años como el que ahora se vive, arroja
en Veracruz las consecuencias de decisiones tomadas con pragmatismo y sin
sensibilidad social.
Consideraron los tecnócratas del INE que con darle a los
veracruzanos una gubernatura de dos años, los problemas se terminarían, fue
todo lo contrario. Sobre todo luego de un sexenio en el que la delincuencia de
cuello blanco terminó con las finanzas del estado.
Con este antecedente delictivo y una inestabilidad social que
crece frente a inversionistas habituados a proyectos de más de dos años, hacen
de Veracruz algo más que un error de cálculo.
La administración pública está paralizada no sólo por falta de
dinero, todo se lo llevó Duarte, sino porque la única actividad que existe a lo
largo y ancho del territorio es la que mueve el crimen organizado.
Las universidades sin presupuesto o con problemas administrativos
serios. La educación víctima de la burocracia de la SEP federal. La producción
primaria amedrentada por el narcotráfico, una producción secundaria sumida en
la parálisis entre el chantaje y la incompetencia.
Pocos son los sectores que trabajan, no son suficientes para sacar
adelante al estado, y deben trabajar contracorriente.
Este es el panorama ideal para que la violencia sea parte de la
vida cotidiana. La violencia que ahora vive Veracruz es consecuencia de todo lo
que han hecho los gobernantes y de lo que no han hecho para castigar a estos
delincuentes encabezados por Javier Duarte y por otros que, antes que él
robaron a manos llenas las arcas del gobierno del estado con más riquezas
naturales del país.
Pero no son tiempos de recriminaciones, la situación es tan grave
que a pesar de que hay señalados como responsables directos o indirectos, es
tiempo de olvidar rencillas que impiden que la violencia choque con un sólido
frente común conformado por todas las fuerzas de Veracruz. Unirse contra
la violencia no significa rendirse ante el contrincante político ni ceder ante
el enemigo ancestral. Significa compromiso con Veracruz, con uno mismo, con sus
familias, con la sociedad y con la sobrevivencia de una economía que llegó a
ser de las primeras del país.
La política y los políticos son los responsables de las actuales
condiciones de Veracruz, donde nadie está a salvo de ser asesinado.
Ahora serán los políticos con la ayuda de la sociedad quienes
erradiquen la violencia que tiene consternada a la sociedad veracruzana y al
país en general. Nunca como antes la violencia se había apoderado de calles,
caminos, carreteras, ranchos, puertos, etc.
Dos de las actividades que sobreviven a la desconfianza de los
inversionistas son las artesanías y el turismo, que van de la mano, pero
también son afectadas por la violencia en el estado. Lo sucedido el fin de semana pasado
donde hubo más de una veintena de muertes violentas, es claro ejemplo, entre
ellas la del coordinador estatal de la Policía Federal, Camilo Castagné
Velasco, en Ciudad Cardel, punto intermedio que une a las dos principales
ciudades del estado, Xalapa y el puerto de Veracruz.
La situación en Veracruz no requiere de discursos exaltados ni
amenazas. Las advertencias sólo son alardes de desesperados, la solución está
en la unidad y no en las bravuconadas o los amagos sin sentido, vengan de donde
vengan.
El gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares,
aseguró que no va a permitir que la delincuencia organizada mande en Veracruz,
porque los veracruzanos quieren vivir en libertad. Pero debe convocar a los
veracruzanos para que cierren filas, las declaraciones no convocan simplemente
informan.
“Los veracruzanos queremos vivir en paz y queremos vivir en
seguridad”, dijo el gobernador, tiene razón, nadie quiere guerras en su estado,
ni en su municipio, ni en su colonia, su calle o su casa.
Parte de la solución es la presencia de los soldados del Ejército
Mexicano, marinos, policías federales, soldados estatales, policías estatales,
policías municipales, pero sobre todo, de la unidad entre fuerzas políticas y
sociales que hagan un frente común.
De nada sirve la presencia de uniformados, cualquiera que sea su
filiación, sin la información que puede proporcionarles la gente y es a la
gente a la que hay que regresarle la confianza en las instituciones y las
autoridades, para poder vencer a la delincuencia en Veracruz.
Porque sabemos que los
servicios de inteligencia últimamente están dedicados a otras actividades que
tienen que ver con el periodismo.
El mandatario estatal fue enfático: “Aquí estoy, estoy dando la
cara, estoy trabajando, estoy enfrentando a esta partida de delincuentes, a
este grupo de bestias, que quieren que Veracruz sea su rehén; Veracruz no será
rehén de estos animales. Los veracruzanos vamos a lograr vivir en paz a costa
de lo que sea”, pero hace falta ir más allá.
El Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong condenó vía
Twitter la violencia en la
entidad y el asesinato del funcionario de la Policía Federal, ofreció
colaboración por parte del gobierno federal para dar con los responsables. “Mi
solidaridad con su familia y compañeros“, dijo.
El subsecretario de Derechos Humanos de SEGOB, Roberto Campa, también se manifestó por
no dejar impune el crimen. En la misma red social la Policía
Federal expresó: “La nación es nuestra fuerza, juntos no nos vencerán”.
Enrique Peña Nieto expresó la condena del Gobierno de México al ataque
en contra de mandos y elementos de la Policía Federal ocurridos en Veracruz y se
solidarizó con sus deudos. PEGA
Y CORRE.- La herencia de otro Duarte saqueador tiene a
Chihuahua hundida en la misma violencia contra los policías que Veracruz, dos
elementos de la Comisión Estatal de Seguridad de Chihuahua fallecieron durante
un enfrentamiento con personas armadas en Las Varas, municipio de Madera…Esta columna se publica lunes, miércoles
y viernes.
Dudas
y comentarios, escríbenos a:
Twitter @politicosad
No hay comentarios:
Publicar un comentario