El migrante no puede ser moneda de cambio: Arquidiócesis de Xalapa,
Veracruz
16 jun 2019 6:35 AM
La Arquidiócesis de Xalapa señala que
el migrante no puede ser moneda de cambio, sobre el “acuerdo” entre México y
los Estados Unidos en materia arancelaria y política migratoria, en su
Comunicado Dominical y emite al respecto el siguiente comunicado:
EL MIGRANTE NO PUEDE SER MONEDA DE
CAMBIO.
El pasado 10 de junio de 2019, los
obispos de México a través de un comunicado firmado por su presidente, Mons.
Rogelio Cabrera López, por su secretario general, Mons. Alfonso G. Miranda
Guardiola y por Mons. José Guadalupe Torres Campos, responsable de la Dimensión
de la Pastoral de la Movilidad Humana, dieron a conocer su posicionamiento
sobre el “acuerdo” entre México y los Estados Unidos en materia arancelaria y
política migratoria.
El Gobierno de Estados Unidos había
amenazado a nuestro País con establecer aranceles a productos comerciales
mexicanos debido a las supuestas fallas para frenar las oleadas de migrantes
centroamericanos y de otros países.
Luego de algunas “negociaciones” se
anunció que por un cierto periodo se suspendía la amenaza de aplicar los
aranceles a cambio de que México destinara 6 mil agentes de la Guardia Nacional
en la frontera sur del país, así como puestos de control en todo su territorio.
Por otra parte, México se comprometió “que todos los inmigrantes ilegales de
Centroamérica permanecerán en el país mientras se resuelven sus solicitudes de
asilo”. El costo para nuestro país de la suspensión temporal de los aranceles
resultó muy elevado.
Desde luego la imposición caprichosa y
amenazante de querer aplicar aranceles a nuestro país es inaceptable. México no
puede caer en ese juego. Los obispos mexicanos expresaron su preocupación por
la actitud que nuestra nación adoptará ante los migrantes. Los obispos hacen
votos para que el diálogo continúe y “exprese los valores fundamentales de dos
países democráticos: el respeto a los derechos humanos, la solidaridad entre
los pueblos y el trabajo por el bien común de nuestra región”.
Es necesaria sin duda “una justa
política migratoria que, por un lado, garantice el libre tránsito de personas
ordenado, regulado y responsable; y por otro lado vele por los intereses
legítimos de los miembros de nuestra nación”, dijeron los obispos. Por ahora
todo esto está en entredicho.
El despliegue de 6 mil efectivos de la
Guardia Nacional en la frontera sur de nuestro país no es para nada una
solución que atienda las verdaderas causas del fenómeno migratorio. Parece más
bien que, por la presión de nuestros vecinos del norte, las fronteras
norteamericanas se han recorrido convirtiendo a nuestro país en un gran muro
que pretende contener la migración hacia los Estados Unidos. Ahora sí, los
mexicanos construiremos el muro y lo pagaremos con nuestros impuestos, con la
complacencia de nuestras autoridades. “El combate a la pobreza y a la
desigualdad en México y en Centro América pareciera quedar sustituido por el
temor ante el otro, nuestro hermano”. Lamentablemente los migrantes se
convirtieron en una moneda de cambio de estas negociaciones.
No nos debemos distraer, pensando que
el problema migratorio ya está resuelto. Se necesita promover un desarrollo
humano integral para Centro América y el Sureste Mexicano. Hay que atacar las
causas que están provocando la migración, estas causas son la falta de
oportunidades de trabajo y de empleos bien remunerados en nuestros países; y
desde luego la muy lamentable situación de inseguridad y violencia incontrolada
que no se ve cómo se detendrá o resolverá. La pobreza y la violencia son la
causa principal de la migración.
Junto con este posicionamiento crítico,
los obispos mexicanos confirmaron que la Iglesia continuará comprometida
brindando a los migrantes la ayuda humanitaria que requieren en su tránsito por
nuestro territorio nacional. Manifestaron su “respeto y reconocimiento a los
miles de hombres y mujeres de la Iglesia católica, de otras iglesias y de la
sociedad civil, que por décadas han defendido a riesgo de su propia vida, los
derechos fundamentales de los migrantes en México, Estados Unidos y Centro
América”.
Los “acuerdos” aplaudidos por un
sector, se están traduciendo ahora en un rechazo al migrante o en actitudes
xenofóbicas. No se puede criminalizar a los migrantes como si todos fueran
personas que realizan el mal. De ahí el compromiso de la Iglesia Católica de
promover y practicar la caridad con estos hermanos que hoy tocan a nuestra
puerta.
Pbro. José Manuel Suazo Reyes
Tags: migrantes , México, estados
Unidos, Veracruz, Arquidiócesis de Xalapa
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