Tiempo De Amparos
ALMA GRANDE
Por Ángel Álvaro Peña
Los amparos deben ser válidos de acuerdo con la gravedad del
delito y no debe haber delito más grave que el robo a la nación. Si el amparo
dejara de servirle a los corruptos habría más justicia en México y, desde
luego, menos corrupción.
El delito de corrupción requiere de una planificación, alevosía,
ventaja y violación a los compromisos de todo servidor público. De ahí que en
estos casos la pericia, experiencia, sabiduría de los abogados defensores debe
quedar al margen de este proceso que altera la aplicación de la justicia como
se ha visto a lo largo de las diferentes demandas que por este delito se les ha
culpado a algunos funcionarios públicos.
Es tiempo de notar el cambio, pero también de demostrarlo con
hechos. El caso de personajes como Emilio Lozoya Austin puede estar sujeto a
las reglas del juego legal, pero no forma parte de la justicia que quiere
imponerse desde la perspectiva de la población.
Estos dos modos de ver el proceso contra quienes están acusados de
corrupción chocan en este momento; sin embargo, se hace cada vez más necesario
que haya una transformación desde los ámbitos más oscuros de la legislación para
que el amparo en casos de corrupción no exista.
Lo que quiere el pueblo mexicano es justicia, incluso debe
obligarse a los culpables a regresar el dinero que tomaron de las arcas, porque
no les corresponde y hace falta para cubrir necesidades que nunca fueron
satisfechas.
En ese mismo camino hacia la justicia largamente esperada surgen
otras variables que arrojan nuevas pesquisas e implican a otros
responsables. En 2015, en la compra de la planta Fertinal, por Petróleos
Mexicanos, además de Enrique Peña Nieto también se contó con la
autorización de Pedro Joaquín Coldwell, Emilio Lozoya y el ingeniero
Cuauhtémoc Ochoa Fernández.
Así lo dice la denuncia que interpuso el pasado 5 de marzo de este
año, ante la Fiscalía General de la República, Martha Edith Rodríguez Acosta,
apoderada legal de Pemex.
Es decir, ahora acompañan otros dos personajes a Lozoya, que
parecía el delincuente solitario en eso de agenciarse dinero del pueblo a sus
bolsillos. Según la demanda, los antecedentes de esa compra datan de cuando
Peña Nieto hizo el Pacto por México junto con los partidos Acción Nacional y de
la Revolución Democrática, el 2 de diciembre de 2012, cuando autorizaron la
compra y modernización de Pemex.
Ante la impaciencia de la población de ver tras las rejas a los culpables
de la corrupción que identificó al gobierno por muchos años, la dinámica de la
ley es muy lenta. Luego de casi siete meses de gobierno la prioridad debió ser
el proceso contra los corruptos, eso es lo que los mexicanos esperan y esa es
la primera campaña que debe concretarse tratándose de un régimen que apostó por
la erradicación de la corrupción de la administración pública en todo el país.
Mientras el gobierno federal muestra prisa por sacar adelante sus
principales obras como el aeropuerto de Santa Lucía y el Tren Maya, la gente
quiere ver que se castigue a los corruptos y, hasta ahora, sólo se asoman unas
cabezas como responsables cuando hay muchas más. PEGA Y CORRE. – Ahora
le toca a Vicente Fox exhibirse como parte de la gran maquinaria de corrupción
que movió el PRI y el PAN, y que todavía no termina. La auditoría interna
2015, que reveló su participación en actos de corrupción,
desapareció de la Secretaría de la Función Pública Roberto Muñoz Leos, donde se
registra en 365 fojas, tráfico de influencias, adjudicaciones directas,
subcontrataciones, pagos anticipados, sobreprecios, incumplimientos, duplicidad
de convenios y triangulación del gasto público durante la remodelación de Los
Pinos… Esta columna se
publica los lunes, miércoles y viernes.
angelalvarop@hotmail.com
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