Historia social de la cannabis
Publicado en El Sol
de Tampico
RODOLFO SALAZAR
GONZÁLEZ
En la colaboración anterior a este
tema realicé apuntes sobre el mundo de la cannabis sativa, mejor conocida en
nuestro país como la mariguana...
Que giraron sobre aristas
científicas, jurídicas, y sus repercusiones en el organismo de quien consume
esta droga; que muy pronto será debatida por la asamblea del Distrito Federal
para que se legalice su consumo en la capital del país. Sin embargo creo que se
puede hacer un enfoque que vaya más bien dirigido a desarrollar el contexto
social e histórico que representó el consumo del cannabis en la década de los
70 en nuestro país.
No creo que se incurra en una falta de respeto al
elaborar argumentaciones dirigidas a lo que pienso sobre el fenómeno
sociológico que la mariguana vivió en nuestro país durante la época en que se
disparó su consumo, preferentemente por los sectores juveniles que estaban
estrechamente vinculados con la cultura de la reivindicación, la protesta
social, y sobre todo, en asimilar conductas comparadas con los modelos en que
actuaban los jóvenes de otros países, preferentemente de Europa y Estados
Unidos, que fueron simpatizadores del movimiento hippie, al que mucho debe
todas las conquistas que se han alcanzado en materia de la paz y de la
convivencia en la concordia.
Para mi generación, que actuábamos entonces en la
escuela preparatoria, la aparición de la mariguana resultó un auténtico y
peligroso desafío, por el que lamentablemente varios de mis compañeros fueron
seducidos por esta equivocada práctica de encontrar el placer y evadirse de la
realidad.
La mariguana fue sin duda uno de los símbolos del
movimiento del 68, junto con la figura del Che Guevara, los Beatles y la
liberación sexual; “Haz el amor y no la guerra”. La lucha social de aquellos
tiempos tuvo un alto contenido cultural, donde destacaron filósofos como
Herbert Marcuse, a quien Gustavo Díaz Ordaz, clasificó como “Filósofo de la
destrucción”; Ernst Bloch, y sobre todo el autor de “El ser y la nada” Jean
Paul Sartre, quienes se convirtieron en referentes fundamentales para proyectar
una sociedad diferente a la que se nos ofrecía. Fueron los tiempos de romper el
establishment.
Las manifestaciones juveniles se expandieron por
todo el mundo como un fenómeno viral, expresándose a través de grafitis (que
hoy forma una de las partes importantes de la sub cultura del Hip Hop) fueron
elocuentes: “La imaginación al poder”, “Seamos realistas pidamos lo imposible”
lo que generó prácticamente un descontento generalizado contra el mundo
capitalista, pero también lo hizo contra el socialismo que en aquellos tiempos
existían. Daniel Cohn-Bendit, (Dany el rojo), líder de la rebelión francesa
redactó un texto que denominó “El izquierdismo, remedio a la enfermedad senil
del comunismo”.
Entre los acontecimientos más espectaculares de
esta época donde la mariguana irrumpió socialmente, destaca porque fue un
momento de especial relevancia el festival de Woodstock, que tuvo lugar en
agosto de 1969, donde se reunieron cerca de medio millón de personas, para ver
a 32 grupos y solistas, entre ellos: Janis Joplin, Jimi Hendrix, nuestro
Santana, The Who, Joan Báez, el motivo protestar pacíficamente contra la guerra
de Vietnam, consumir mariguana y mostrarle al universo que otro mundo era
posible. Sucedió un fenómeno, las estrellas de rock se convirtieron los líderes
sociales, era el apogeo del movimiento hippie.
México no se quedó atrás, y tuvo su “Woodstock
mexicano” tuvo lugar en Avándaro en septiembre de 1971, duró casi tres días, se
reunieron cerca de 250 mil personas para escuchar entre otras bandas y
artistas; a los Dug Dugs, tequila, tinta blanca, los Yaki, bandido y la
división del norte, entre otros grupos y cantantes de rock. Fue un movimiento
Jipiteco; y el consumo de la mariguana fue de antología.
Actualmente, lo que son las cosas, y las paradojas
del destino. Ayer los que consumían esta droga eran los enemigos del sistema;
hoy quienes promueven su legislación y aprobación son auténticos representantes
del Status Quo, entre los que sobresale el panista Fernando Gómez Mont, de cuyo
despacho salió el proyecto de ley que se discutirá este mes en la asamblea del
Distrito Federal, para que se legalice el consumo de este estupefaciente. Lo
que me parece incorrecto e inmoral es la argumentación neoliberal de Fernando
Gómez Mont, que sostiene que si alguien quiere vender su cuerpo y alguien
comprarlo puede hacerlo sin cortapisas. Piensa que es lo mismo con la
mariguana, si hay consumidores, tiene que haber vendedores. Por lo pronto el
lenguaraz de Vicente Fox ya se apuntó para convertirse en un próspero vendedor
de marihuana y explotarla por todo el mundo, naturalmente después de haber
abarrotado de la “Hierba del Demonio” a los consumidores mexicanos.
e-mail.- notario177@msn.com
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