Medio Siglo De
Huachicol
ALMA GRANDE
Por Ángel Álvaro Peña
Lo que ahora se conoce como huachicoleo era, desde hace más de 50
años, una práctica común en las primeras refinerías del país, como la de Poza
Rica, donde a mediados de los 50, se veía que una misma pipa entraba a las
instalaciones cargada de gasolina, pero sólo tenía el respaldo de una sola
factura.
El domingo 14 de agosto de
1966, en la ciudad de Poza Rica, conocida en ese entonces como “la capital
petrolera” del país, una explosión sacudió esa ciudad. Su sonido pudo
escucharse hasta Tuxpan.
Eran las 13:45 de ese día
cuando una ruptura en una línea de gas de 24 pulgadas de diámetro, de alta
presión, estalló.
Hubo casi un centenar de
muertos. Poza Rica era entonces el principal centro productivo petrolero
del país, la industria energética nacional resintió fuertemente los efectos de
este terrible siniestro. Y aunque el bombeo sólo se detuvo por algunas horas,
se habló entonces en la prensa nacional de que las refinerías de Ciudad Madero,
Azcapotzalco y Salamanca sufrieron por la escasez de combustible. Y se mencionó
también que la producción de crudo bajó considerablemente.
Agentes de la PGR resguardaban
las instalaciones de las primeras refinerías. Las pipas, que eran de menor
tamaño que las actuales, entregaban la mitad de su carga a los destinos
establecidos, y la otra mitad la vendía directamente al mejor postor. Los
escándalos eran sólo rumores que escondían complicidad de aquellos políticos a
quienes todavía les interesaba la opinión de la población.
En aquel entonces los
funcionarios públicos estaban conscientes que los votos en las urnas dependían
de su conducta como administradores del país. Pero llegaron quienes se
sintieron dueños del país y les empezó a importar poco la opinión de los
mexicanos que terminaron por perder el poder, al parecer de manera definitiva
.
Desde hace más de medio siglo
había válvulas que detectaban desde el interior de Pemex la disminución o
intensificación de la presión de los ductos. Conocían la hora de la suspensión
de labores por mantenimiento, conocían los lugares de mayor facilidad para
extraer.
No hay novedad en el delito. Porque hasta ahora tanto PRI como
PAN, sabían que este gran robo existía. Y si los propios presidentes de la
República no sabían era porque no sabían desempeñar su papel.
Porque el mejor informado
de los mexicanos debe ser el presidente de la República.
Desde ese entonces lo que se conocía como robo de pipas con
gasolina ha crecido y rebasado, por mucho, los límites de Poza Rica y de
Veracruz. Es un delito que sucede a lo largo y ancho de la red de tuberías de
combustible en el país.
Porque como dijera el
presidente López Obrador: “El Gobierno de México, sus instituciones, la
sociedad y los trabajadores de Pemex acabaremos con la corrupción y la
impunidad, no seremos cómplices del robo de hidrocarburos. Hacemos un llamado a
todos los miembros de la sociedad, a que se sumen al Plan Conjunto para acabar
con el robo de combustible; juntos rescataremos nuestra soberanía energética”.
Desde luego que hay
consecuencias por curar un cáncer que se enquistó en las prácticas económicas
desde hace muchos años. A pesar de que hay muestras palpables de que se quiere
extirpar este mal, no faltan los inconformes que exigen una explicación al
gobierno por no avisarles que habría desabasto; lo cual equivaldría a avisar a los
ladrones que va por ellos la policía a atraparlos con las manos en la masa.
Pareciera que quisieran
continuar padeciendo cáncer. Porque hubo despistados que decían que con el
huachicoleo no había desabasto, ahora que se ataca empieza la reducción de producción.
Es muy común ver cómo algunas personas repiten más los rumores que lo que puede
marcar su lógica y lo que pueden observar sus ojos.
Porque un cáncer debe operarse
y la cirugía requiere de una preparación y un momento de recuperación, antes y
después de realizada. Eso es lo que ahora se vive en México.
La penetración de la corrupción
operó tan a fondo en la economía de los combustibles que requiere del esfuerzo
de todos para que vuelva la salud a la economía, sobre todo en materia de
energéticos, que es la principal fuente de ingresos del país.
El robo de combustible no sólo
consiste en la apertura de ductos, sino en el robo de pipas completas, en la
extracción de combustible de las pipas, en la aplicación de plataformas de
extracción en los pozos, etc.
Es toda una estructura al
servicio de la delincuencia. Hay tanta gente implicada en este negocio ilícito
que en algunos casos no lo saben, también ocurre al revés, que son tantos los
millones que les han robado a los mexicanos que consideran que es un negocio
legal, sobre todo algunos funcionarios y políticos del pasado que dejaron pasar
lo que veían y esperaron hasta poderse incorporar a ese negocio.
Es decir, cómplices de un robo
de miles de millones al año, que si lo multiplicamos por más de 50 años
encontramos que con eso el país hubiera pagado buena parte de la deuda externa
o ya la hubiera liquidado.
Debe castigarse a esos
funcionarios públicos, y mientras más alto haya sido su cargo, mayor deberá ser
el castigo. Porque tan delincuente es aquel que comete el delito como aquel que
se calla, pero nadie puede negar que los más altos puestos políticos no sólo
conocían del delito, sino que formaban parte de él. Si la población les tuvo
paciencia a los ladrones de cuello blanco y corazón tricolor, también debe
tener paciencia para quienes se atreven a detener un saqueo que en algunos años
hubiera colocado en la quiebra al país entero. PEGA
Y CORRE. – Jorge Winckler, fiscal General de Veracruz,
tiene las horas contadas en el puesto donde lo colocó su amigo de toda la vida
llamado Miguel Ángel Yunes Linares. Los más reacios a pedir su remoción en el
Congreso local, los diputados panistas empiezan, uno a uno, a aceptar que es un
lastre en la aplicación de la justicia en la entidad. Porque de nada sirve que
haya una policía eficaz si no hay procuración de justicia que meta a la cárcel
a la delincuencia. Esta fue una consigna del ex mandatario estatal para
desprestigiar al actual gobernador, pero finalmente los perjudicados son todos
los veracruzanos.
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