COLUMNA



A erradicar el abstencionismo

ALMA GRANDE

Por Ángel Álvaro Peña

Foto: web

La responsabilidad del creciente nivel de abstencionismo es de todos. Desde la autoridad electoral que no ha podido persuadir a los electores de la necesidad del voto, hasta los partidos políticos que no han evitado ser semejantes o iguales en sus posturas y propuestas de las elecciones anteriores.

Desde luego que esta responsabilidad también recae en la población que no ha sabido expresar su inconformidad sobre los candidatos de los diferentes partidos.

En los esquemas convencionales de los partidos políticos al momento de seleccionar candidato no hay debate, discusión, ni igualdad de oportunidades; de ahí que parezcan surgidos de la nada.

En muchas ocasiones el votante está en favor del partido, pero el candidato le parece simple, no apto, aburrido, innecesario, etc. Esto lo vemos con gran claridad de las actuales elecciones.

O al revés, el partido no es el que prefiere el elector, sin embargo, el candidato es un claro ejemplo de lucha y simpatía popular.

Así, desde la perspectiva de la mercadotecnia moderna del voto, se advierte poca sensibilidad en lo que se insiste en llamar ingeniería electoral, que no es más que convertir a un ser humano en un producto, y aun partido político que es el conjunto de seres humanos, en una marca. Es parte de esta deshumanización para hacer cálculos y especulaciones sobre un supuesto triunfo, adivinando las carencias de una parte de la población que no se atreve todavía a interferir en las decisiones del partido por el que vota.

Los errores a la hora de escoger candidato se muestran claramente en el que encabeza el PRI para la Presidencia de la República, quien acaba de tener de nuevo un revés en Jalisco, donde fue abucheado por los asistentes al estadio del equipo Chivas de Guadalajara.

Hay muchos priistas contra la decisión de su candidatura, porque ni siquiera priista es. Las interrupciones fueron varias y en diferente tono, el candidato priista las advirtió y al ver las gradas pudo darse cuenta de que en realidad había muy poca gente apoyándolo.

Afuera de las instalaciones del PRI Nacional, en la Ciudad de México, puede apreciarse una gran carpa con ex militantes del tricolor que invitan a otros a dejar el partido por la manera unilateral con la que se deciden las candidaturas en la capital del país.

Ante este panorama que se repite en algunos partidos políticos elección tras elección poco es lo que puede exigírsele al electorado.

Así, la población puede darse cuenta de que votar o dejar de hacerlo tiene los mismos resultados.

En Veracruz el porcentaje de abstencionismo fue del 46.5% de la lista nominal. En esa entidad el castigo de los malos gobernantes y el asesinato no solo de la esperanza al gobernar un partido diferente al PRI sin resultados positivos sino homicidios reales que expresan una violencia nunca antes vista en el estado, obligaron a la pasividad del voto.

Ni la alianza estratégica con el Partido Verde pudo volver a posicionar al PRI luego de la administración de Javier Duarte. La intención del voto hacia las elecciones del 1 de julio coloca al tricolor en una posición donde nunca se ha encontrado en su vida.

A pesar de que la coalición PAN-PRD ganó las elecciones con el actual gobierno en Veracruz, la mayoría de los veracruzanos no estuvo de acuerdo con este triunfo, pero tampoco quisieron asistir a las urnas. Porque si casi la mitad de los veracruzanos con derecho al sufragio prefirieron no asistir, se debe a que no hay oferta política que los atraiga.

Esta vez existe una serie de novedades en las elecciones que terminan las viejas prácticas de votación que deben ser erradicadas de manera definitiva para demostrar que hay un nuevo Veracruz, que hay un nuevo elector. Que existe un Veracruz diferente.

En las elecciones de este 1 de julio no solo podrán elegir al próximo gobernador sino que deberán mostrar a las autoridades electorales su rezago respecto a las formas tradicionales de coordinar y organizar unas elecciones que han mostrado su ineficacia y que a pesar de ello la población acude a las urnas motivada por las propuestas de los candidatos, pero no por la convicción de la necesidad del voto, conciencia que debe crear el INE a partir de una serie de programas y publicidad que vaya más allá de la justificación de su existencia como elefante blanco.

El abstencionismo debe interpretarse como una expresión de desconfianza hacia las elecciones, pero cuando ese abstencionismo hace caso omiso de la falta de credibilidad y se vuelca sobre las urnas debe ponerse mucha atención porque el impulso de llevar a la urna un voto de manera intempestiva puede ser interpretada de muchas maneras. Sobre todo, que habla de un hartazgo no solamente de una forma de gobierno o de los gobernantes corruptos, sino de la manera en que se llevan a cabo las elecciones en el estado y en el país entero.

La incorporación de nuevas siglas en el panorama electoral y candidatos independientes nutren la democracia, siempre y cuando esa independencia provenga en realidad de la ciudadanía de cada personaje que compite sin partido. No es válido el hecho de que por no ser considerado como candidato en un partido, se opte por la candidatura independiente sin más requisito que la incorporación a un proyecto.

La candidatura independiente debe exigir varios años de no militar en partido político alguno, de otra manera esa independencia se pone en entredicho.

Como este tipo de normatividades deben actualizarse para que la candidatura independiente no sea una revancha ni un refugio de quienes desde su trayectoria en un partido político aprovechan la oportunidad de la candidatura para obtener beneficios a través de negociaciones.

El abstencionismo percibe todos los huecos legales y advierte sobre la falta de actualización de las leyes electorales y también de la manera en que los partidos escogen a sus candidatos. Porque el día que haya un partido que abra sus puertas a la población para escoger a sus candidatos, ese día la democracia de México se fortalecerá. PEGA Y CORRE. – La denuncia de las autoridades de la capital de Veracruz, Xalapa, sobre el cobro de piso por parte de la delincuencia organizada da cuenta de la manera en que venía operando el crimen en esa ciudad. El presidente municipal, Hipólito Rodríguez Herrero, afirmó que la extorsión y el cobro de piso son fenómenos que han detectado en diversas partes de la ciudad y poblaciones aledañas, y que se combatirán en la media en que sean denunciadas por los afectados, que temen acusar a los delincuentes… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

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